Image: Clónicos Clínicos

Image: Clónicos Clínicos

Ciencia

Clónicos Clínicos

Debate científico en torno al uso de embriones humanos

11 abril, 2001 02:00

Esquema con la hipotética consecución de un embrión clónico

El anuncio de la Sociedad Abaclon radicada en Israel de que sufragará los gastos para conseguir embriones clónicos ha vuelto a llevar a la palestra científica y ética un debate que se inició con la oveja Dolly. Juan Antonio Vanrell, catedrático de Obstreticia y Ginecología y miembro de la Sociedad Española de Fertilidad, explica en EL CULTURAL las diversas técnicas de clonación y las alternativas a la llamada "reproductiva".

Los niños clónicos son técnicamente posibles y si lo son llegarán a existir en algún lugar del mundo, probablemente en Israel en un futuro próximo, a pesar de que la mayoría de los humanos la veamos con recelo o la rechacemos de pleno. La clonación reproductiva por transferencia de núcleos, que es la que quiere poner en práctica el ginecólogo italiano Severino Antinori, se desarrolla mediante un complicado proceso.

De cualquier célula somática del individuo que desea ser clonado -que puede ser tanto un hombre como una mujer-, se obtiene el material genético (ADN) que se halla en el núcleo de la misma. Paralelamente se obtiene un ovocito de la mujer elegida como madre del clónico, con los métodos tradicionales de fecundación in vitro. Se enuclea dicho ovocito y en su lugar se coloca el núcleo de la célula somática del individuo. Este óvulo con el ADN cambiando tiene ya 46 cromosomas, todos ellos procedentes de una célula somática diploide. Los 23 cromosomas maternos han sido eliminados al enuclear el ovocito, que como célula germinal es haploide. Dicho óvulo tiene sólo características maternas en sus mitocondrias que son estructuras citoplasmáticas que contienen ADN, pero que representa sólo una ínfima parte del material genético celular. Esta célula clónica adquiere gracias a las características del citoplasma del ovocito la capacidad de dividirse en células totipotentes. Puesto en cultivo se producen sucesivas divisiones celulares. Dicho embrión clónico se transfiere, en estadío de 4 a 8 células, al útero "materno" tal como se realiza en cualquier fecundación in vitro.

Argumento irrefutable

Hay muchos argumentos para rechazar este tipo de clonación reproductiva que se propone llevar a cabo el ginecólogo italiano Antinori. Prescindiendo del argumento ético que define que el ser humano tiene derecho a ser único e irrepetible, hay otro irrefutable: para que un padre estéril por carencia absoluta de células germinales tenga un hijo genéticamente suyo, precisa someter a la madre a docenas de procesos repetidos de estimulación ovárica para obtener centenares de ovocitos cuyo ADN será extraído y cambiado por el ADN paterno ya que la enucleación y posterior transferencia del núcleo al ovocito suele terminar en la lisis de la célula. Estos ovocitos manipulados genéticamente podrían dar lugar a clones del padre. Pero para ello serán precisos docenas de embriones que no sobrevivirán antes de conseguir este bebé clónico nacido de una mujer que será la incubadora de un clónico de su pareja y con un alto riesgo de que nazca con malformaciones.

Si como afirma el ginecólogo italiano esto lo harán sólo para ayudar a las parejas estériles sin células germinales, mucho más les hubiese valido seguir recurriendo a un método inocuo para la madre como es la inseminación artificial con semen de banco (IAD). Existen parejas estériles que no aceptan tener hijos que no sean genéticamente suyos, y por tanto rechazan la IAD y la donación de ovocitos. Estas serían las teóricas candidatas a la clonación por transferencia de núcleos que hemos comentado. Pero tampoco sería la solución ideal ya que todas las parejas aspiran a tener un hijo genéticamente de ambos. Para cubrir dichas expectativas sin recurrir a la clonación hay varias líneas de investigación abiertas, algunas con gestaciones evolutivas y nacimiento de niños sanos. En casos de esterilidad masculina irreversible sin espermatozoides testiculares se ha conseguido fecundar mediante ICSI (microinyección intracitoplasmática) ovocitos con espermátides (célula germinal masculina inmadura haploide) e incluso con espermatocitos (célula germinal masculina muy inmadura diploide que realiza la división meiótica reduccional del número de sus cromosomas en el interior del ovocito).

Proceso de maduración

Como estas investigaciones son aún poco eficientes y no pueden pasar al campo asistencial, las investigaciones se centran en madurar "in vitro" e incluso "in vivo" espermatozoides inmaduros transfiriendo estas células humanas a testículos de animales, para que maduren, recuperándolos después. Estas investigaciones son más prometedoras para este tipo de pacientes que la clonación que propone Antinori y no conllevan negativas connotaciones bioéticas.

En casos de esterilidad femenina con ausencia de ovocitos maduros parece que se ha conseguido madurar ovogonias (células germinales femeninas inmaduras diploides) transfiriendo citoplasma de ovocitos haploides capaz de activar la meiosis de las células inmaduras. Este proceso artificial de meiosis podría confundirse con una clonación reproductiva pero no es así, ya que los ovocitos haploides resultantes necesitan la contribución del gameto paterno para su fecundación.

