Detalle de Retrátala desaparecida, 1962, de Pauline Boty (Mitos del Pop, Museo Thyssen-Bornemisza)

Comienza nuestro verano artístico en Madrid, que este año es la capital del Pop, con las exposiciones de Mitos del pop en el Thyssen y Richard Hamilton en el Reina Sofía, con permiso de El Greco, claro.

Ha querido Madrid refrescar el ambiente artístico este verano con dos exposiciones programadas por el Museo Thyssen y el Reina Sofía. Los Mitos del pop llegaban a la capital a principios de junio y las icónicas imágenes de los artistas que revolucionaron el arte en los 60 y 70 coparon nuestro imaginario ávido de colores vivos y caras alegres de mujeres en el baño, dibujos animados y objetos domésticos pasados por el filtro mágico de Andy Warhol. La exposición, que puedes verse hasta el 14 de septiembre, nos acerca los grandes nombres del movimiento artístico decisivo de la segunda mitad del siglo XX: Rauschenberg, Wesselmann, Hockney, Lichtenstein o los españoles Equipo Crónica, Gordillo y Genovés. Y, por supuesto Richard Hamilton, el padre del Pop Art que definió al movimiento como un arte "popular, efímero, prescindible, barato, producido en serie, joven, ingenioso, sexy, divertido, glamuroso y un gran negocio" y a quien, además, el Museo Reina Sofía dedica una retrospectiva.



En el Thyssen, comisariada por Paloma Alarcó, la muestra reúne más de cien obras procedentes de cincuenta museos y colecciones particulares de todo el mundo, con préstamos destacados de la National Gallery de Washington, la Tate de Londres, el IVAM valenciano o la prestigiosa colección Mugrabi de Nueva York. El toque Thyssen lo da esta vez el enfoque: se muestra aquí un arte pop que no sólo mira al cine, al cómic, a la televisión y la publicidad sino que mira, y con los ojos bien abiertos, a la Historia del Arte.



Y en cuánto a Hamilton, ¿qué decir de la exposición del Reina Sofía que no se haya dicho ya? Tan solo recordar el artículo de nuestro crítico Mariano Navarro que recomiendo leer a todo aquel que vaya a pasar por el museo de San Isabel y a todos los que no puedan ir, pues da buena cuenta de lo que allí acontece. Y, por supuesto, no se pierdan la conversación inédita que publicamos con el artista, la charla no tiene desperdicio. Procedente de la Tate Modern de Londres y comisariada por Vicente Todolí y Paul Schimmel, llegaba a Madrid mucho más ampliada, con más de 270 obras, lo mejor de su producción desde los años 50. "Es una de las exposiciones más sugerentes y provocadoras de las que hemos disfrutado en años", dejaba escrito Navarro. Una cita imprescindible para este verano, que podrá visitarse hasta el 13 de octubre.



También en el Reina Sofí apuede visitarse hasta el 22 de septiembre Playgrounds y, en el Palacio de Velázquez, la estupenda individual de Kerry James Marshall, el pintor contemporáneo de la negritud.



Un verano de Greco

Como no podía ser menos este verano del Año Greco, el Museo del Prado, que ya mostró en abril La biblioteca de El Greco, regresa ahora al griego de Toledo con una de las más importantes muestras del aniversario: El Greco y la pintura moderna. El título lo dice todo: la exposición, patrocinada por la Fundación BBVA, aborda la influencia del pintor en el desarrollo de la pintura de los siglos XIX y XX. No hay que perderse la oportunidad de admirar, junto a las pinturas del cretense, las de Dacon, Beckmann, Zuloaga y Delaunay. Junto a La dama del armiño, de El Greco, la de Cézanne y la de Giacometti. Y junto a su Caballero de la mano en el pecho, el de Modigliani.



Y ya que estamos en el Prado merece la pena asomarse a otro diálogo, el de los retratos de Alberto Schommer con los de Goya, Velázquez, Luis de Morales y José de Ribera entre otros. Rostros de escritores (Ayala, Alberti), filósofos (Aranguren, Caro Baroja), artistas (Chillida, Saura, Antonio López), siempre en blanco y negro y siempre de frente, se ven las caras con retratos y autorretratos históricos.



