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Carolina Marín: "La espinita que me quedaría sería no intentar volver, por eso estoy arriesgando mi salud y mi rodilla"

EL ESPAÑOL habla de presente y futuro con la volantista que volvió a entrenar en abril tras sufrir en los JJOO de París su tercera lesión grave de rodilla.

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A veces se hace duro escribir letras como estas cuando versan sobre la vida de alguien que ha sido un ídolo para millones de personas en el mundo. Pero el camino de Carolina Marín (Huelva, 1993) está llegando a su final.

La mochila que le ha ido acompañando durante este viaje lleva los bolsillos llenos de trofeos y medallas. Un oro olímpico (2016), 3 Mundiales (2014, 2015 y 2018), 7 Europeos (2014, 2016, 2017, 2018, 2021, 2022 y 2024) e infinidad de éxitos y distinciones repartidos por todo el planeta.

Pero además, Carolina ha sido una pionera, no solo como mujer deportista, sino por haber conquistado territorios totalmente opuestos. Primero, un continente como Asia, que a pesar de no ser el suyo, le ha recibido siempre como un ícono inalcanzable. Y también España, ese país que gracias a ella supo qué era una raqueta de bádminton.

Carolina, además de todas esas batallas ganadas, lleva un arsenal de cicatrices que han marcado profundamente su carrera y su vida. Cicatrices que no solo están en sus maltrechas rodillas, sino que también están en su corazón y en su mente. Esa que siempre le ha dicho 'puedo porque pienso que puedo'.

La última de esas traumáticas cicatrices llegó hace poco más de 10 meses, en el Arena Porte de La Chapelle de París. Aquel partido contra He Bing Jiao peleando por una plaza en la gran final olímpica cambió la vida de Carolina para siempre. Una vez más. Aquel tercer "me he roto" mirando desconsolada a su entrenador Fernando Rivas era, otra vez, el principio del fin.

Pero aquella lesión que dejó sin aliento a todo un país, e incluso a todo el planeta, es lo que ha permitido a Carolina cambiar su mente competitiva y sin piedad y aprender a aceptar que el final está a la vuelta de la esquina. Y que no pasa nada por ello.

Su camino ya está hecho y su historia y su legado quedarán para siempre en la memoria. Sin embargo, ahora Carolina ve la vida desde otra perspectiva. Y empieza a entender que coger una raqueta de bádminton después de tres roturas de ligamento cruzado y de un sinfín de lamentos, ya es ganar.

Recientemente, la estrella del bádminton ha participado en los Summit Sports Madrid 2025, el único congreso mundial del deporte que une a sus estrellas con sus industrias asociadas, en un encuentro en el que también han participado medios como El Periódico e Infobae.

Desde allí, Carolina Marín ha hablado con EL ESPAÑOL en un momento crucial de su carrera y de su vida. La andaluza regresó a los entrenamientos tras aquella fatídica lesión hace algo más de tres meses y ahora afronta con humildad y sin cargo de conciencia el final de un brillante camino que vislumbra en el horizonte.

Carolina Marín, en los Juegos Olímpicos de París

Carolina Marín, en los Juegos Olímpicos de París EFE

¿Cómo estás física y mentalmente?

Pues estoy recuperándome. Estoy muy bien. Mi rodilla sigue aguantando. Para mí lo más importante, sobre todo cuando ya son tres lesiones de rodilla tan graves como las que yo he pasado, te planteas muchas cosas. De hecho, a mí todo lo que me ha pasado después de los Juegos Olímpicos de París me ha hecho replantearme muchas cosas, sobre todo que principalmente la salud física está antes que cualquier cosa.

Entonces, me ha costado mucho. He tenido que aceptar ciertas cosas que a lo mejor antes me pasaban desapercibidas porque me creía la superheroína que puede con todo. Y a día de hoy, principalmente, lo que más me importa es mi salud y mi rodilla. Afortunadamente, como digo, sigo haciendo deporte. Me permite seguir jugando a bádminton.

Pero sí es cierto que también soy muy consciente de que a día de hoy, y más que nunca, escucho mi cuerpo. Si tengo que parar, paro. Y si mi rodilla llega un momento en el que dice hasta aquí, pues por lo menos no me quedaré con la espinita de haberlo intentado.

¿Vas a ir día a día probando en cada torneo para ver cómo te vas sintiendo y a partir de ahí decidir?

Más que en cada torneo... Tengo que decir que para mí, lo que yo quería conseguir, las medallas de oro como la del Campeonato de Europa de 2026, ahora mismo es algo totalmente secundario. Y eso es algo que también he tenido que trabajar mucho, sobre todo por la mentalidad que yo tengo, que cuando yo me preparo para un torneo es para ganarlo y a día de hoy mi mentalidad en ese sentido ha cambiado, sobre todo por la circunstancia en la que estoy ahora.