Muchas mujeres con ovocitos de mala calidad que dan malos resultados con técnicas convencionales de FIV se les sugiere la donación de ovocitos. Parece que es posible mejorar la calidad de sus ovocitos mediante alguna de estas dos técnicas: transferir el núcleo de su ovocito al citoplasma de un ovocitos enucleado de una donante, o bien transferir el citoplasma de un ovocito de donante al ovocito de la paciente. En ningún caso hay intercambio de material genético nuclear. Finalmente, incluso antes de llegar a la clonación, se pretende investigar en la producción de células germinales a partir de células somáticas. Esta haploidización artificial permitiría gestar a individuos sin ovarios o testículos sin recurrir a la clonación y manteniendo la contribución genética de ambos miembros.

Hay otro tipo de clonación reproductiva que se denomina gemelación y que consiste simplemente en separar dos blastómeros de un embrión de dos células, tal como hace la naturaleza cuando crea gemelos monocigóticos; éstos nacen de un solo ovocito y un solo espermatozoide. Por un mecanismo poco conocido a los pocos días de la fecundación el grupo de células (blastómeros) que forman un embrión se separan en dos grupos independientes y como estas células son totipotentes se desarrollan dos individuos, genéticamente idénticos. Esta separación artificial es técnicamente posible. No tiene las connotaciones éticas de la anterior, también se la denomina clonación reproductiva y su utilidad estaría limitada, si fuese autorizada, a duplicar las posibilidades de que una mujer con escasos ovocitos o embriones pudiese mejorar sus posibilidades de gestación al transferir mayor número de embriones.

Lo que se esconde detrás del anuncio que comentamos no es ayudar a las parejas estériles, ya que como vemos las nuevas líneas de investigación en reproducción humana se mueven en otra dirección, sino crear un modelo de clonación con otras oscuras finalidades.

Clonación propia

¿Cómo si no -tal como dice otro de sus promotores Avi Ben Abraham - habrá fondos ilimitados para satisfacer las necesidades de una mínima proporción de parejas estériles? Probablemente porque la clonación humana tiene en la mente de los promotores otras aplicaciones, como almacenar ADN de personas que quieren clonarse como una forma de sobrevivir a su muerte sin caer en la cuenta de que el clonado sólo tendrá sus genes, pero como el genotipo influye menos que el ambiente en el que se desarrolla, el niño será distinto a él y éste no vivirá ni en el recuerdo de su clónico.

La sociedad no evoluciona al ritmo de la ciencia pero también es cierto que no todo lo que es técnicamente factible, es éticamente realizable. La clonación reproductiva no es aceptada por la inmensa mayoría de nuestra sociedad, pero ésta desconoce que existe otra clonación, la no reproductiva, que puede ayudar a caminar a un parapléjico sin necesidad de crear y sacrificar una nueva vida. La clonación no reproductiva es transferir un núcleo de una célula somática de un individuo a un ovocito enucleado con la finalidad de obtener un cigoto clónico que se cultivará para producir células troncales (stem cells) a partir de las cuales crear tejidos y a largo plazo órganos. Se diferencia de la clonación reproductiva en que el embrión no es transferido al útero para su posterior evolución y nacimiento de un niño clónico sino que el proceso se detiene en la fase preimplantacional.
Su misión radica exclusivamente en la creación de tejidos histocompatibles con el individuo enfermo que precisa un transplante de células sanas. Así será posible transferir tejido nervioso a un parapléjico por sección medular para regenerarla, inyectar tejido hematopoyético a un enfermo afecto de leucemia sin esperar una larga temporada hasta encontrar a un individuo histocompatible. También será posible evitar el transplante de órganos de cadáver histocompatibles mediante la inyección de tejido hepático, renal, cardíaco, etc. Esta forma de clonación no reproductiva podría abrir las puertas a la curación de enfermedades hasta ahora incurables, pero está prohibida en la mayoría de países europeos que firmaron una ley contra la clonación sin distinguir entre reproductiva y no reproductiva. Inglaterra ha aceptado la clonación no reproductiva y los EEUU han aceptado financiarla con fondos públicos. Numerosos científicos insisten en que se distinga entre ambas finalidades. Los detractores de la clonación no reproductiva se basan en que se crea un embrión sin finalidad reproductiva aunque éste no pase de la fase preimplantativa, que es en el estado en que se encuentran más de 35.000 embriones congelados en España, que el Tribunal Constitucional ha declarado embriones sobrantes de las técnicas de fecundación "in vitro".

Daño a la fecundación in vitro

El sensacionalista anuncio de Antinori está haciendo un daño enorme a las técnicas de Fecundación in Vitro, a la posibilidad de investigar con embriones sobrantes y a la clonación no reproductiva. Es cierto que la ciencia no siempre evoluciona en línea recta ni siempre por el buen camino y que las técnicas de Reproducción Asistida bordean, en ocasiones, la frontera de la ética. Pero cuando aparecen noticias como la que comentamos abonamos las actitudes críticas e intransigentes basadas en una moral fundamentalista que pretende echar por la borda los grandes beneficios que se han producido en el campo de la Reproducción Humana en los últimos años, e impedir que éstos sean comprendidos y aceptados por la sociedad.