La visita a CaixaForum ya se ha convertido en parada obligada en esta milla del arte capitalina y allí este verano nos aguarda Le Corbusier: organizada por el MoMA con fondos del museo y de la Fundación le Corbusier, es la más completa que se ha podido ver en nuestro país en veinticinco años. 200 obras, incluidas las recreaciones de cuatro interiores, que dan cuenta de la importancia del paisaje en su obra. Además, en otra de las salas, la exposición Mediterráneo. Del mito a la razón, proveniente como la anterior de la sede de Barcelona, muestra con 165 el origen de Europa o, mejor, el nacimiento del nuevo orden occidental en el siglo V a.C.





Cartier-Bresson: Courses de chevaux, Thurles, Tipperary County, Munster, Irlande, 1952. ©Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos



Cerca de Colón, pero todavía en el triángulo del arte madrileño donde desde luego hay que pasar más de una día si se quiere ver todo, llegamos a la sede de la Fundación Mapfre que este verano está volcada con la fotografía. En su sede del Paseo de Recoletos 23, la mayor retrospectiva del gran Cartier-Bresson desde su muerte. 500 fotografías de uno de los fundadores de la Agencia Magnum, a podado "el ojo del siglo", el objetivo de su cámara fue testigo vivo y vital de la historia del siglo XX. Una exposición que, como escribió aquí el crítico Santiago B. Olmo, rompe con los tópicos más reduccionistas" de la obra de Cartier-Bresson. Muy recomendable.



Pero es que además esta primavera Mapfre estrenaba nueva sede dedicada en exclusiva a la fotografía en la calle Bárbara de Braganza (a la vuelta de la esquina, para entendernos) y es allí donde todavía puede verse la exposición dedicada a la británica Vanessa Winship. Y, no muy lejos, en el Círculo de Bellas Artes, acaba de inaugurar uno de nuestros fotógrafos contemporáneos más reconocidos: Alberto García Alix.



En la Fragua de Tabacalera, un proyecto de Tania Pardo y el colectivo NOPHOTO ofrece otro modo de montar, ver, e imaginar una exposición. Planteado a la idea de Duchamp, sobre los museos transportables en maletas y como una cadena curatorial en la que cada comisario elabora una exposición con los doce miembros de NOPHOTO, el resultado son trece cajas concebidas como trece exposiciones fotográficas portátiles; cada una contiene 12 imágenes correspondientes a los 12 fotógrafos: Jonás Bel, Iñaki Domingo, Paco Gómez, Jorquera, Carlos Luján, Eduardo Nave, Juan Millás, Eva Sala, Juan Santos, Carlos Sanva, Marta Soul y Juan Valbuena. Los trece comisarios invitados que trabajan cada uno bajo una temática específica son Rafael Doctor, Eva González Sancho, Rosa Olivares, Virginia Torrente, Sergio Rubira, Roberto Vidal, Iraida Lombardía, Pablo Flórez, Manuel Segade, Martín Manen, Manuela Villa, Horario Fernández y Estrella de Diego. Un experimento muy original.



Merece la pena también poner rumbo a Móstoles donde Raqs celebra su primera individual en España. Organizada por el CA2M, la muestra intenta responder a las preguntas frecuentes sugeridas por este colectivo que une el arte a su labor de comisariado, investigación y educación. También en las afueras, en el Centro de Arte de Alcobendas, estos días de vacaciones en Madrid pueden ser una buena oportunidad para visitar la exposición de Johann Ryno de Wet, uno de los fotógrafos surafricanos más relevantes de su generación, así como la individual del pintor Rufo Criado, Contrapuntos ornamentales.



