Vista de la instalación

Galería Soledad Lorenzo. Orfila, 5. Madrid. Hasta el 14 de enero. De 100 a 85.000 euros.

Sergio Prego (San Sebastián, 1966) señala en el catálogo de Proforma 2010 su interés por José Miguel Prada Poole, el diseñador de las cúpulas neumáticas de los Encuentros de Pamplona en 1972, y por las experiencias de Ant Farm en ese mismo ámbito de la arquitectura inflable, de moda en aquella época. También se hacían entonces esculturas neumáticas, como las de Josep Ponsatí, que podemos conocer en La persistencia de la geometría, en Caixaforum Madrid. En los últimos años ha renacido la experimentación con estas estructuras efímeras y de bajo coste que responden a la llamada a la sostenibilidad. Ésta es la tercera vez que Prego trabaja con tubos hinchables: lo hizo antes en el citado Proforma, taller-exposición colaborativa con Jon Mikel Euba y Txomin Badiola e, inmediatamente después, en junio de 2010, llevó un corredor similar a los creados en León a la sección Art Unlimited de Art Basel.



Hay una diferencia ahora: el mismo tipo de tubo, al introducirse en un espacio mucho más reducido, se pega a paredes, suelo y, casi, techo, generando una piel interior, unas veces tersa y otras fruncida, con unas connotaciones digestivas mucho más logradas que en las versiones anteriores. Además, mientras que en aquéllas se proponía un recorrido pautado por el tubo, aquí el espectador queda libre para experimentar el espacio, desdibujándose el concepto de "corredor". La experiencia es táctil, visual -una luminosidad uniforme y extraña- y, sobre todo, respiratoria. La entrada en el inflable, y la salida -que sugiere un parto-, se hacen a través de un umbral huracanado que da paso a una sorprendente quietud del aire; la propia piel interior exhala cuando se abre e inhala cuando se cierra.



Aun siendo todo esto interesante y valioso, los inflables de Prego están más cerca de esas primeras tentativas de los 60 y los 70 que de los usos actuales, muy sofisticados, que arquitectos y artistas hacen de este recurso. Pensemos en el pabellón de Rem Koolhaas junto a la Serpentine Gallery, en el edificio Media-TIC, de Enric Ruiz Geli, en 22@Barcelona, en la ampliación inflable que han diseñado Diller Scofidio + Renfro para el Hirshhorn Museum o en el laboratorio ártico rodante -utópico- de Les Bêtes. En estos mismos días, Tomas Saraceno ha instalado espectaculares esferas neumáticas en Hamburger Banhof, Berlín y, hace sólo unos meses, Anish Kapoor agigantaba en el Grand Palais su impresionante Leviatán. Este artista colabora en la actualidad con Arata Isozaki para producir la que será seguramente la estructura neumática más grandiosa de la historia: Ark Nova, la sala de conciertos transportable que el Festival de Lucerna llevará de gira por Japón. No sería justo comparar estos grandes proyectos con los mucho más modestos de Prego; sólo señalo la diferencia en el enfoque. Frente a las esculturas lúdicas de Yayoi Kusama o Paul McCarthy, las que Prego hizo en el MUSAC se emparentan mejor con los proyectos utópicos y de Ponsatí y compañía.

Otros enlaces:

http://www.lmc.ep.usp.br/people/pauletti/Publicacoes_arquivos/Chi-and-Pauletti.Pdf

http://weburbanist.com/2011/09/09/blow-up-buildings-17-inflatable-work

http://www.designhighs.com/inflatable-architecture-2/

http://libarynth.org/inflatable_spaces