Vista de la instalación Satisfy Me

CAC Málaga. Alemania, s/n. Málaga. Hasta el 13 de noviembre.

La primera exposición individual de Monica Bonvicini (Venecia, 1965) en España es una rotunda instalación que ocupa al completo el espacio central del CAC Málaga. Esta única obra está compuesta por una estructura de andamios de casi dieciocho metros de largo que sostiene unas letras de aluminio donde se puede leer en inglés la frase Satisfy Me (Compláceme). La escueta presentación confronta la rudeza de los materiales de construcción con la fragilidad del letrero, realizado con láminas de espejo que reflejan la imagen de los visitantes que se acercan a la pieza, que interpela al espectador con una frase ambigua que posee la dosis exacta de incertidumbre para atrapar su atención y hacerle pensar sobre el significado de lo que lee.



En un inteligente cruce de territorios, la artista hace confluir cuestiones de género e interrogantes en torno a las relaciones de poder, un discurso que trasciende la simple factura feminista para incluir aspectos sociales vinculados con la superioridad y sumisión entre personas. Es innegable la connotación sexual de la sentencia, que alude a una petición general que podría hablarnos de la posición histórica de las mujeres con respecto a los hombres, pero tampoco podemos desdeñar su sentido desde la perspectiva de dominación que han ejercido las clases adineradas en consideración con las más pobres, a las que han dispuesto siempre al servicio de sus deseos e intereses. Del mismo modo, esta gran escultura también explora las correspondencias entre espacio público y espacio privado, exterior e interior. Concebida el año pasado para ser colocada al aire libre en los alrededores de la ciudad alemana de Herne, un lugar donde podía ser observada de lejos mientras reflectaba el cielo y el paisaje, ahora se introduce en un museo con la consiguiente subversión de su carácter que, al colocarse al lado del individuo, no sólo invade su intimidad y lo desafía con su tamaño, sino que lo hace partícipe del proyecto al duplicar su apariencia sobre la superficie pulida.



Con anterioridad la artista ya había elaborado trabajos textuales de estas características a partir de una locución contundente y enigmática (Not for you, 2006; Built to Crime, 2006), un planteamiento conceptual que se apropia del entorno para convertirlo en una zona de conflicto donde forma y contenido se unen para potenciar un mensaje abierto de interpretación libre.