Vista del stand de Helga de Alvear con las obras de Julian Rosefeldt

Esta edición de la feria ha llegado a su ecuador y los galeristas se atreven a hacer el primer balance. En general, tanto los expositores nacionales como internacionales, se muestran contentos con las ventas. Cada año mejora y el coleccionismo español parece que están recuperando su fuerza.

Muy en sintonía con la tendencia de recuperación de los últimos años, en las que ARCOMadrid recuperaba posiciones previas a la crisis económica, 2019 ha confirmado la mejora del mercado del arte según las sensaciones que han dejado las primeras jornadas en los galeristas españoles. Por fin, señala Íñigo Navarro de Leandro Navarro se ha "activado ya el mercado español. En España ya se está normalizando la actividad y, por otra parte, viendo el programa internacional yo creo que la feria está resultando muy positiva".



Como él, Guillermo Romero Parra de Parra & Romero apunta que "el galerismo español se está valorando más". En ese sentido "las instituciones están haciendo un buen trabajo", reconoce. Un ejemplo de las horas buenas del sector lo da Ignacio Múgica de la galería Carreras Múgica que el mismo día de la apertura de la feria, el miércoles 27, nada más llegar a su stand tenía dos compradores esperándole para cerrar dos esculturas. "Nunca me había pasado algo así en 22 años", comparte el galerista que ha recibido visitas del Museo Reina Sofía, coleccionistas europeos, nacionales... "Diversidad", es la palabra que utiliza. "Lo bonito, lo que nos gusta es eso… Hemos vendido de casi todos los artistas. Por ejemplo, una pieza de Richard Serra se ha vendido a una colección española".



Y este es otro punto de mejora, "las colecciones privadas de las que en los últimos diez años nos habíamos olvidado, están empezando a reaparecer". Las colecciones privadas se animan, pero también los coleccionistas nacionales, según coinciden casi todos los galeristas consultados. "Iba a decir que está muy igualado, entre nacionales e internacionales -reflexiona Múgica- pero ahora que lo pienso igual hay más nacional".



Vista de la galería Hernique Faria

Algo más comedidas, aunque en la misma sintonía, se muestran Elisa Echegaray, responsable de prensa de Helga de Alvear, y Ester Almeda de Moisés Pérez de Albéniz. Para la primera, las ventas están mejorando "pero el vídeo cuesta más, aunque está gustando mucho", señala con respecto a su stand, dedicado a Julian Rosefeldt. Por su parte, Almeda apunta que "con respecto al año pasado, que nos fue muy bien, este año las compras son más pensadas. Ayer, por ejemplo, fue más fuerte que el miércoles, porque fue cuando se tomaron decisiones", matiza.



En general, todos coinciden en el buen nivel de esta edición, de la que su director, Carlos Urroz, afirmó que sería la mejor de su periodo. "Evitando la polémica inaugural, que el año pasado nos tocó de lleno a nosotros también, creo que está resultando una feria bastante atractiva", valora Echegaray. Para Íñigo Navarro ARCO "está resultando muy dinámica. Esta gama de colecciones es enorme y es fantástica".



Una de las posibles razones la señala Carolina Parra de T20. "Hay varias aportaciones que han sido aciertos -afirma-. Como por ejemplo lo de los proyectos especiales, que las galerías tenemos anexas a nuestro stand. Luego también el país invitado, Perú, es un país que tiene muy buenas galerías y artistas y ha atraído a coleccionistas con muy buen nivel".



Pero ARCO todavía no se ha terminado. Aunque todos coinciden en que las ventas importantes es posible que ya hayan pasado, ninguno pierde la esperanza de cara al fin de semana. "Todavía confiamos en que sigan viniendo los coleccionistas", señala Carolina Alarcón de Alarcón Criado. Y es que, como apunta Romero Parra, "es una feria donde puede suceder todo en cualquier momento". "Hasta el final siempre le doy valor -comenta Íñigo Navarro por su parte-. El fin de semana viene gente del resto de España que no ha podido venir antes. Es una feria activa hasta el final".



