Gervasio Deferr en el plató del programa Código 10.

Gervasio Deferr en el plató del programa Código 10.

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Una denuncia anónima de abuso sexual evita el renacer de Gervasio Deferr: "No soy un violador, me mataron la ilusión"

El exgimnasta ha roto su silencio tras haber sido víctima de una grave acusación que, ocho meses después, no se ha presentado aún ninguna prueba.

Más información: La vida actual de Gervasio Deferr, el medallista olímpico acusado de abuso sexual que ha presentado una ley en el Senado

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Ocho meses después de que saltara a la luz un presunto abuso sexual de Gervasio Deferr sobre una mujer -aunque el abogado de la víctima aseguró que tenían conocimiento de dos casos más-, el gimnasta ha concedido su primera entrevista para defenderse de los actos que se le atribuyen.

Según publicó en diciembre El País, una mujer aseguró haber sido violada por el gimnasta junto con otras dos chicas cuando eran menores de edad. Estos abusos sexuales se habrían producido durante la etapa de Gervasio Deferr en el Centro de Alto Rendimiento de san Cugat, donde estuvo entrenando desde 1992 hasta su retirada en 2011.

"No hay víctimas, no hay denuncias y no hay nada. El principio de la presunción de inocencia es fundamental, ahora parece que tengo que defenderme de que no soy un violador de la nada. Me han matado la ilusión", ha confesado un gimnasta que ha decidido actuar para defenderse.

Y es que el de Premiá de Mar ha presentado en el Senado la 'Ley Deferr', la cual pretende endurecer las penas por injurias y calumnias y que estos delitos no prescriban pasado un año sino tres.

Además, ha decidido querellarse contra el medio de comunicación de prensa escrita que publicó la información de la denunciante que le acusa de haber abusado sexualmente cuando ni siquiera hay una denuncia formal.

El abogado de la presunta víctima reconoció por aquel entonces que no pudo interponer una denuncia debido a que los hechos ya habrían prescrito, pero sí tomaron la decisión de comunicárselo a Atresmedia y a la productora Diagonal TV.

El medallista olímpico vio cómo Atresplayer aplazaba en noviembre de manera "puramente preventiva" su serie 'El gran salto' después de hacerse público este escándalo. No obstante, en junio su serie vio la luz, lo que provocó la indignación de la denunciante.

La respuesta de la 'víctima'

"Me veo obligada a romper el silencio ante el estreno de una serie televisiva que lo presenta como un ejemplo de superación personal a la vez que omite por completo los delitos de violación, y maltratos físicos y psicológicos que éste ha cometido contra mi persona y otras mujeres.

Haré todo lo que esté en mi mano para que no se cometa la injusticia de dar por válido un relato basado en un libro lleno de mentiras, manipulaciones y omisiones de delitos, escrito precisamente por el mismo abusador y maltratador.

Es absolutamente injusto, indignante e irresponsable desde un punto de vista humano y social que se emita una serie que no respeta el testimonio de las víctimas silenciándolas y excluyéndolas una vez más.

No busco venganza, sino memoria, verdad, integridad, empatía, respeto y responsabilidad. Exijo que no se glorifique a quien ha causado daños irreparables en vidas humanas".

Acusado de violador y maltratador por parte de una mujer anónima, Gervasio Deferr defiende su inocencia de forma taxativa: "No soy un violador. Llevo toda la vida reconociendo mis errores cuando los he tenido, lo que no puedo es hacerme responsable de ellos cuando no los he cometido".

El gimnasta catalán desveló que recibió una llamada de la productora avisándole que habían recibido la llamada de un abogado anónimo contando estos hechos.

"Tras la llamada avisé a mi familia y les puse en situación. Yo quedé señalado porque un medio publicó el testimonio de una chica sin haber contrastado la información", se defiende.

Sin levantar cabeza

Deferr ha reconocido que esto le ha venido en un momento en el que él estaba empezando a renacer después de haber pasado "por un proceso muy bestia. He estado a punto de morir varias veces, pero estoy tranquilo porque en este caso no he hecho nada".

El gimnasta desveló cómo durante los Juegos Olímpicos de Río celebrados en 2016 le quisieron drogar. "Estoy convencido de que me echaron un burundanga y me robaron todo.

A Río fui con la intención de desfilar y al comienzo de los JJOO entro en un bar y me tomo una cerveza mientras veo la inauguración. Empiezo a marearme y me fui al hotel, cuando me encontré mejor volví al lugar y después de tomarme dos cervezas me vuelvo a marear y decido irme, pero me dicen que tengo que pagar cuando ya lo había hecho.

En el hotel caí redondo y al día siguiente a las ocho de la mañana me llaman desde el COE y me dicen que me tengo que ir porque había ido gente al hotel quejándose de que me había ido de un bar sin pagar. Yo fui al aeropuerto escoltado por tres personas".

El gimnasta había conseguido reconducir su vida tras una etapa bastante complicada tras retirarse del deporte profesional. Deferr parecía que había vuelto a encontrar la estabilidad necesaria después de unos años convulsos con el alcohol y las drogas de por medio.

En los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y en Atenas 2004, Gervasio Deferr ganó las medallas de oro en salto de potro, mientras que en Pekín 2008 se alzó con la plata. Sin embargo, ni haber tocado el cielo, no sólo con sus saltos, sino también con sus victorias, le impidió caer a los infiernos.

Gervasio Deferr en unos Juegos Olímpicos.

Gervasio Deferr en unos Juegos Olímpicos.

Gervasio Deferr es autor del libro El gran salto, donde narra su etapa más dura y oscura de la vida tras dejar el deporte en 2011: "Cuando no sabía qué hacer, me inundaba en alcohol porque era la única manera que tenía de detener mi cabeza. Estuve años así hasta que pedí ayuda y logré detener el bucle. Sufrí una depresión de caballo y una adicción al alcohol".

Para el atleta español, lo más duro no fue hacer frente a sus adicciones, sino darse cuenta de que por ellas no podía ayudar ni a su propia madre: "A mi madre le dio un infarto y yo no podía estar porque estaba ciego. Era un círculo vicioso de drogas, alcohol y culpabilidad. Y mi madre muriéndose. Si se llega a morir, hoy no estoy aquí", reconoció.

Durante sus épocas más duras, Deferr admitió que estuvo al borde de lo peor: "Me he despertado alguna mañana tirado en la calle con sangre sin saber qué había pasado. No sé qué hacer con mi vida, pero no me puedo jubilar como se jubilará Messi. Llega un momento que pienso que llevo seis años bebiendo todos los días".