Pol Makuri junto a su guía Jordi Tosas en el Mont Blanc.

Pol Makuri junto a su guía Jordi Tosas en el Mont Blanc. Biel Ràfols / Salomon Imagen cedida

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Pol Makuri, atleta paralímpico, escala el Mont Blanc en 11 horas en honor a Sergio Mingote: "Me prometí que lo haría por él"

El deportista con diversidad funcional y embajador de Salomon comparte su historia con EL ESPAÑOL tras completar los 14 kms y 2.800m de desnivel.

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Algunas personas creen que el dinero es lo que mueve el mundo. Otras, más románticas, apuestan a que es el amor lo que puede impulsar el universo. Sin embargo, lo que realmente es capaz de hacer que lo cambiemos o lo dejemos todo son los problemas a los que la vida nos enfrenta.

Además, esos problemas diferencian a las personas en función de su corazón y de su cabeza. Están quienes ante las dificultades se hacen pequeños y ven barreras que les impiden seguir avanzando. Y están quienes hacen de esos problemas su motor de vida para seguir creciendo.

Un claro ejemplo de ese segundo grupo, selecto y admirado, es Pol Makuri (La Paz, 1991). El esquiador y corredor de carreras de montaña es un atleta con diversidad funcional que jamás ha visto excusas y límites en su vida. Un modus operandi que le viene inculcado por sus padres.

Ahora, el español, pero nacido en Bolivia, ha completado uno de los grandes retos de su vida. Una meta que se propuso porque trascendía este mundo: conseguir hacer cima en el Mont Blanc en honor a su amigo Sergio Mingote. Un logro que tiene un valor muy especial para él por encima del reto físico.

"En su día Sergi Mingote me dijo de subir juntos el Mont Blanc y cuando falleció en el accidente del K2 me prometí que lo haría en su memoria". Ahora, algo más de cuatro años después de aquella tragedia que estremeció al mundo del alpinismo, Pol ha conseguido cumplir con su promesa.

Homenaje en el Mont Blanc

Pol Makuri es una persona acostumbrada a cumplir sus sueños a pesar de los golpes de la vida. Solo así ha conseguido firmar hazañas tan impresionantes como la que coronó hace unos días, cuando consiguió hacer cima en el Mont Blanc.

El reto que se propuso el oriundo de La Paz comenzó en el refugio de la Tête Rousse. Desde allí tenía 14 kilómetros de recorrido con 2.800 metros de desnivel positivo a completar en el menor tiempo posible. En su caso, 11 horas y 40 minutos.

Una empresa complicada, pero movida por un corazón enorme que solo quería honrar la memoria de su buen amigo Sergio Mingote: "Este proyecto surgió en el 2016. Nos reunimos un día en Barcelona y hablando le expliqué que practicaba alpinismo y él me planteó la posibilidad de subir al Mont Blanc juntos".

A partir de ahí, Pol y Sergio hicieron muy buena amistad y mantuvieron una gran relación. Sin embargo, el 16 de enero de 2021, Mingote falleció en una terrible tragedia en el Himalaya: "Cuando desgraciadamente Mingote tuvo el accidente en el K2 que le costó la vida, me prometí a mi mismo que subiría el Mont Blanc en su memoria, para podérselo dedicar y aquí estamos".

Pol Makuri junto a su guía Jordi Tosas en el ascenso del Mont Blanc.

Pol Makuri junto a su guía Jordi Tosas en el ascenso del Mont Blanc. Biel Ràfols / Salomon Imagen cedida

"Quería que fuese algo muy especial, muy íntimo y por eso se lo comenté a Jordi Tosas y a Salomon, ya que la trayectoria que estamos haciendo juntos pienso que es brutal y que es mágico poderlo compartir". Por su parte, Jordi recibió la propuesta y aceptó el reto sin dudarlo, conmovido por la gran iniciativa de Pol: "Ha sido impresionante guiarle con todos mis miedos y dudas, especialmente en el descenso".

Esta ha sido una vivencia que, en cierto modo, ha cambiado la vida de este experimentado guía de alta montaña que ha añadido en esta misión un compromiso emocional y mental nunca antes afrontado: "Ha sido una experiencia totalmente distinta, me ha encantado y la velocidad que hemos hecho ha sido impresionante".

Conquista de la ruta Goûter

Una vez tomada la decisión, faltaba por trazar un plan que fuera viable, pero que no perdiera ni dureza ni epicidad para honrar de la mejor manera posible a un amante de la montaña como Sergio. Por ello eligieron la ruta Goûter.

Este es un itinerario que la mayoría de la gente que lo escala lo hace utilizando dos refugios, la Tête Rousse y el de Goûter, algo más arriba. Así explica este proceso un perfecto conocedor de la montaña como Jordi Tasas: "La idea era salir desde el refugio de la Tête Rousse y empezar desde allí".