Es lo que más me ha costado llegar a aceptar. Entonces, para mí ganar a día de hoy es coger una raqueta de bádminton cada día, poder ir a entrenar. Porque cuando yo me rompí la rodilla en París no me podía imaginar en mi cabeza volver a coger una raqueta de bádminton. Afortunadamente, mi cuerpo y sobre todo mi rodilla siguen aguantando. Me sigue permitiendo jugar a bádminton y para mí eso ya es ganar.

Y sobre todo, que lo que yo decía hace unos meses de que mi mayor ilusión era ganar el Campeonato de Europa 2026, a día de hoy, sinceramente ha cambiado. Para mí, ganar va a ser el poder llegar a ese Campeonato de Europa. Queda un año por delante, pero claro, nunca se sabe hasta dónde tu cuerpo y tu rodilla te van a decir hasta aquí. Obviamente, si gano alguna medalla, mejor, pero eso es totalmente secundario. Mi mayor felicidad sería poder estar jugando en el Palacio de los Deportes que lleva mi nombre.

¿Va a ser el Campeonato de Europa de 2026 tu regreso o no te atreves a poner una fecha?

Sí, seguramente ese va a ser el torneo de regreso. Lo que digo, no tengo ninguna prisa. Voy sin prisa, pero sin pausa. O sea, me he tomado el tiempo que he necesitado y que yo he creído oportuno después de los Juegos de París, sobre todo porque necesitaba una pausa o un descanso conmigo misma para reflexionar sobre muchas cosas, para ver si tenía otra vez ganas de jugar a bádminton y si, sobre todo, me atrevía.

Porque claro que muchas veces pasa que cuando vas superando lesiones de rodilla como que la tercera ya está chupado y la gente se cree que lo voy a volver a superar. Pero claro, es que ya no son tres lesiones, es todo lo que pasé en la primera, todo lo que pasé en la segunda, que pasé mucho y muy poquita gente lo sabe, y ahora la tercera. Entonces, como digo, lo que más primo a día de hoy es mi salud.

Yo no quisiera acabar el día de mañana con una prótesis de rodilla. Entonces, por eso mismo escucho muy bien a mi cuerpo y si tengo que decir "hasta aquí he llegado", pues por lo menos no me voy a quedar con esa espinita de no haberlo intentado.

Desde luego que intentarlo lo estoy intentando y creo que para mí está siendo muy gratificante y me siento muy orgullosa. Sobre todo porque el objetivo principal que yo me he marcado a día de hoy es disfrutar del bádminton y de cada uno de los días que voy a entrenar. Ese es mi principal objetivo a día de hoy.

¿Cómo gestionas mentalmente el miedo lógico que puedes tener a una nueva lesión después de haberte roto tres veces?

Por haber puede haber una cuarta y una quinta... Pero ojalá que no llegue esa cuarta.

Los deportistas parece que somos como robots o superhéroes y como personas que somos antes que deportistas sentimos y padecemos. En muchos momentos me vienen inseguridades.

Pero imagino que es algo que tendrás presente porque es inevitable.

Obviamente. Yo siempre lo digo, que muchas veces los deportistas parece que somos como robots o superhéroes y como personas que somos antes que deportistas sentimos y padecemos. Entonces, obviamente en muchos días y muchos momentos me vienen inseguridades. Imagínate cuando hago ese movimiento en el que me rompí. De vez en cuando me viene algún pensamiento.

Pero al final también creo que el poder seguir jugando a bádminton después de tres lesiones de rodilla es una suerte muy grande y por eso me siento muy afortunada de que mi cuerpo me siga respetando. El darme esa oportunidad de volver a coger una raqueta de bádminton. Pero sobre todo, también es la seguridad que tú tienes contigo misma de decir vale, estoy haciendo esto porque es algo que me gusta y sobre todo porque mi cuerpo me lo sigue permitiendo.

Entonces, yo creo que ese trabajo a nivel mental es el que más se lleva a cabo, sobre todo a nivel de emociones, qué es lo que me transmite todo esto. Mi principal objetivo a día de hoy es ese disfrute. Si llega un momento en el que en dos o tres días seguidos no hay disfrute, entonces me lo plantearé y diré pues hasta aquí hemos llegado, porque hacer algo por obligación... Por lo menos mi mentalidad no es esa.

¿Estarías haciendo todo esto si no tuvieras ese objetivo tan especial del Europeo en Huelva?

No, no lo hubiera hecho.

