Together, 2005

Fue la primera mujer a la que el MoMA dedicó una retrospectiva allá por 1982. Aquí, el Reina Sofía nos acercó a la obra de esta poderosa artista en 1999, vinieron luego las exposiciones en Soledad Lorenzo, en el CAC de Málaga (2004) y, más grande, la de la Casa Encendida (2012). Ahora, la mayor muestra en España nos abre de nuevo las puertas al inquietante universo de Louise Bourgeois en el Museo Picasso de Málaga.

Conocida sobre todo por sus enormes arañas de bronce, el crítico británico Adrian Searle la definió como el eslabón directo entre el París de la belle époque y el arte del siglo XXI. El espíritu de Louise Bourgeois (París, 1911-Nueva York, 2010) regresa a nuestro país en forma de gran retrospectiva. 101 obras que recorren su obra (y por tanto su vida, siempre entretejidas) desde los años 40 hasta 2009. Casi cincuenta esculturas, una celda, una pintura y otras tantas obras sobre papel componen en el Museo Picasso de Málaga la exposición He estado en el infierno y he vuelto.



La muestra viene del Moderna Museet de Estocolmo (allí estuvo hasta el pasado 17 de mayo), y en ella, dicen desde el museo malagueño, hay un tercio de las obras que no se habían visto antes en España. Bronce, tejido, látex y aluminio son los materiales. Cabezas, cuerpos, manos, piernas, palos… los motivos. Y, por supuesto, la araña. Esa que ella siempre identificó con su madre, paciente, protectora e insaciable tejedora (su familia tenía un taller de restauración de tapices). Una de las versiones de la famosa Maman (de 1996) podrá verse en el Picasso. Ocho metros de diámetro y más de tres metros de altura es el tamaño de una de sus esculturas más famosas.



Louise Bourgeois en su estudio en Brooklyn en 1993. ©Vera Isler -Leiner

La violencia, el dolor, la culpa, la sexualidad, la maternidad, son los temas que recorren su obra procedentes de su vida. De un padre que le obligó a convivir con su propia amante y de una madre a la que adoraba. De su infancia que "nunca ha perdido su magia, nunca ha perdido su misterio y nunca ha perdido su drama. Todos mis trabajos de los últimos 50 años tienen su origen en mi niñez", decía. Todo esto fue tejiendo una obra dura y compleja -cuerpos mutilados, pechos múltiples, objetos sexuales- pero también fascinante.



Escultura y violencia

El reconocimiento le llegó tarde, seguramente su traslado a Nueva York en 1938 ralentizó el proceso de reconocimiento de la crítica. La retrospectiva del MoMA en 1982 (la primera que el museo dedicó a una mujer) vino para colocar a una mujer de más de setenta años en la cima del arte contemporáneo. "Entonces era ya una creadora conocida -explica el crítico de arte británico Adrian Searle-, si bien vista como inclasificable, marginal y hasta excéntrica. La exposición la convirtió en la gran dama del arte americano". Ese mismo año, 1982, Robert Mappelthorpe la retrató con una de sus esculturas en los brazos: un enorme pene de bronce. En su cara, su característica sonrisa de niña traviesa.



Detalle de 10 AM is When You Come to Me, (2006)

En España, en 1999 su obra pudo verse en el Museo Reina Sofía y, más adelante, en 2002, en la galería Soledad Lorenzo de Madrid. Pudimos ver sus celdas -"lugares para mirar y ser mirado", dijo- en el CAC de Málaga (sí, ya había estado en la ciudad en 2004) y, más recientemente, en la Casa Encendida (2012), en una exposición centrada en los últimos diez años de trabajo de la artista. La comisaria Danielle Tilkin estuvo detrás de la dos más importantes (MNCARS y LCE). "Louise Bourgeois retoma la aguja de antaño para invocar ahora su pasado, hilvanar sus recuerdos o reconducir su narrativa", nos decía entonces.



Escultura, dibujo, pintura, instalación, la artista abordó todos los géneros, creando una obra autobiográfica singular, lírica y radical. Bourgeois concibió esculturas en diversos formatos, creó sugerentes dibujos y grabados, y construyó inquietantes instalaciones. "No confío en las palabras porque es posible mentir sin cesar durante todo el día. Cuando miras a alguien a los ojos ves la verdad. El cuerpo no miente", le dijo a Elena Vozmediano en una entrevista. Y es que el cuerpo, las más de las veces mutilado, es el gran tema de Bourgeois, al que vuelve una y otra vez. "La escultura posibilita una violencia terrible", aseguró. @PaulaAchiaga