El Cultural

Antoni Marí

"Vivir es pasar de una adolescencia a otra"

21 febrero, 2001 01:00

Antoni Marí (Ibiza, 1944) pasa por ser uno de nuestros más hondos escritores en todos los géneros: poesía, narrativa, ensayo. Su última entrega, una novela de iniciación de enigmático título, Entspringen (Tusquets), meditativa y reveladora, recién traducida al castellano, reafirma esa impresión.

Pregunta. ¿Cuánto hay de autobiográfico en el viaje iniciático de Entspringen?
Respuesta. Todos los libros son autobiográficos y su autor siempre está presente en ellos. Sin embargo, no es necesario que lo que narra le haya sucedido a él ni que la biografía describa sus experiencias vitales. Su deber es transformarlas en literatura y el orden de la literatura sólo se da en la literatura y no en la experiencia, ni en la sucesión de los años ni en el orden de las ideas. También puede narrar sus experiencias ideales como Hermann Broch, mentales como Valéry, oníricas como Breton o intrauterinas, como Jonathan Swift o Rosa Chacel.
P. ¿Cambia la idea literaria del mar si quien la aplica es un isleño?
R. Tal vez. El mar es una frontera inexpugnable y cierta. El isleño tiene muy presente el mar como límite, como frontera y como configuración de su existencia; como los tuaregs con el desierto.
P. Menciona la línea de sombra conradiana que cruza el protagonista. ¿Tan definitivo le parece el paso de la adolescencia a la madurez?
R. Ese paso, ¿existe? Vivir es pasar de una adolescencia a otra.
P. El barco de la novela se llama Entspringen, "huir", "escaparse"... ¿Se puede vivir de otro modo?
R. Se puede vivir sin moverse de un lugar: entonces la experiencia se interioriza y se arraiga y puede descender hasta los estratos geológicos más arcaicos y remotos. Benjamin afirmó que sólo pueden narrar aquellos que han viajado siempre y aquellos otros que nunca se movieron de su lugar de origen.
P. Entspringen acaba siendo una especie de mantra que repite el protagonista...
R. Sí, es semejante a un mantra; el repetir de una manera casi automática un vocablo hasta hacerle perder su significado convencional para adquirir otro, insólito y desconocido.
P. El protagonista se encuentra con otro personaje que está de vuelta, en todos los sentidos. ¿Son las dos caras de una misma moneda?
R. Ciertamente. El protagonista y el otro personaje (el marino) componen el rostro bifronte de una misma entidad. Tal vez el diálogo del protagonista con el marino sea un diálogo consigo mismo.
P. ¿Cómo sería el encuentro con la "gran ciudad" que no llega a reflejarse en el libro?
R. El encuentro con la gran ciudad está implícito en el libro. Y explícito en la página 34. Aunque tenía poco interés en darle una excesiva evidencia, puesto que lo que realmente importaba era el hecho de transitar de una orilla a la otra.
P. La novela se explica, al final, con una cita de Habermas. ¿Es inevitable renunciar a las raíces?
R. A pesar de que todo organismo vivo acarrea su pasado, el histórico y el transcendental, es inevitable la voluntad de renunciar a las raíces. Es un acto de libertad, a pesar de saber que seguirás cargando con todo. Se renuncia voluntariamente a sabiendas de que como escribió Cavafis "Ni nuevas tierras hallarás, ni hallarás nuevos mares./Y en estos mismos barrios has de envejecer/y encanecer entre estas mismas casas".
P. ¿Y siempre es un alivio la "liberación" posterior a la huida?
R. Toda liberación es un alivio.
P. Su estilo narrativo es bien diferente del de sus contemporáneos. ¿Cuáles siente más cercanos?
R. Mis contemporáneos son muchos. Todos los libros se actualizan en el acto de leer. Sin embargo me siento próximo de todos aquellos coetáneos míos que tienen algo que decir y que lo dicen del modo más sencillo y adecuado a la naturaleza de lo que quieren decir.
P. Sus libros reciben a menudo el adjetivo de metafísicos. ¿Le parece adecuado?
R. Si entendemos por metafísica la filosofía que trata de los principios primeros y universales, tal vez sea un adjetivo adecuado.
P. ¿Entiende la lectura, a su modo, como una huida?
R. Para Don Quijote y para Mme. Bovary la lectura era el modo más eficaz de huir del mundo sórdido que les rodeaba. Pero la lectura es sobre todo un encuentro y un reconocimiento de otros mundos. Como afirmó Proust en la Recherche, "gracias a la literatura, en lugar de ver un solo mundo, el nuestro, lo vemos multiplicarse, y llegamos a tener tantos mundos a nuestra disposición como artistas originales hay." Por la lectura podemos entrar en el secreto de otras intimidades y ampliar el dominio de la nuestra y considerar el mundo desde un punto de vista que, hasta el momento de la lectura, nos era desconocido. La lectura no es una huida, sino una ampliación del horizonte.
P. ¿Y la escritura?
R. La construcción de otro mundo puede ser también una huida de éste. Es, como la lectura, una ampliación del horizonte y una intensificación de la realidad.
P. Usted es también poeta y director de una importante colección de poesía. ¿Cómo ve el panorama lírico actual?
R. Creo que estos momentos son propicios para la lírica. Y creo también que la salud de la poesía es
realmente excepcional, en todas las lenguas del estado. Tal vez sea el género literario en el que hay más registros, todos ellos de una gran cualidad y de una enorme exigencia. La lectura de la poesía que se escribe en este país puede reconciliarnos con la época en que nos ha tocado vivir.
P. Su propia obra poética también es singular en ese contexto. ¿Dónde le gustaría situarse?
R. Entre mis amigos y mis amores.
P. Sus libros van saliendo de forma muy espaciada, sin prisas. ¿En qué trabaja actualmente?
R. Pergeñando cuatro cosas.
P. Profesionalmente es catedrático de Teoría del Arte. ¿Qué diferencias encuentra como receptor de una obra literaria y una pictórica o escultórica?
R. En que la literaria es una obra del tiempo y la pictórica, la escultórica, lo es del espacio.
P. ¿De qué huye Antoni Marí?
R. ¿Se puede huir de algo? Y si se puede, ¿hay algún lugar en el que guarecerse?
P. ¿Y hacia dónde?
R. Como decía Juan Ramón Jiménez, siempre hacia adentro.