Sin embargo, la climatología jugó su papel: "El tiempo nos cambió y viendo la perspectiva y sabiendo que Pol y su equipo estaban muy fuertes decidí ir desde abajo, pero no me hicieron caso y al final hemos hecho un mix".

"Hemos hecho servir el primer remonte de Bellevue y desde allí hemos ido hasta el refugio de la Tête Rousse, que es una buena tirada con 1.600 metros de desnivel positivo y durmiendo una sola hora hemos seguido hacia arriba, hemos hecho cumbre y hemos vuelto a bajar".

Lo que iba a ser un homenaje más emocional que un reto físico en sí mismo se convirtió en una auténtica odisea liderada por el espíritu indomable de Pol: "En pocas horas hemos hecho lo que la gente hace en tres días".

Una historia de final feliz que se ha demorado en el tiempo más de lo previsto y es que no ha sido fácil encontrar unas fechas en las que pudiera llevarse a cabo: "Este año por fin hemos encontrado el momento. Para mi no ha sido hacer de guía, ha sido más bien acompañarle".

Un viaje, que tal y como explica Tosas, ha tenido varias anécdotas: "Él es una persona muy especial, ha motivado a mis hijos, es muy inspirador y desconocía la promesa que se había hecho él con Sergi Mingote. Si lo llego a saber no habríamos tardado tanto porque Sergi era también un buen amigo".

"Ha sido impresionante guiarle con todos mis miedos y dudas que tenía especialmente en el descenso. Ha sido una experiencia totalmente distinta y me ha encantado. Además, la velocidad que hemos hecho ha sido impresionante".

Quién es Pol Makuri

Los inicios de Pol Makuri son de lo más peculiares. Sus orígenes están en La Paz, ya que sus padres, dos catalanes de Igualada y Barcelona, trabajaban allí como cooperantes. Estuvieron viviendo en Bolivia tres años y regresaron cuando él tenía solo nueve meses.

Como todos sus hermanos, tiene un nombre compuesto vinculado a la cultura boliviana. De ahí Makuri, que, aunque mucha gente crea que es su apellido, es parte de su nombre. Hasta los 18 años tuvo la doble nacionalidad, pero por motivos deportivos tuvo que elegir y se quedó con la española.

Sin embargo, su caso es conocido sobre todo por la discapacidad que padece, una diversidad funcional de nacimiento. Una enfermedad que, en la mayoría de los casos, aparece cuando se sufre un ictus. Sin embargo, en su caso la mala suerte le afectó a su lado derecho desde el principio de su vida.

A pesar de las dificultades, los padres de Pol siempre han tratado con normalidad su situación, lo que le ha permitido tener una vida plena, vinculada con el deporte y totalmente inclusiva. Por ello, Pol nunca ha renegado de su situación y casi nunca ha puesto excusas.

Jordi Tosas y Pol Makuri en el Mont Blanc.

Jordi Tosas y Pol Makuri en el Mont Blanc. Biel Ràfols / Salomon Imagen cedida

"En otra vida elegiría tener diversidad funcional porque me ha permitido vivir experiencias únicas y tener una vida súper rica”. Esto aseguraba Pol Makuri, embajador de Salomon, tras convertirse en el primer atleta con diversidad funcional en terminar la maratón Zegama Aizkorri.

Aunque antes ya cumplía otros retos impresionantes. Jugó durante muchos años al hockey y cuando sus limitaciones marcaron el rumbo, viró y se adaptó a otros deportes. Como buen amante de la montaña, se abrazó a la nieve y empezó a hacer esquí de fondo.

Después llegó el salto a las carreras por montaña. Y aunque su idea no era competir, tras conocer a otra persona con diversidad funcional descubrió la Copa del Mundo de deporte adaptado y, de paso, una gran motivación, esa que incluso le llevó hasta los Juegos Paralímpicos de Invierno de Pekín.

Para él era un universo que no conocía: el de las historias de superación que esconden auténticas fatalidades. Sin embargo, Pol utilizó las carreras de montaña para conocer mejor su cuerpo y para convivir entre la élite internacional. Y es que en esas condiciones, aunque cada uno persiga retos diferentes, todos tienen por dentro un sentimiento en común: buscar su mejor versión.

Ahora, Jordi y Pol han unido sus caminos por una buena causa: honrar la figura de Sergio Mingote. Y así lo han hecho, como Makuri siempre ha gestionado su vida: sin buscar excusas. Y es que como él mismo suele decir, versionando el dicho de otra estrella como Alberto Contador, "querer no siempre es poder, pero si quieres, es más fácil que puedas".