Ya desde su título, Entre las higueras, el primer largometraje de ficción de la tunecina Erige Sehiri, trae a la memoria la película A través de los olivos (1994), así como el conjunto de la obra de Abbas Kiarostami. Como ocurría con el añorado cineasta iraní, Sehiri posee un sexto sentido para representar, en la esfera íntima de sus personajes, un sentir colectivo en el que resuenan condicionantes sociales y dramas universales.

Una alquimia de carácter estético y dramatúrgico que el director de El sabor de las cerezas (1997) desplegó mediante la combinación de amplios planos generales –Kiarostami era un cineasta del paisaje– y de encuadres más cerrados, que en muchos casos capturaban charlas privadas en el interior de un coche.

Por su parte, Sehiri abre Entre las higueras con una vista lejana de una joven que, justo antes del amanecer, inicia su camino hacia el trabajo, aunque el destino de la película se juega en un embriagador conjunto de primeros planos en los que unas recolectoras de higos departen acerca de su realidad, sus sueños y aflicciones.

['Vesper', distopía en un planeta salvaje]

En el marco de una única jornada, Entre las higueras compone un amplio retrato coral en el que afloran cuestiones de orden laboral, intergeneracional y afectivo. Desestimando la estructura clásica en tres actos, la película transita fluidamente a través de diversos tête à tête, evocando el modo narrativo de La ronda –la obra teatral de Arthur Schnitzler que llevó al cine Max Ophüls en 1950– o los collages de John Dos Passos.

Una mujer mayor le explica a un joven cómo recolectar higos de la manera más delicada y eficiente, poniendo en valor la dimensión artesanal del trabajo agrícola. Luego, una pareja de enamorados se las ingenia para hurtar unas cajas de higos, y así completar la “miserable paga”. Cada escena amplía los límites del lienzo, y los momentos más memorables llegan cuando el grupo se reúne para comer o descansar.

Este crítico recuerda pocas imágenes más representativas que aquella en la que tres tenedores, sostenidos por sendos personajes, se arremolinan en un plato de espaguetis. Cabe decir que Sehiri no renuncia a articular un discurso político. La dimensión patriarcal de la sociedad tunecina se hace evidente en el autoritarismo del “patrón”, y los ecos de la Primavera Árabe afloran en una frase lanzada al viento desde debajo de una higuera: “Y aquí estamos, en este momento histórico”.

Pero la denuncia de la injusticia nunca se subraya. Está ahí, horadando la existencia cotidiana de unas mujeres decididas a vivir de la forma más plena posible. Así, de la mano de su clan femenino, Sehiri elabora una suerte de aproximación fílmica a los Fragmentos de un discurso amoroso de Roland Barthes, donde cabe el idealismo de una joven, el escepticismo de una chica que valora su libertad, o el dolor de una anciana que sigue enamorada del hombre con el que no pudo casarse.

Entre las higueras

Dirección: Erige Sehiri.

Guion: Erige Sehiri, Peggy Hamann, Ghalia Lacroix.

Intérpretes: Fide Fdhili, Ameni Fdhili, Feten Fdhili, Fedi Ben Achour, Firas Amri.

Año: 2022.

Estreno: 14 de julio