Ander Mirambell, en una imagen de archivo

Ander Mirambell, en una imagen de archivo Cedida

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Ander Mirambell (42), deportista olímpico, sobre sus inversiones: "Invierte el dinero que no vayas a necesitar"

El pionero del skeleton en España, una vez retirado, empezó a amplificar su faceta como empresario e inversor en diferentes activos.

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Ander Mirambell (Barcelona, 1983) desafió a la gravedad durante 17 años deslizándose cabeza abajo por pistas de hielo a 145 kilómetros por hora. Pionero del skeleton español, cuatro veces olímpico y abanderado en Pekín 2022, el catalán aplicó a su carrera la misma lógica que ahora rige sus inversiones: frialdad analítica, gestión del riesgo y nunca dejarse arrastrar por el vértigo.

Porque si algo aprendió tirándose por toboganes helados es que "el estrés de pensar constantemente en dinero que no depende de ti trastorna a la gente", y esa lección vale más que cualquier rentabilidad.

Su estrategia inversora rompe con el manual de diversificación clásica. Mientras la mayoría de gestores predican repartir el capital entre decenas de activos, Mirambell concentra su cartera en apenas 10 o 12 productos tecnológicos que sigue con devoción casi obsesiva.

"Tengo 10-12 productos que los sigo desde hace mucho tiempo, intento empaparme mucho de ellos y si tengo que invertir algo, pues que sean esos porque son los que conozco", explica, rechazando la tentación de especular en terrenos desconocidos.

Su radar se centra en empresas tech relacionadas con sus pasiones, aquellas que puede analizar desde dentro antes de lanzar un solo euro.

Ander Mirambell, en una imagen de archivo

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Pero antes de hablar de beneficios, Mirambell impone una regla de hierro que debería estar grabada en cualquier manual de finanzas personales: "Invierte el dinero que no vayas a necesitar. Cuando me entero que hay gente que invierte más del 50-60% que tiene en el banco, ya no es por si te sale bien o mal, sino por el estrés de vida y la calidad de vida que vas a tener".

Para él, la salud mental vale más que perseguir el último punto porcentual de rentabilidad, una filosofía que complementa con otra máxima clásica: "Que el último duro lo gane otro. No seas avaricioso". Prefiere salirse con un 15% de beneficio que arriesgar todo buscando el 20% perfecto.

Su método de análisis es artesanal y meticuloso. Cuando un producto llama su atención, no se conforma con el informe del bróker: "Me guío por la información. Yo cuando me siento delante del ordenador a analizar un proyecto, por mucho que me hayan calentado la oreja, yo tengo que ser frío y pensar si eso tiene sentido o no, ver qué hay detrás, ir a buscar a los foros, buscar a alguna persona que pueda conocer ese producto".

Esa frialdad le salvó de perder miles de euros en lo que parecía una oportunidad dorada recomendada por un multimillonario del petróleo en Utah, y que acabó siendo una estafa piramidal que arruinó a varios de sus conocidos. "Mientras iba subiendo yo pensaba 'si hubiese puesto mil euros me hubiese forrado', pero al cabo de un año sus amigos me dijeron que habían perdido todo porque la empresa quebró".

Mirambell evita deliberadamente el mercado español por una razón que trasciende lo financiero: "Hay una parte sentimental e intento no mezclarme mucho porque es mi casa. Cuando ves que una empresa no le salen las cosas, aunque no es tu empresa, me sabe mal".

Prefiere la rama tecnológica internacional, menos expuesta a las turbulencias políticas locales y más alineada con su filosofía de separar, siempre, el corazón de la cabeza.