Fachada del nuevo espacio de La Fábrica en la calle Alameda de Madrid.



Tulipanes y botellas de Puligny-Montrachet nos reciben nada más entrar. Cerámicas de Sargadelos y relojes Swatch en ediciones limitadas diseñadas por artistas. Libros con fotografías de Cindy Sherman, de Cartier-Bresson, de Man Ray y de Chema Madoz, por supuesto, autor de la casa. Chocolate y cámaras Lomo. Estamos en el nuevo espacio de La Fábrica, un lugar multiusos para los amantes de la cultura, del arte y de la buena vida en general. Un lugar para pasar el tiempo y volver a casa con algún hallazgo.



Hace seis meses, la conocida empresa de gestión cultural cerró las puertas de su galería de arte en la calle Alameda de Madrid. Pero no lo hizo empujada por la crisis, como cabría suponer por nuestra coyuntura económica, sino por un deseo de ampliar horizontes. Una remodelación profunda y mucho esfuerzo han dado a luz a este espacio de 400 metros cuadrados que es a la vez galería de arte, centro de formación, librería, tienda, restaurante, vinoteca y hasta floristería.







Vista de la tienda-librería de La Fábrica.



"Queremos que este sea un sitio en el que descubrir cosas nuevas. La Fábrica tiene su imagen y, por supuesto, encontrarás a los más top, como Madoz y García-Alix, pero también queremos dar voz a los jóvenes creadores", explica Rosa Ureta, coordinadora del espacio.



En la planta de arriba se encuentra la librería, especializada en fotografía, con un fondo de más de mil libros de las editoriales internacionales más importantes, un amplio catálogo de revistas de fotografía y tendencias -no faltan, naturalmente, las que editan ellos: Eñe, OjodePez y Matador- y una selección de libros antiguos de arte y fotografía. Los libros conviven aquí con las flores, los vinos seleccionados por Telmo Rodríguez, carteras y bolsos del artista español Steve Mono y pañuelos de la diseñadora Suturno.







Vista del restaurante.



En la sala contigua está el restaurante, que estará abierto hasta la una de la madrugada -la tienda y la galería, hasta las 21.30 h- con carta de comidas y tapas y un gran ventanal junto al que leer, debatir o practicar el coworking.



En la planta sótano está la galería, que inaugura el artista japonés Nobuyoshi Araki con Flower Paradise, una exposición que forma parte del Festival Off de PHotoEspaña, que también organiza La Fábrica. Esta serie de fotografías muestra sus famosas flores acompañadas en esta ocasión por muñecas y dinosaurios de juguete. "Nos vamos a volcar hacia los nuevos coleccionistas, presentando ediciones de fotografías con tiradas más largas para abaratar los precios -comenta Ureta-, procurando que no sobrepasen los 10.000 euros".







Vista de la galería.



En la siguiente sala, aún en proceso de montaje, habrá un amplio catálogo de fotografías almacenadas en planeros, al estilo de la Casa de la Fotografía de Londres, donde se podrán adquirir obras de artistas como el propio Araki, José Manuel Navia, Matías Costa, Juan de Sande o Peter Gransen a partir de 1.000 euros. Pero lo realmente asequible para casi todos los bolsillos se encuentra arriba, junto a la entrada: la colección de PhotoRegalos en pequeño formato de artistas como Ouka Leele, Pep Bonet, José Ramón Bas o Xurxo Lobato a 95 euros cada uno.



En la zona de formación, que cuenta con dos aulas, se desarrollarán cursos y talleres de las diferentes áreas en las que trabaja La Fábrica: fotografía, arte, literatura, cine y gestión cultural. "Traeremos aquí nuestro máster en ingeniería cultural y ampliaremos la oferta con talleres y cursos de distinta duración con un precio asequible", explica María Peláez, responsable de comunicación de La Fábrica. Hasta ahora se impartía en la zona de oficinas, situada a escasos metros, en la calle Verónica.



También avanza Ureta su intención de abrir el espacio una vez al mes a otros colectivos para que programen actividades en él. De momento, en junio lo hará el colectivo Machines Désirantes.