Image: Manuel Vilches

Image: Manuel Vilches

Exposiciones

Manuel Vilches

16 junio, 2005 02:00

Sin título, 2005

Astarté. Monte Esquinza, 8. Madrid. Hasta el 15 de julio. De 1.500 a 5.500 e

En su segunda individual madrileña, Manuel Vilches (1963) presenta piezas a medio camino entre la fotografía y la intervención pictórica, con suave deslizamiento por técnicas de cut-up de por medio. Se trata de obras pertenecientes a una serie llamada Deconstructing en la que el extremeño viene trabajando últimamente. En ellas gana terreno la fotografía y, sobre todo, sus posibilidades de trastoque digital, frente a la sutil intervención del óleo que, no obstante, se mantiene y perfecciona su ilusionismo y cualidad humorística. Además, posiblemente se pierde algo de la poética de aires metafísicos de series anteriores como aquella Intervenciones, pero ciertamente estas nuevas imágenes superan y trascienden la amplitud de cuestionamiento de las fronteras de lo real visible y lo imaginario de aquéllas. En mitad de parajes cercanos a la nada, inhóspitos no-lugares (desordenados solares y baldíos de extrarradio), se levantan construcciones arquitectónicas que son sólo fachada, que han sido desprovistas de interior. Como en un decorado, los paneles que las conforman son manipulaciones de apariencia realista que dejan ver las fallas y junturas que les dan apariencia de casa, de hangar, de nave industrial. Lo arquitectónico se somete así a la bidimensionalidad de los medios plásticos empleados, y comienza a ser intercambiable, vacuo, inhabitable. De alguna manera, Vilches parece haberse propuesto forzar el trampantojo, exagerarlo para que penda de un hilo, sin llegar a caer pero alcanzando más allá de lo metafísico. Agarrándose, de manera algo irónica, a lo más físico, estas imágenes descomponen la representación de lo falso y, sin engaños esta vez, ayudan a desvirtuarla.