Ricky Hatton celebrando una victoria en 2008

Ricky Hatton celebrando una victoria en 2008 Reuters

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El trágico final de Ricky Hatton, leyenda del boxeo, tras años de lucha contra sus demonios: dijo que quería "beber hasta morir"

A sus 46 años, el mito del pugilismo británico fue hallado sin vida en su domicilio el pasado domingo. En dos meses iba a volver a pelear.

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El boxeo británico está de luto tras la muerte de Ricky 'The Hitman' Hatton, que fue encontrado sin vida en su casa en Hyde, Greater Manchester, el pasado domingo 14 de septiembre a las 6:45 horas.

Una llamada alertó a la policía. "Los oficiales fueron llamados por un miembro del público para asistir a Bowlacre Road, Hyde, Tameside, donde encontraron el cuerpo de un hombre de 46 años. Actualmente no se cree que haya circunstancias sospechosas", declaró un portavoz.

Mientras se instalan los trámites y la familia recibe pésames y solidaridad, el mundo del deporte recuerda la trayectoria ante una muerte que ha consternado a la afición más allá de Reino Unido.

Hatton había anunciado su regreso a los rings tras 13 años de inactividad. Su combate de retorno estaba programado para el próximo 2 de diciembre en Dubái, frente a Eisa Al Dah.

Entre 1997 y 2012 logró una marca de 45 victorias en 48 peleas, 32 por nocaut, y conquistó títulos mundiales en superligero y wélter, asentando una carrera que lo situó entre los grandes del boxeo mundial.

Se mantuvo invicto en 43 combates hasta perder con Floyd Mayweather Jr. en 2007 y, más tarde, con Manny Pacquiao en 2009, resultados que, como admitió después, le provocaron un importante desgaste emocional.

Esas derrotas derivaron en una crisis que Hatton hizo pública años más tarde: problemas con el alcohol, episodios con las drogas y pensamientos autodestructivos que marcaron su vida fuera del cuadrilátero durante años.

Ricky Hatton durante su pelea contra Manny Pacquiao en 2009

Ricky Hatton durante su pelea contra Manny Pacquiao en 2009 Reuters

En 2010 un vídeo difundido por el periódico News of the World mostró su caída y desembocó en un ingreso en una clínica de rehabilitación, un episodio que el propio púgil reconoció como un punto de inflexión.

Hatton confesó en varias entrevistas hasta dónde alcanzó su inestabilidad mental: "Al final pensé que acabaría bebiendo hasta morir", frase que iluminó la gravedad de su desesperación tras la cúspide deportiva y el vacío posterior.

En 2023 contó al Daily Star que llegó a beber hasta 25 pintas de Guinness diarias y combinar el alcohol con cocaína para mantener los episodios de consumo durante jornadas de más de treinta horas.

También relató algunos de los rituales autodestructivos que le acompañaban en su día a día. Como los momentos en los que cogía un cuchillo y su pareja debía arrebatárselo para evitar que acabara con su vida. "No me importaba si vivía o moría", reconoció con el tiempo.

Ricky Hatton, en 2022

Ricky Hatton, en 2022 Reuters

El distanciamiento con su histórico entrenador, Billy Graham, y las peleas familiares tras algunas derrotas intensificaron su aislamiento, cuestión que el propio Hatton describió como una bola de nieve que destruyó su estabilidad.

En lo personal dejó dos hijas, Millie y Fearne, fruto de su relación con Jennifer Dooley, y un hijo, Campbell, que también compitió profesionalmente antes de retirarse joven tras acumular varias derrotas.

Campbell, que antes había logrado 14 victorias consecutivas, perdió ante James Flint y optó por abandonar. Hatton llegó a decir: "Le dije: si has perdido la pasión, sal de este deporte. No se puede jugar al boxeo".

Hatton ingresó en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional en 2024. Su estilo y relación con el público, así como su devoción por el Manchester City y su entrada al ring con 'Blue Moon' —el himno del club inglés—, aseguraron un lugar en la memoria colectiva.

Ricky Hatton celebrando una de sus victorias más importantes

Ricky Hatton celebrando una de sus victorias más importantes Reuters

Las muestras de afecto tras su muerte fueron inmediatas: Tyson Fury expresó: "Descansa en paz, leyenda Ricky Hatton. Solo habrá un Ricky Hatton. No puedo creer esto, tan joven"

Manny Pacquiao subrayó que Hatton "no solo era un gran luchador dentro del ring, sino también un hombre valiente y bondadoso en la vida".

La Asociación Mundial de Boxeo declaró: "Un verdadero campeón, un espíritu indomable y una leyenda del deporte. Su legado vivirá en cada pelea y en los corazones de los aficionados al boxeo de todo el mundo".

El balance de su vida es un mosaico de éxitos, adicciones y pérdidas. Su muerte deja preguntas y subraya la necesidad de cuidar la salud mental de deportistas que, pese al brillo público, esconden heridas.

Ricky Hatton será recordado por su entrega en el ring, por la franqueza con la que habló de sus demonios y por una legión de seguidores que hoy lamentan la partida de un boxeador que marcaría varias generaciones.