Image: 4 impactos en Marte

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Ciencia

4 impactos en Marte

28 febrero, 2008 01:00

Polo Sur marciano. La unidad azul fue depositada por glaciares.

El hipotético impacto de un asteroide en Marte sirve para el profesor de Geología Planetaria de la UCM Francisco Anguita para reflexionar sobre los cuatro lugares del planeta rojo donde la colisión hubiese abierto nuevas vías para la ciencia.

La página web de la NASA lo anunciaba recientemente: "Un asteroide amenaza con chocar contra Marte". Olvidando lo lamentable de la traducción, la noticia me pareció interesante: en 1994, la colisión del cometa Shoemaker-Levy contra Júpiter despertó una enorme expectación. El asteroide 2007WD5 sólo mide 50 metros, por lo que el cráter producido en su colisión con Marte no alcanzaría un kilómetro de diámetro. Aún así, la noticia tenía su morbo, porque actualmente el planeta rojo está siendo escudriñado con tres sondas espaciales orbitando a Marte, el choque podría ser analizado con enorme precisión.

Sin embargo, el paso de los días fue diluyendo la probabilidad del impacto, que pronto pasó a ser menor del 1%. Nos quedamos, pues, sin espectáculo. Pero en una clase de Geología Planetaria, se me ocurrió preguntar a mis alumnos de 5º Curso de la Licenciatura en Ciencias Geológicas sobre el lugar en que les gustaría tener un buen impacto marciano. Puesto que en una colisión asteroidal el terreno es excavado en profundidad, las nuevas rocas expuestas en superficie podrían quizá contribuir a resolver alguno de los muchos problemas científicos pendientes en el planeta. Para mi satisfacción, las ideas brotaron en abundancia. He aquí las mejores:

1. Un buen impacto en Vastitas Borealis. Las enormes llanuras que forman el tercio norte de Marte se asemejan a los fondos marinos de la Tierra. ¿Hubo alguna vez un océano sobre ellas? Esta idea ha ido arraigando lentamente en la comunidad científica, pero últimamente ha recibido un duro golpe: las cámaras de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter han fotografiado enormes bloques esparcidos en la llanura, algo muy impropio de un mar profundo (aunque explicable si éste estaba recorrido por icebergs, que soltasen rocas sobre el fondo). Un impacto en esta zona podría revelar, en la pared del nuevo cráter, una secuencia de rocas parecidas a las de los océanos terrestres (o sea, rocas de grano fino y con estratificación horizontal) o algo completamente distinto. Oceanus borealis, el hipotético océano marciano, quedaría reivindicado, o bien pasaría al baúl de las interesantes ideas equivocadas.

2. Colisión de envergadura sobre la dicotomía. En la jerga de los estudiosos de Marte, la dicotomía es un gran escalón topográfico, de hasta 5.000 metros de desnivel, que separa el fondo del supuesto océano de las tierras altas del sur. Su origen es un misterio: para algunos representa el borde de varios antiguos y enormes cráteres de impacto; para otros es una gigantesca falla, el lugar por donde el fondo de Oceanus Borealis se sumergía (subducción) bajo las tierras altas, igual que el fondo del Pacífico se hunde bajo Suramérica. Cada hipótesis propone una estructura distinta para la dicotomía. La de la subducción, en concreto, pliegues y fallas paralelos a ésta. Una buena excavación en esta zona permitiría saber si en el Marte primordial hubo algo parecido a la actual tectónica de placas terrestre, que mueve los continentes a través del planeta. Los glaciares marcianos guardan los secretos más preciosos sobre el pasado del planeta: la clave de sus antiguos climas.

3. Impacto en el Polo Sur. Debajo del casquete glaciar del polo norte se han localizado un mar de dunas y depósitos de yesos que nos hablan de un reciente (3 a 5 millones de años) desierto árido. Al mismo tiempo, el ecuador de Marte se cubría de glaciares que bajaban de los volcanes gigantes, las nieves del Kilimanjaro marcianas. En suma, el clima al revés, más frío en el ecuador que en los polos. La increíble solución a esta paradoja climática es que el eje de rotación de Marte se haya tumbado y vuelto a enderezarse, como una peonza: cuando el planeta está tumbado, el ecuador recibe los rayos solares muy oblicuos, y por eso es el lugar más frío. Para confirmar esta teoría, tendríamos que localizar otro mar de dunas bajo los depósitos del polo sur. Y, ¿qué mejor excavadora que un buen asteroide? Comprender un clima tan exótico no sería trivial, teniendo en cuenta la angustia que nos está empezando a crear el nuestro.

4. De no chocar el asteroide... Entonces tendremos que conformarnos con los millones de datos que Mars Odissey, Mars Express, Spirit, Opportunity y Mars Reconnaissance Orbiter siguen volcando sobre la Tierra, más los que el vehículo Phoenix comience a enviar a partir de mayo. Datos que, poco a poco, irán resolviendo las incógnitas sobre los océanos, los glaciares y la dinámica interna de Marte al mismo tiempo (la idea resuena como un tópico pero sigue siendo maravillosamente cierta) que generan nuevas cascadas de preguntas. Detrás de cada avance científico hay casi siempre planificación y mucha paciencia. Pero, aunque sólo fuese de vez en cuando, ¡qué bien vendría una buena casualidad!