El Greco en la tierra

Ya en carretera, salimos de la Comunidad de Madrid para adentrarnos en las exposiciones que nos ofrece este verano Castilla y León. En Valladolid aún podemos ver, antes de que llegue a Madrid, Entre el cielo y la tierra. Doce miradas al Greco 400 años después, que reúne a doce artistas contemporáneos en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid para rendir homenaje y tributo al pintor. Entre ellos, Jorge Galindo, Marina Nuñez, Kuis Gordillo y Cristina Iglesias muestran sus trabajos a la manera del griego. A partir del 10 de septiembre en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.



Dos grandes exposiciones hacen que la visita al MUSAC de León merezca también la pena. Por un lado Colonia apócrifa reflexiona sobre cómo se construyen, se difunden y se interpretan las imágenes coloniales. Para ello el comisario Juan Guardiola ha recurrido a las obras de artistas como Carlos Aires, Ignasi Aballí, Bleda y Rosa, Luis Camnitzer, Tania Bruguera, Marcelo Expósito, Miguel Trillo, Santiago Sierra y Fernando Sánchez Castillo, entre muchos otros. Por otro lado, la muestra de Concha Jerez que ha organizado Alicia Murría supone un recorrido por una parte sustancial de la obra de la artista: aquella que aborda los medios de comunicación. 21 piezas fechadas entre 1974 y 2014.



Y hasta el 28 de septiembre puede verse la individual de Gonzalo Sicre en el CAB de Burgos. El artista, que viene y va entre la pintura y fotografía y del que acabamos de ver un proyecto específico en el original espacio de la Naval en Catargena, muestra en Burgos cuatro espacio de luz tibia, como él mismo denomina, ambientes en penumbra donde brillan con más fuerza sus pinturas. Como sus admirados Edward Hopper y Leon Spilliaert, Sicre transita por un territorio interior ordenado y en calma que desprende altas dosis de melancolía. Sin salir del CAB, Fernando Martín Godoy y Pepe Medina completan la oferta veraniega del centro burgalés.





José Manuel Ballester: Archivos del Alcázar de Segovia, 2013 (Museo Esteban Vicente de Segovia)



Y volviendo hacia Madrid, parada obligada es el Museo Esteban Vicente de Segovia que haciendo un gran esfuerzo logra sobrevivir pese a la falta de presupuesto. Allí, además de la colección dedicada al pintor, estos meses expone el fotógrafo José Manuel Ballester que ha realizado un proyecto fotográfico específico sobre la ciudad y muestra imágenes de rincones de sus edificios históricos desde perspectivas nunca antes vistas. Umbrales de silencio puede verse hasta el 14 de septiembre en el Museo y también en otros lugares de la ciudad como la Academia de Artillería, el Alcázar, el Museo de Segovia y el Museo Zuloaga (Iglesia de San Juan de los Caballeros).



Toledo en el mapa

Toledo se une este año a nuestras rutas artísticas veraniegas. El motivo no es otro, como se pueden imaginar, que el 400 aniversario de la muerte de El Greco. Con motivo de los fastos por la celebrada efeméride, la ciudad se ha convertido en el centro de todas las miradas. Allí se han sucedido desde el inaugural concierto de campanas y la batalla de órganos a la gran exposición de El griego de Toledo que cerró sus puertas el pasado mes de junio. Este verano, permanece abierto el Museo de El Greco (el único dedicado al pintor) y el proyecto específico creado por Cristina Iglesias con motivo del aniversario y que puede verse en la Torre del Agua, en el Campus Tecnológico de la Universidad de Castilla La Mancha. Cuanto menos impactante.



En Cuenca, en el Museo de Arte Abstracto, siempre hay alguna que otra sorpresa. Este verano los grabados Josef Albers, de quien la Fundación Juan March ya mostró en Madrid una exquisita exposición, Medios mínimos, efecto máximo. Esta vez, un centenar de piezas de obra gráfica, casi todas inéditas, del artista alemán célebre por su vínculo con la Bauhaus (de la que fue alumno y maestro entre 1920 y 1933), permiten un acercamiento poco común a la imaginación del artista al mostrar estudios y series que despliegan el proceso de creación del artista.



Siguiente parada: Zaragoza, Cataluña y costa mediterránea.