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Historia

Muertes muy rentables: el uso partidista de los funerales políticos en la España contemporánea

Los historiadores Pierre Géal y Pedro Rújula coordinan un libro en el que estudian el asunto con la contribución de 16 especialistas.

7 abril, 2024 01:07

Desde hace tiempo, los historiadores tratan de aproximarse a la historia política de una manera menos clásica o convencional. Esto supone no solo nuevos enfoques sino también nuevos objetos o temas de estudio. Así, por paradójico que resulte a primera vista, se configura la muerte como una cuestión esencial en la vida política.

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Los funerales políticos en la España contemporánea

Pierre Géal y Pedro Rújula (coord.)

Prensas de la Universidad de Zaragoza. Zaragoza, 2024
456 páginas. 30 €

Una conocida canción fúnebre, habitual en los actos conmemorativos en nuestro país en homenaje a víctimas del terrorismo o fallecidos en actos de servicio, sostiene que “La muerte no es el final”. En sentido menos metafísico –pero más realista– podría afirmarse que es más bien el principio o, al menos, la continuación reforzada de muchas empresas políticas. No para el difunto, claro, sino para todos aquellos que tratan de sacar provecho del óbito.

En efecto, hay muertes muy rentables para múltiples movimientos políticos. El sacrificio y el victimismo son eficaces banderines de enganche. La aseveración puede parecer cínica o poco delicada, pero no pasa de ser una mera constatación histórica. La instrumentación política de la muerte –en especial, claro está, la muerte violenta– es una constante en la historia y, en particular, en el devenir de los últimos siglos, cuando los rituales fúnebres se convierten en grandes representaciones de espectacular aparato escénico y participación de decenas de miles de figurantes.

Estos grandiosos movimientos de masas no podían dejar de llamar la atención de la historia política –aunque también de la historia social y cultural–, disciplinas que convergen todas ellas en el examen de las distintas vertientes de estos “usos públicos de la muerte”. Vertientes complementarias, que se refuerzan entre sí, ya sea como cauces idóneos de participación política, como canalización de emociones colectivas hacia fines determinados o conversión del duelo en acto de expresión política y movilización ciudadana.

Pese al antedicho interés historiográfico por las pulsiones necrófilas (que podían sintetizarse en el emblemático grito de “¡Viva la muerte!”), no abundan estudios sectoriales ni análisis empíricos sobre esta materia, en especial en nuestro país, que ha vivido en este terreno al socaire de lo que se hacía fuera de nuestras fronteras.

La dispersión del libro queda compensada por la calidad de las contribuciones que lo integran

Hace varias décadas, Javier Varela publicó un volumen pionero sobre el ceremonial funerario de la monarquía española (La muerte del rey, Turner, 1990) y más recientemente, Jesús Casquete y Rafael Cruz presentaban un libro colectivo sobre Políticas de la muerte (Catarata, 2009). Hay otras aportaciones, pero no conforman una visión de conjunto.

A esto último aspira el volumen que coordinan Pierre Géal y Pedro Rújula, como pone de relieve un ambicioso título que amalgama tres facetas afines pero no del todo coincidentes (funeral político, cultura del duelo y uso público de la muerte). El libro es fruto de un congreso hispano-francés organizado en 2019 por las universidades de Zaragoza y Grenoble y reúne las aportaciones de 16 especialistas que abordan las más distintas facetas del tema.

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Los quince capítulos que constituyen la obra se abren a consideraciones dispares, no solo por la autoría plural sino por el enfoque y ámbito estudiado en cada uno de ellos. Buscando un sentido al conjunto, los coordinadores los han agrupado en cuatro bloques (más un capítulo introductorio y otro de conclusiones): el primero, más teórico y global, trata del uso de la muerte en el espacio público; el segundo, su relación con la nación y los nacionalismos; el tercero aborda el paso del liberalismo a la política de masas y el cuarto y último bloque disecciona la dimensión política de la muerte desde la guerra civil.

Como suele suceder en este tipo de volúmenes colectivos, quizá haya demasiada dispersión. En este caso, queda compensada por la calidad de las contribuciones que lo integran.