El mercado se consolida

La obra de Jenny Holzer se expone en el stand de Hauser & Wirth

El optimismo de esta edición parece ser generalizado. Así lo confirman algunos galeristas internacionales. Las ventas están girando a favor y se dividen, casi a partes iguales, entre coleccionistas españoles e internacionales. Además, la arquitectura diferenciada de Perú en el Pabellón 7 ayuda a la visibilidad y están recibiendo una cantidad elevada de visitas. Esta es la sensación que tiene Lizandro Velasco-Astete, que habla en nombre de la galería Forum. Para su espacio la comisaria Sharon Lerner ha escogido piezas de Flavia Gandolfo, cuyas obras han sido vendidas a colecciones privadas peruanas y alemanas, y Juan Enrique Bedoya.



A quien parece irle realmente bien es a la limeña Wu, que presenta la obra de Ana Teresa Barboza y Alberto Casari. La cantidad de gente que se arremolina junto a las obras de Barboza apenas deja lugar a su directora para trabajar. "Barboza empezó haciendo obras que tenían que ver con el cuerpo pero ha evolucionado hacia la ecología", explica Valentina Lucas en su lugar. Cada imagen de la artista viene con una prolongación tejida con lana extraída del lugar retratado. "Los hilos a veces los pinta manualmente pero otras deja que se pigmenten solos en su lugar de procedencia. Al final no se sabe si la imagen se está deshaciendo o se está construyendo". Estos trabajos se están vendiendo muy rápido y, por ello, los que colgaban en las primeras horas de apertura de la feria no son los que se ven ahora. "Las hemos tenido que cambiar porque se está vendiendo mucho", y lo están haciendo tanto a "museos aún por abrir como a galerías de Alemania y Francia".



La que cada año acierta y siempre se muestra optimista es la parisina Lelong, que ha recalado en ARCO con obras de artistas españoles como Jaume Plensa, Picasso o Miró, este representado por una obra valorada en cuatro millones de euros que aún no ha encontrado nueva residencia. "A la feria siempre viene mucha gente y estamos habituados a tener cierto éxito. Este año está yendo muy bien y hemos recibido mucho interés por Plensa", ha comentado François Dournes. Finalmente ha sido un coleccionista español quien la ha adquirido por 240.000 euros (sin IVA). Aunque saben que su stand ha saltado a las páginas de los diarios y revistas por tener una de las obras más caras de la feria, Dournes ha querido recalcar que también trabajan con "grabados y obra gráfica con precios de 400 euros". Los jóvenes, cree, están mostrando interés en el coleccionismo y, de hecho, ha habido años en los que han vendido piezas a grupos de jóvenes que habían puesto un dinero común para comprar un regalo de boda. "Aunque durante los años de la crisis este tipo de compra se había detenido, ahora ha vuelto".



Dos obras de Ana María Barboza del stand de la galería limeña Wu

Este tipo de obra más asequible, resalta el veterano Pedro Cera, "son las que mejor se venden". Estas y las más caras. La gran dificultad del mercado se encuentra, sin embargo, en la obra de artistas de media carrera con precios que se sitúan a medio camino entre estas categorías. "Quienes pueden acceder a piezas de precio elevado lo hacen, lo ven como una inversión porque les garantiza la preservación de su patrimonio y los trabajos de artistas jóvenes suponen un riesgo mínimo", sostiene. Como es habitual, las ventas del galerista lisboeta, que este año acude con Ana Manso, Paloma Varga Weisz, Antonio Ballester Moreno, Marinella Sanatore o Gil Corteçao, son similares a las de la pasada edición porque "es una feria consolidada".



Algo similar opina su colega portugués Nuno Centeno que en las primeras jornadas ha recibido el interés de la Colección Fundación ARCO. Aunque el portuense no se muestra "eufórico", sí está manteniendo contacto con coleccionistas que hasta ahora no conocía, siendo este uno de los grandes activos de la cita madrileña. El hilo conductor de su stand es el "gesto, la abstracción, la figura, la presencia humana y la relación entre el hombre y la máquina", explica. Centeno ha destacado, también, la "buena calidad de esta edición en la que se nota que Maribel López ha tenido una galería y conoce las necesidades y dificultades que esto conlleva".



Aunque habrá que esperar al balance oficial, quizá Carlos Urroz estaba en lo cierto los días previos a la apertura de ARCO y esta sea "la mejor edición de la década". El optimismo, desde luego, es generalizado y las ventas así lo confirman.



@mailouti | @scamarzana