El inicio de la temporada teatral madrileña ha coincidido con una eclosión de figuras argentinas del teatro y la música en nuestros escenarios como pocas veces se recuerda. Leonardo Sbaraglia ha sido la última en aparecer. Fue el pasado miércoles en el Teatro La Latina, donde representa hasta el 26 de octubre el monólogo Los días perfectos.

Sbaraglia es conocido fundamentalmente por sus papeles cinematográficos y televisivos, pero no ha dejado de hacer teatro desde que comenzó como actor en la década de los ochenta. Según ha confesado, su comprometida agenda y dar con la propuesta que le seduzca son la causa de que no pise los escenarios desde 2021, cuando repescó en Buenos Aires el espectáculo El territorio del poder.

Lo que ha propiciado ahora su retorno a ellos es Los días perfectos, novela epistolar que catapultó al escritor español Jacobo Bergareche en 2022 (editado en Libros del Asteroide).

Dirigida y adaptada al teatro en forma de monólogo por Daniel Veronese, otra figura de la escena porteña bien conocida de la afición madrileña, podría pecar de ser otra crónica íntima sobre el desamor en la pareja si no fuera por la destreza de su autor para esquivar lo previsible y explorarlo por la senda de la crítica y la nostalgia.

Veronese escoge una de las dos historias que se cuentan en el libro: la de Luis, periodista español de viaje en Austin, donde prepara un reportaje, que escribe una larga carta a su esposa con la que lleva casado más de tres lustros y con la que comparte tres hijos. En ella le manifiesta su estado anímico y su zozobra por el tedio y la rutina que ha invadido sus vidas.

La selección de anécdotas de su matrimonio y el tono objetivo y de un cariño sincero que emplea Sbaraglia/Luis en su historia procura la identificación inmediata del público.

No estamos ante el desarrollo trivial de una posible separación beligerante o de un adulterio, sino la historia universal de un amor con el que se vivieron días felices y sencillos que el tiempo ha ido enterrando con paladas de aburrimiento. ¿Quién no los querría recuperar?

El protagonista no busca culpables ni da remedios, y tampoco se aferra a una ilusión de felicidad, su propósito es manifestar un amor que fue y el estado de pérdida en el que se halla. No toma ninguna determinación, acepta su destino que ilustra con una cita de Faulkner: "Entre la nada o la pena, me quedo con la pena". Con la pena por lo perdido.

Sbaraglia arranca tímido, tanteando el terreno, hasta que se acomoda en el espacio y encuentra al personaje y ya su largo texto comienza a fluir entre gestos, guiños y alguna pincelada humorística.

La producción es parca en medios, el espacio está prácticamente vacío, una silla y un biombo que sirve de pantalla a unas imágenes de las que también se podría prescindir.

Es un encantador de espectadores, o mejor dicho, de espectadoras. Cae bien a la primera: expansivo, cercano, espontáneo, tiene gracia hasta cuando corrige sus errores. Y es un acierto que lo oigamos en su versión original, que no hayan adaptado el español argentino al nuestro, gana en autenticidad.

Nos hace creer que el personaje que vemos en el escenario es él haciendo de sí mismo; que no es un actor enmascarado en su rol. Revierte el proceso de creación de la máscara: logra que Luis se adapte a la impronta, estilo y temperamento de Sbaraglia —o eso queremos creer—.

Es un código interpretativo invasivo donde la personalidad del actor fundamenta la obra, la hace crecer y ganar en autenticidad y que posiblemente irá adquiriendo mayor consistencia en las futuras representaciones.

Su estilo me hizo recordar el de Ricardo Darín, quien curiosamente también protagoniza desde hace años una historia sobre el desamor matrimonial, Escenas de la vida conyugal, con la que nos visita casi cada temporada desde hace más de un lustro y que justo acaba de finalizar en el Rialto la semana pasada.

La galaxia artística argentina se completa este mes de octubre con los tres espectáculos del Teatro San Martín de Buenos Aires programados en los Teatros del Canal y del que ya dimos cuenta aquí del primero (todavía en cartel y hasta el día 12 Sansón de las islas y el particular Medida por medida de Gabriel Chamé). Por otro lado, la cantante Elena Roger actuará en Madrid y Barcelona a finales de mes.

Los días perfectos

Teatro La Latina, hasta el 26 de octubre

Autor: Jacobo Bergareche

Dirección: Daniel Veronese

Reparto: Leonardo Sbaraglia

Escenografía y Video-proyección: Alberto Negrin

Iluminación: Ariel Ponce (El gato)

Musicalización: Daniel Veronese

Producción general: Julieta Novarro

Producción ejecutiva: Mónica Regueiro

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