Tributo a Morandi, 2017

Muchos se habrán preguntado en alguna ocasión cómo es la casa de Pedro Almodóvar, si es similar a la estética de sus películas o si es completamente lo contrario. El cineasta asegura que a lo largo de los años ha comprado muchas vasijas en Milán, que aparecen en estos bodegones postmodernos que pueden recordar al artista italiano Morandi, e infinidad de objetos que se exponen en su casa. Gran parte de ellos han participado en sus películas aunque nunca han aparecido en un primer plano. Su casa le ha servido para crear unos bodegones fotográficos que se entienden como una autobiografía compuesta por los objetos con los que convive.



Las 70 piezas que se exponen en la Fresh Gallery, galería de Topacio Fresh, contribuyen a conocer la intimidad de este genio del cine y la suma total de las ventas irán destinadas a Mensajeros por la paz. "Sé que no me voy a ganar la vida como fotógrafo y quería donar el dinero a una causa inmediata como la iglesia del padre Ángel. Una iglesia abierta 24 horas a todo tipo de gente", destaca. De hecho, comenta que quiere acercarse a los aledaños de la iglesia para ver lo que sucede dentro y fuera de sus paredes ya que el padre Ángel y este lugar le ha servido de inspiración para una película que "rodará en algún momento", asegura Almodóvar.



Sin título, 2017

Esta afirmación llegó al final de la ronda de preguntas acerca de las fotografías que expone hasta el próximo 26 de octubre. "La mayoría están hechas en la encimera de la cocina sin disimular la realidad. Aparecen las ventanas con sus marcos e incluso los enchufes", apunta Almodóvar. Y es que al director le movía el interés por mostrar la realidad, sin maquillarla. Por eso, cuando tuvo que ir a Cannes y le pintaron las paredes de la cocina no pudo culminar algunas ideas porque aquella suciedad que guardaba la pared le resultaba imprescindible. En las imágenes aparece el mobiliario de su casa como una mesa Fornasetti en la que se pueden ver dos granadas. Una vez más la realidad inunda esta instantánea en la que se ven "los clavos que sostenían una obra de Pello Irazu que en el momento de hacer la fotografía estaba expuesta en el Guggenheim", asegura.



Estas piezas tienen su génesis en abril. "Huyendo del tedio de la última Semana Santa cogí un vaso de cristal, puse dentro una flor y le hice una foto, y el tedio cedió ante una inesperada emoción", explica el director. "Estaba en mi cocina, admiré la luz que entraba por la ventana y la sólida y oscura carpintería de madera, la textura de la pintura al temple de la pared y el corian blanco de la encimera como si fuera la primera vez que los veía", prosigue. Esa luz natural que baña su cocina era primordial para sus fotografías. Sin embargo, el director considera que tiene experiencia en "colocar objetos en sitios pero no soy experto en iluminación". Razón por la que algunas están más oscuras que otras. Almodóvar, dice, pasa muchas horas en casa y la cocina le resulta un lugar íntimo "en el que no se puede mentir". Muchas de las mañanas durante esos meses lo primero que hacía era entrar en la cocina y "miraba la luz que entraba y establecía una relación emocionante con los objetos", asegura. Ahí reside la emoción en "cambiar pronto la mirada sobre un mismo objeto que ves a diario".



Imagen de la exposición Bodegones de Almodóvar. Foto: SC

Sin embargo, Almodóvar no habla de fotografías sino de cuadros. No porque crea que es un pintor sino porque estos bodegones están realizados con un motivo pictórico. Y lo explica así: "Empecé con los kiwis, que no es una fruta bonita pero se presta al bodegón, y luego vinieron los vasos con las flores. Acababa de ver la exposición de los realistas madrileños del Thyssen y recordaba un cuadro muy pequeño de Isabel Quintanilla de un vaso con una flor. Salvando las distancias, claro". Estas piezas se fueron complicando a medida que añadía capas, coches, un fondo de una obra de Dis Berlin, figuras de Malevich... Lo que sí es cierto es que ha "tratado de imitar el elemento pictórico. No he pensado en fotos sino en cuadros. Los picos de las vasijas crean un skyline que puede verse como un homenaje a Morandi aunque no hay referencias a otros fotógrafos", constata el cineasta.



@scamarzana