Salvador Dalí: Las acomodaciones de los deseos (1929). The Metropolitan Museum of Art, Nueva York

Hasta ahora, nadie había concedido demasiada importancia al hecho de que la mayoría de las obras que Salvador Dalí (Figueras, Gerona, 1904-1989) pintó en los primeros años en que formó parte del movimiento surrealista, de 1929 a 1936, fueron realizadas en pequeño formato. Muchas de ellas tienen aproximadamente 30 cm de largo, pero alguna incluso mide menos de 7 cm. El Meadows Museum de Dallas (Texas, EE. UU.), consagrado al arte español desde la Edad Media hasta la actualidad, ha sido la primera institución en estudiar en profundidad las características de estos cuadros y las implicaciones que la elección de este formato tuvo en la carrera del célebre artista de Figueras. Como resultado de este nuevo enfoque sobre la obra daliniana, el centro adscrito a la Universidad Metodista del Sur inaugurará el próximo 9 de septiembre la exposición Dalí: Poetics of the Small, 1929-1936 (Dalí: Poéticas de lo pequeño, 1929-1936), que reúne cerca de dos docenas de pinturas de pequeño formato de Dalí, incluyendo obras como Las acomodaciones de los deseos (1929), El Ángelus (h. 1932), y El destete del mueble-alimento (1934). Los cuadros proceden de centros como el Metropolitan de Nueva York, el Museo Dalí de San Petersburgo, en Florida, la Fundació Gala-Salvador Dalí, de Figueras, y colecciones privadas.



Todo empezó en 2014, cuando el Meadows Museum adquirió su primer cuadro de Dalí, titulado El hombre pez (1930). "Durante su adquisición, estudiamos la obra en profundidad y realizamos análisis técnicos. Los rayos infrarrojos revelaron cambios importantes en la composición, como figuras y un árbol que el artista decidió no incluir", explica Mark Roglán, director del museo y comisario de la muestra junto a la conservadora Shelley DeMaria. "Este estudio, que incluyó rayos X y análisis de los pigmentos, nos ayudó a entender mejor el proceso creativo del artista y desvelar cómo Dalí elaboraba sus cuadros. Uno podría pensar que al realizar una obra de tan pequeñas dimensiones, casi del tamaño de una postal, Dalí tendría completamente ideada su ejecución al iniciar la pintura, pero estos análisis revelan cómo, en algunos casos, cambiaba de idea una vez comenzada la composición".



Salvador Dalí: Pan catalán (1932). Museo Salvador Dalí, Florida

Casi la mitad de la producción de Dalí entre 1929 y 1936 son cuadros de pequeñas dimensiones, subraya Roglán. "Su fascinación por Vermeer, su destreza con el pincel, la importancia de la fotografía, son algunos elementos que motivaron a Dalí para trabajar, durante estos años de militancia en el movimiento surrealista, en obras de pequeñas dimensiones. Se trata de una faceta artística de este genio del Ampurdán que nos parecía importante resaltar y estudiar en profundidad".



De pequeño formato es también una de las obras más conocidas de Dalí, La persistencia de la memoria (1931, en la colección del MoMA de Nueva York), gracias a la cual los relojes derretidos se convirtieron en el elemento más icónico del trabajo del artista. "Estas obras poseen una enorme evocación poética e invitan al visitante a observar con detenimiento los múltiples detalles que aparecen en la composición. Dalí es parte de una larga tradición pictórica en la que prevalece el pequeño formato, desde libros miniados medievales hasta retratos de miniaturas, y en la que artistas tan relevantes como Clovio, Van Eyck, Vermeer, Goya, o Meissonier dejaron obras importantes, y él la adapta al nuevo lenguaje surrealista. El resultado son obras de una gran intimidad y delicadeza", opina el director del Meadows Museum.



Salvador Dalí: La carreta fantasma (1933). Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueras

¿Y qué importancia otorgaba el propio Dalí a la elección del tamaño de sus obras? Para Roglán, "el artista se interesaba muchísimo por todo lo pequeño, y aparece de manera elocuente en sus escritos, poesía, cuadros, dibujos, grabados, y diseños para joyas. No debemos olvidar que para un artista tan anclado en la tradición, que se inspiró tanto en la obra de Miguel Ángel como en la de Rafael o Velázquez, el artista más importante era Vermeer, un pintor conocido por sus obras de pequeñas dimensiones y al que incluso copió".



Según el director del museo, estas obras encajan perfectamente en lo que Dalí describía como "fotografías de sueños pintadas a mano". "Por lo tanto, pintar en pequeñas dimensiones resultó un formato ideal para desarrollar las ideas de su creación más sonada, el método paranoide crítico, en el que una imagen puede tener distintas interpretaciones".



Como parte del proyecto de la exposición, el Meadows Museum ha continuado su investigación en colaboración con el Kimbell Art Museum. Claire Barry, Directora de Conservación del Kimbell, está realizando estudios técnicos de nueve de las pinturas que se presentarán con el objetivo de ampliar la investigación iniciada con El hombre pez. Dichos estudios implican el uso de radiografía de rayos X y reflectografía infrarroja, junto con el análisis de pigmentos, para proporcionar una mejor comprensión de la técnica artística y el proceso de trabajo de Dalí durante la década de 1930. El Meadows colabora también con la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueras, España, y el Museum of Modern Art de Nueva York para analizar otras pinturas a pequeña escala del artista.