Image: Paul Graham o el nuevo documentalismo

Image: Paul Graham o el nuevo documentalismo

Exposiciones

Paul Graham o el nuevo documentalismo

Europe-America

21 octubre, 2011 02:00

New Orleans, 2005

Comisario: Vicente Todolí. Fundación Botín. Marcelino Sanz de Sautuola, 3. Santander. Hasta el 8 de enero.

Nacido en 1956, tiene a sus espaldas haber exhibido su obra en la 49ª edición de la Bienal de Venecia (2001), inaugurado el Fotomuseum Winterthur de Suiza, expuesto individualmente en el MOMA y ser uno de los 24 fotógrafos que participaron en Cruel and Tender en la Tate Modern de Londres (2003), una de esas expos de referencia. Es Paul Graham y ésta es su última exposición en nuestro país.

"Yo también era antes un joven airado, pero ahora me he calmado un poco", decía Paul Graham (Stafford, Reino Unido, 1956) con una sonrisa en la presentación de su exposición en la Fundación Marcelino Botín en Santander. Y es una afirmación con la que todos nos sentimos un poco identificados. La edad apacigua los ánimos y nos hace más reflexivos.

Con Martin Parr o Chris Killip y, de forma más colateral, Anna Fox o John Davies, Graham pertenece a la generación de fotógrafos que en los 80 abordó una doble tarea: renovar el género de la fotografía documental, que entonces era el centro de toda la teoría crítica sobre la fotografía, y aplicar esa renovación a la denuncia del desmantelamiento del estado de bienestar en Gran Bretaña por el gobierno de MargarethThatcher.

Aquellos jóvenes airados cometieron sacrilegios como el uso del color o la búsqueda de nuevos canales de difusión de su obra, alejándose de los medios de comunicación que habían sido el soporte básico de la fotografía documental. En su lugar, la galería fotográfica y, de manera complementaria, el libro como soporte que les permitía dar a conocer su trabajo sin someterse a la manipulación de las mesas de edición de Fleet Street. Al mismo tiempo, su obra se alejaba de los dogmas establecidos por el documentalismo clásico, que entendía que la "fotografía seria" tenía que hacerse en blanco y negro y que la imagen debía contar una historia.

Si los inicios de Paul Graham -con series como Beyond Caring, con las colas ante las oficinas de empleo durante el mandato de Thatcher, o A1, un viaje por la autopista que enlaza Londres con el norte del país- se mantienen en cuanto al tema en el canon del documentalismo, su difusión se aparta de las pautas convencionales. Ambas son series concebidas con la galería fotográfica en mente, pero rompiendo también con las pautas de exhibición: nada de marcos de madera oscura, de imágenes del mismo formato, perfectamente alineadas a lo largo de la pared. Al igual que Andreas Gursky en Düsseldorf, Graham experimenta con nuevos soportes como el Diasec y presenta sus fotos montadas sobre aluminio a sangre, sin marcos ni passe-partout, agrupándolas y combinándolas de forma libre en la pared.

En su exposición en la Fundación Botín -que coincide con la muestra en la galería La Fábrica de Madrid de su último trabajo, Films- ha seguido la misma pauta. Europe-America combina dos de sus series más conocidas, una realizada al comienzo de su carrera profesional, A New Europe, y la otra en los últimos años: A Shimmer of Possibility. La primera fue el resultado del viaje que emprendió por distintos países de la Unión Europea, España entre ellos, intentando mostrar las semejanzas y diferencias entre sus pueblos. La contraposición americana fue publicada en dos formatos distintos: como un único libro o como una serie de 12, cada uno de los cuales cuenta una historia.

Pero esta preocupación de Graham por la renovación del lenguaje fotográfico, tanto en lo iconográfico como en lo expositivo, plantea la gran duda que planea sobre su trabajo. ¿Estamos ante un formalista, para quien la experimentación en la expresión ha sustituido al contenido? ¿O es que la única deriva posible al viejo documentalismo era, precisamente, la investigación en lo formal?