Image: George A. Romero: el regreso del zombi

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Cine

George A. Romero: el regreso del zombi

Estrena "Land of the Dead", una nueva entrega de "La noche de los muertos vivientes"

8 septiembre, 2005 02:00

Fotograma de Land of the Dead

Veinte años después de El día de los muertos, el viejo maestro del terror retorna a su terreno favorito con Land of the Dead, una nueva entrega de la saga iniciada con la mítica La noche de los muertos vivientes, que se estrena el 9 de septiembre. Jesús Palacios, experto en la materia, escribe sobre "la resurreción" de George A. Romero.

Es difícil creer que George A. Romero, cuando era poco más que un freak, aficionado al fantástico, al mando de un grupo de amigos y colegas de Pittsburgh, rodando en blanco y negro y con cuatro duros La noche de los muertos vivientes (1968), pudiera imaginar el fenómeno que iba a crearse alrededor de su ópera prima. Con intuición de verdadero genio, Romero estaba abriendo una Caja de Pandora llena de pesadillas profundamente grabadas en la psique humana y el imaginario colectivo. Sus zombis eran algo más y algo menos que los monstruos tradicionales. Menos románticos y más simples. Menos fantásticos y más humanos. Eran muertos vivientes sedientos de vida, en la sencilla y horrenda forma de la carne de los vivos. Encarnaban el viejo mito de los gules, la leyenda haitiana de los zombis y, sobre todo, el miedo a la despersonalización, la masificación, la pérdida de la identidad, del "yo", que representa no la muerte, sino la resurrección de la carne sin alma. Romero había echado a rodar una piedrecita, que se convirtió en una apisonadora, inventando un nuevo arquetipo del género, dando nacimiento a un nuevo cine de horror.

Después vendrían Zombie (1979), con el color de los setenta y el gore desatado de Tom Savini, y El día de los muertos (1985), brillantes secuelas que iban todavía más allá, desarrollando un escenario apocalíptico en el que hombres y zombis intercambian papeles, y donde los apuntes sociológicos de La noche de los muertos vivientes van tomando cada vez mayor protagonismo. Pero, aparte de la trilogía fundacional, los zombis habían echado a andar por su cuenta, invadiendo el cine italiano comercial de Fulci, Margheritti y los demás. Se convirtieron en objeto de sagas paródicas y videojuegos. Hubo pelis españolas, como la simpática No profanar el sueño de los muertos (1974) de Jorge Grau, erotismo zombi, como La muerta viviente (1982) de Rollin, y zombis de Arte y Ensayo como los de Mi novia es un zombi (1994) de Soavi. Y mientras, el maestro de la muerte viviente George A. Romero, tenía, por absurdo que parezca, dificultades para rodar una nueva entrega de su saga, con cuyo guión erraba de estudio en estudio, ante productores más muertos que los zombis.

La fuente de la modernidad
En 1990, se estrenó un inteligente remake en color de La noche de los muertos vivientes, dirigido por Savini, y poco a poco, el cine de horror fue retornando a las fuentes de su modernidad: el splatter de los 70 y 80. Con la llegada del milenio, ante la inevitable crisis del género, todo el mundo volvió los ojos hacia Tobe Hooper, John Carpenter, Wes Craven... y los zombis. Resucitaron en adaptaciones de videojuegos como Resident Evil y en obras de cine independiente como 28 días después. Era el momento justo para que el padre de las criaturas volviera a la carga, como ha hecho con Land of the Dead, continuación de la saga original, que la mayor parte de los fans han aplaudido hasta que las manos les han quedado muertas, escrita por el propio Romero, y con un reparto perfecto: Simon Baker, John Leguizamo, Dennis Hopper... y Asia Argento. A pesar de las imitaciones, de los zombis en papel impreso (hay una avalancha de cómics inspirados en el universo zombi) y hasta del excelente resultado del reciente remake de Zombi, titulado El amanecer de los muertos, era fundamental que el viejo George nos dijera lo que pensaba al respecto. Para comprobar si los zombis de La noche de los muertos vivientes siguen tan vivos en nuestro interior como siempre.

¿Qué es lo que hace de la saga zombi un fenómeno especial? ¿Tan distinto y superior a las series de La matanza de Texas, Viernes 13, Halloween, etc.? Quizá que no se trata tanto de simple y llano terror, como de auténtica ciencia ficción en clave apocalíptica, que revela no sólo nuestros miedos cervales, sino también la violencia y la agresividad del género humano, a la vez que su desesperada lucha por la supervivencia. El mundo zombi de Romero es más ciencia ficción que las galaxias de Lucas o la matriz de los Wachovsky: es un crudo análisis de la sociedad humana contemporánea, en el que no importan tanto las respuestas, que no existen, como las preguntas. Y Romero, que para eso dirigió filmes como Martin (1977) o la singular La estación de la bruja (1972), es, en realidad, un filósofo en negro, un estudioso de la naturaleza humana... en su aspecto más carnívoro.