Exposiciones

Los fantasmas de la imagen. Hipnosis y seducción

Primera generación. Arte e imagen en movimiento, 1963-1986

16 noviembre, 2006 01:00

Ulrike Rosenbach: Heracles-Herkules King Kong, 1977-2005

Comisaria: Berta Sichel. MNCARS. Santa Isabel, 52. Madrid. Hasta el 2 de abril.

Al igual que no se hacen exposiciones de lápices, sino de dibujos, tampoco se hacen exposiciones de vídeo, sino de imágenes en movimiento. Conviene, pues, dejar de lado, a las puertas de esta exposición, ese bagaje común de consideraciones que suelen primar al soporte o al medio tecnológico sobre la apreciación de la imagen en movimiento como práctica artística, o sobre la evaluación crítica de las posibilidades de representación propias de este tipo de imágenes. Porque de lo que trata esta magnífica exposición -Primera generación. Arte e imagen en movimiento, 1963-1986- no es tanto de la historia de la videograbación cuanto del desarrollo de unas nuevas y extraordinarias expresiones plásticas y narrativas. Por supuesto que estas nuevas formas de representación visual se producen poderosamente influidas por las tecnologías innovadoras de la imaginería cinematográfica (vídeo, televisión, programas interactivos, Internet, tecnología digital), pero lo determinante en ellas en cuanto expresión artística, o sea, lo que en ellas investigan los artistas de esta exposición, que han sido los primeros en utilizarlas, son sus rasgos formales en cuanto imágenes en movimiento.

Esta aventura singular se inició en 1963 con la coincidencia de dos exposiciones: la de Wolf Vostell (Leverkusen, 1932-Berlín, 1998) en la Smolin Gallery de Nueva York, donde presentó 6 TV Dé-collage, la primera instalación que se hacía con aparatos de televisión, sobre muebles de oficina y acompañados de platos con pequeñas plantaciones de brotes de berro; y la Exposition of Music-Electronic Television que Nam June Paik (Seúl, 1932-Miami, 2006) ofreció en la Parnass Galerie de Wuppertal (Alemania). Con obras de ambos artistas (en el caso de Vostell se exhibe la propia 6 TV Dé-collage, mientras Paik deslumbra -literalmente- con el escenario monumental, global, de Mirage Stage, del año 86) se abre y se cierra esta magna exposición organizada por el Reina Sofía, instalada en la tercera planta (1.400 m2) del antiguo edificio Sabatini. Presenta 32 videoinstalaciones, 14 proyecciones monocanal y una oferta de consulta de 80 vídeos monocanal, obras absolutamente representativas de las muy diversas variantes (con referencias a la escultura, a la fotografía, a la escenografía, al happening, a la performance, al minimal y al arte conceptual) del arte de imágenes en movimiento realizadas en el trayecto de sus primeros veinticinco años, una etapa que a la mirada de hoy se ofrece con caracteres de protohistoria, o inclusive de arqueología. Hay que resaltar vivamente que el 80 por ciento de las obras aquí reunidas han sido adquiridas por el propio Reina Sofía en estos dos últimos años para su colección, a través de gestiones de Berta Sichel, directora del Departamento de Audiovisuales y comisaria de esta muestra.

En el recorrido laberíntico (al paso), penumbroso (a la vista), mullido (al tacto) e intrigante (al concepto) de la exposición se producen encuentros de inevitable emoción: así, el de la imponente instalación de medios mezclados (foto, performance, vídeo, documentación) Herakles-Herkules King Kong, que Ulrike Rosenbach presentó en la Documenta 6 de Kassel (1977), una pieza histórica del arte feminista; así también, la panorámica compleja y maravillosa de Manhattan is an island (1974), de Ira Schneider, donde el arte y la vida acontecen de manera simultánea en una inolvidable presentación "multivista"; asimismo, la imponente y difícil instalación vídeo-escultórica-lingöística Primarily Speaking (1981-83), de Gary Hill, asombroso creador de imágenes interrelacionadas con palabras; o igualmente, la fascinante instalación PM Magazine (1982), de Dara Birnbaum, donde las imágenes televisivas se ensimisman hasta convertirse en auténticos fantasmas, tan alienados como seductores… Son obras clásicas de un arte tan imprevisible como abierto a producir maravillas muy diversas: como la escenográfica instalación audiovisual Habitación para San Juan de la Cruz (1983), de Bill Viola, de espacios, objetos, imágenes y sonidos sobrecogedores; o el minimalismo radical del brasileño Rafael França en Third Commentary (1981), quien siempre se distinguió por la simplicidad formal, la utilización moderada de lo tecnológico y el narcisismo de su autoexposición al público; o el meditativo proyecto Between the Lines (1979), de Antoni Muntadas, sobre el concepto de lo visible/invisible y los límites mentales/físicos de la televisión; o el estupendo descubrimiento de Eugènia Balcells en TV Weave (1985), donde los fragmentos sugieren -e incluso representan- algo más grande y más extenso que una imagen completa.

No caben en una visita los recorridos que abre esta muestra, cuyas imágenes en movimiento plantean además -como dice J. Hanhardt- una revisión de las pautas fundamentales que rigen la creación artística: cómo crea y presenta el artista su obra; cómo se enfrenta el espectador a estas producciones; y cómo funciona la obra de arte en tanto que artículo de consumo.