Premio Inter. Poesía Joven. Fund. José Hierro. 135 pp, 9 e.

Escribir es dar puntadas con hilo. La página manuscrita, impresa o digital se urde como un tapiz: la realidad suele ser su envés. Un texto es, literalmente, un tejido. Escribir es tejer.



Sonia Bueno disecciona las palabras como lo que son: una acumulación indiscriminada de formas geométricas: "protejo/ el desierto bajo un dedal :me protejo/ de las llagas de Ícaro/ y del dedal". Retales es una monografía sobre la Parca que hila nuestro destino. Estamos en manos de un poder tan arbitrario como el lenguaje mismo. Explorando el símil, la poeta asume las funciones de la anciana tejedora y hace de la poesía un destino para las palabras. Las casca como nueces: "quema/ dura/ el fuego/ fos/ florece". Bueno respeta el imaginario colectivo, pero sin excesiva devoción: el motivo de la Parca es un préstamo, no una deuda. "sentada frente a mí. el hilo gira sin mirarme :la rueca/ se lleva dentro" tiene tanto de clásico como de existencialista, y convive con otros mitos griegos sobre nuestras posibilidades reales de dominar al hado, como el de Penélope: "(im)pulso. el de la aguja que me guarda, saltar. sobre el tejido blanco -de mis dedos. desnuda nudo a nudo. para. deshacer lo escrito". Y es que el mejor método para decidir nuestro futuro es ser ese futuro, y serlo ya. Inspirado por Maillard y el minimalismo violento de Ada Salas, retales es un espacio amplio y luminoso, sin muros, donde la poesía vuelve a ser instrumento de dioses: la tejedora de sueños.