La pieza de la artista austríaca Inés Doujak ha sido en centro de la polémica

Finalmente La bestia y el soberano podrá verse en el MACBA. En una carta abierta remitida en la tarde del viernes a los medios, el director del museo Bartomeu Marí anuncia que, "ante la práctica unanimidad de voces de asociaciones profesionales y sectoriales, entidades e individuos exigiendo la apertura de la exposición La bestia y el soberano, he decidido que esta sea accesible al público a partir de mañana, sábado 21 de marzo". Marí explica que las consecuencias de retirar la obra "han sido contrarias a las deseadas", asegura que "nunca he creído que mi gesto fuera de censura" y anuncia que pone su cargo "a disposición del consorcio del MACBA".



El MACBA decidió cancelar la exposición La bestia y el soberano a causa del desacuerdo entre el director del museo, que quería retirar una obra de la muestra, y la artista y equipo de comisarios, que se negaron a excluirla. La obra en cuestión es de la austríaca Inés Doujak, una artista habitual en otras colectivas del museo, y se había expuesto en 2014 en la Bienal de Sâo Paulo bajo el título de Not Dressed for Conquering: una escena sexual del rey Juan Carlos, la líder feminista boliviana Domitila Barrios de Chúngara y un pastor alemán. La propia artista explicó entonces, en la presentación de la bienal, que esta escultura fruto de un proyecto de investigación sobre las complejas relaciones entre Europa y América Latina, era "una representación visceral de la explotación".



En el caso del MACBA, la exposición esconde una ácida alegoría: la bestia, que se supone que desconoce el derecho, y el soberano, cuyo poder reside precisamente en su capacidad de suspender el derecho. El de expresión lo hace ahora el museo, porque ninguno de los cuatro comisarios imaginó que este proyecto acabaría así, ni Hans D. Christ y Iris Dressler, directores del Württembergische Kunstverein de Stuttgart, el centro que co-produce la muestra, ni Paul B. Preciado y Valentín Roma, del propio equipo del MACBA, fichados hace poco más de un año celebrando una "nueva etapa" del museo... ¿Un caso de censura? "No. El museo es un medio de comunicación y la lectura que desprendía esta exposición son nocivas para la institución. Mi trabajo, como director del MACBA, consiste, entre otras cosas, en velar en que el museo no se debilite. El MACBA es un museo público. Si fuera un museo privado sería diferente, pero no es el caso. Así que he cancelado la exposición por coherencia, no por miedo", dice Bartomeu Marí, el director.



Ante la decisión se convocó un encuentro de gestores, comisarios y artistas en las puertas del museo. Los artistas no daban crédito a lo sucedido. La plantilla del museo siguió igual de atónita los acontecimientos. Bartomeu aseguró que no había recibido presiones de ningún tipo: "El Patronato del museo no ha tenido nada que ver. La decisión la tomo yo por mí mismo. El MACBA siempre ha trabajado con una total y absoluta libertad para pensar los contenidos del museo. Pero, del mismo modo que trabajamos con esa libertad, tenemos una gran responsabilidad en lo que proponemos".



De hecho, según afirma Marín en su último comunicado de este viernes "la publicidad dada a la obra y las opiniones emitidas por muy diferentes sectores de la sociedad, desde el mundo del arte y la cultura hasta la política y los medios de comunicación, así como los profesionales internacionales del arte, me han hecho reconciderar la decisión inicial de no inaugurarla".