¿Estarías retirada ahora mismo?

Bueno, no sé si estaría ya retirada. De hecho, mi pensamiento si no hubiera pasado nada, ni lo de la rodilla ni nada, hubiera sido retirarme en el Campeonato del Mundo de este verano que también es en París. Busqué un objetivo sobre todo porque cuando una le dedica tanto tiempo a un deporte en el cual ya lleva muchos años, si no tiene un objetivo, una ambición por algo y una motivación, es muy difícil volver a intentarlo por tercera vez después de todo lo que he tenido encima.

Entonces, para mí un objetivo y una ilusión muy grande era poder estar en ese campeonato. Ganar es algo secundario, pero el estar para mí era un objetivo y es la motivación con la que yo a día de hoy todavía sigo. A tu pregunta, si hubiera sido en otro país o incluso en otra ciudad de España, me lo plantearía. Bueno, en otra ciudad de España no creo que me lo planteara mucho, pero si hubiera sido en otro país seguramente me lo hubiera pensado mucho y a lo mejor hubiera dicho que hasta aquí he llegado.

Hablando de ganar y de París, ¿qué te dolió más? ¿Perder una medalla que tenías prácticamente en la mano o el miedo a ese futuro que se te podía romper?

No era tanto el miedo a perder la medalla que tenía mis manos, sino yo te diría la rabia de no poder tener la oportunidad de luchar por el gran sueño que tenía, que era conseguir una segunda medalla de oro olímpica. Yo creo que es eso. Me he dado cuenta de que no me ha parado nadie, no me ha parado una rival, sino lo que me ha pasado.

Es una circunstancia externa a todo eso como es una lesión. O sea que por un lado, yo siempre intento buscar como lo positivo dentro de una situación negativa. Entonces, en este caso no ha habido una rival que me haya ganado, sino ha habido una situación que es una lesión la que me ha tenido que apartar de poder conseguir mi segundo gran sueño.

Carolina Marín al retirarse por lesión de la semifinal de bádminton de Paris 2024.

Carolina Marín al retirarse por lesión de la semifinal de bádminton de Paris 2024. Europa Press

¿Cómo gestionaste esa circunstancia de haber perdido, no por demérito tuyo sino por esta circunstancia negativa?

Esta ha sido una conversación que yo tenía con mi psicóloga y que he tenido también con mi entrenador. Yo soy muy exigente conmigo y muy autocrítica, entonces muchas veces me doy muy poco cariño ante situaciones complicadas y en este caso pues fue gracias a mi entrenador que me dijo 'no sé si eres consciente de esta situación'.

E igual me pasó para los Juegos Olímpicos de Tokio. De los cinco torneos previos a esos Juegos, había ganado cuatro y el quinto no lo gané por dos puntos. O sea, que estuve a punto de hacer el pleno de competiciones antes de Tokio y yo sabía que la medalla de oro en Tokio me la llevaba yo ya sin haber estado allí. Sabía que esa medalla era mía. Y no por es fliparme, porque yo nunca me he flipado, yo mantengo siempre los pies en la tierra. Igual que fui la única deportista en Río de Janeiro que en la rueda de prensa dijo 'yo he venido aquí a los Juegos Olímpicos a ganar la medalla de oro'. Pues también lo pensaba para Tokio.

Yo, por las condiciones en las que estaba, que estaba muy bien mentalmente y que físicamente no tenía ninguna molestia, sentía que todo iba encarrilado. Porque encima lo que estaba entrenando estaba funcionando en los partidos y a mis rivales las veía un poco perdidas a la hora de buscar soluciones para jugar contra mí y ganarme. Entonces por eso lo digo muy claramente y muy convencida que la medalla de oro en Tokio la iba a ganar yo, pero lamentablemente un movimiento hace que te frene y que te impida luchar por ese sueño. Y eso mismo me pasó en París.

Una persona que tiene un oro olímpico, que tiene tres Mundiales, que tiene siete Europeos e infinidad de títulos debería retirarse muy satisfecha de su carrera. Pero ¿todas estas circunstancias que te han ido pasando te dejan alguna espinita clavada? ¿O el día que te retires lo harás 100% plena?

La única espinita clavada que se me quedaría, pero que ahora mismo ya la tengo quitada totalmente, hubiera sido el no haber intentado ahora estar en ese Campeonato de Europa del año que viene. Entonces, ahora mismo es lo que digo, quien no arriesga no gana. Yo sé que estoy arriesgando mucho mi salud y mi rodilla, pero como digo, quiero intentar estar en ese Campeonato de Europa. A día de hoy lo estoy intentando y yo creo que esa espinita clavada ya la tengo más que quitada.