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En 1986, el arte español vivía un punto de inflexión institucional y generacional: se inauguraba el Centro de Arte Reina Sofía en Madrid (preámbulo de su lanzamiento como museo en 1990), ARCO consolidaba el mercado y emergía con fuerza la “vuelta a la pintura” de los primeros ochenta.

Triunfaban Miquel Barceló, Ferrán García Sevilla, José Manuel Broto, José María Sicilia y Miguel Ángel Campano, nombres asociados a una pintura posmoderna que miraba de reojo a la tradición.

Y en medio de esa escena artística en transición, en abril de ese mismo año se convocó la primera edición del Premio BMW de Pintura, que ganó José Vega Osorio con una obra titulada Composición.

Fue el comienzo de una iniciativa única en el arte español que, desde el ámbito privado, ha impulsado el talento pictórico durante las últimas cuatro décadas.

Con más de 29.000 artistas participantes en estos 40 años, el premio ha sido termómetro y escaparate y, lo más importante, ha servido para visibilizar carreras y para proyectar a jóvenes promesas.

'Retrato nº 51', de Ángeles Agrela, Premio BMW de Pintura en 2015

Es el caso de Hugo Fontela (Grado, Asturias, 1986) que con su Industrial Landscape se hizo con el galardón en 2005, con apenas 19 años, convirtiéndose en el ganador más joven del certamen. “Realmente, el premio significó mi descubrimiento”, confiesa a El Cultural. El artista, que acababa de irse a vivir a Nueva York, asegura que “el premio puso el foco sobre lo que estaba pintando. Durante mucho tiempo fue una carta de presentación”.

Mabel Arce (Santander, 1970), premiada en 2000 por la obra Lavando a la piedra, y Ángeles Agrela (Úbeda, Jaén, 1966), ganadora en 2015 por Retrato nº 51, coinciden en que ganar el BMW de Pintura supuso “una inyección de autoestima”. Un empuje que, en el caso de Arce, le ayudó a seguir pintando a tiempo completo: “Viví unos años muy productivos, en los que vendía casi todo lo que pintaba”.

Agrela se reafirma: “Fue importantísimo tanto a nivel personal como de reconocimiento del trabajo que estaba haciendo en ese momento. Había empezado algo nuevo y no funcionaba, de modo que el reconocimiento significó a la vez prestigio y desahogo material”.

Santiago Ydáñez (Puente de Génave, Jaén, 1969) ya era un pintor conocido cuando ganó el premio en 2018 con su Retrato fallido de Lorca, lo que no quita que fuera “un impulso en su trayectoria y un importante reconocimiento profesional”. Gracias al galardón, amplió su red de contactos, generó nuevas oportunidades y contribuyó a consolidar su posición en el panorama nacional.

'Retrato fallido de Lorca', de Santiago Ydáñez, Premio BMW de Pintura en 2018

En paralelo a la historia

De la abstracción al paisaje, de la figuración a la pintura conceptual y de ahí al textil (como la pieza de Sonia Navarro, premiada en 2023), la historia del BMW discurre en paralelo al devenir de la pintura española de los últimos 40 años.

Así, en 2001 incorporaba la Beca Mario Antolín a la Investigación Pictórica y, hace dos años, el Premio BMW de Arte Digital. Porque, como dice Ángeles Agrela, “la pintura no deja de evolucionar y conmovernos y ahora, con las nuevas tecnologías, todavía queda mucho por ver”.

“En los últimos años –continúa Fontela– ha salido una generación enorme de grandes pintores, quizá equiparable a aquella eclosión de la pintura de los 80. Es un gran momento”, asegura el artista asturiano, que prepara su primera exposición en la galería Espacio Valverde para este invierno.

Con más presencia que nunca en todos los contextos, “la pintura ha ampliado sus lenguajes”, añade Mabel Arce que, tras diez años viviendo en Cornualles (Inglaterra), ha regresado a España y ya trabaja en su nuevo estudio de Carabanchel.

'Lavando a la piedra', de Mabel Arce, Premio BMW de Pintura 2000

En un presente marcado por la IA, “la pintura –dice Ydáñez– siempre encuentra la manera de mantenerse viva y siempre resulta fascinante. Tiene un carácter auténtico y único”. Y continúa la artista ubetense: “No solo no va a perder valor, sino que lo va a concentrar aún más”.

Reputación y tejido

Y de vuelta al premio, los cuatro, sin duda casos de éxito salidos de la ‘cantera’ del BMW, coinciden en que sigue siendo uno de los más prestigiosos de nuestro país, “el de mejor reputación y cuantía [25.000 euros]”, apunta Agrela, que participará en diciembre en la feria ArtBasel Miami con la galería Nicodim, con sede en Nueva York y Los Ángeles, y en febrero en Zona MACO, en México, con la española Yusto/Giner.

Un premio que “aporta visibilidad, apoyo económico y una validación institucional muy valiosa para los artistas, además de fortalecer el tejido artístico”, sentencia Ydáñez, que ultima los preparativos de su individual en la galería Veta de Madrid para el próximo miércoles 12.

Lo cierto es que, con esta edición redonda, el BMW sigue celebrando la vitalidad y el talento. Este año –que ha premiado a Amaya Suberviola en la categoría de Pintura y a Chino Moya en la de Arte Digital– veremos, además, las obras de los finalistas en una exposición en Madrid.

'Industrial Landscape', de Hugo Fontela, Premio BMW de Pintura 2005

Se inaugurará el día 20 de noviembre en el Centro Condeduque y permanecerá abierta hasta finales de enero. Una fiesta de la pintura para brindar por otros 40 más.