Jim Redmond ayudando a su hijo Dereck en los JJOO de Barcelona de 1992

Jim Redmond ayudando a su hijo Dereck en los JJOO de Barcelona de 1992

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Muere Jim Redmond, el 'padre del atletismo' que saltó a la fama en los JJOO de Barcelona de 1992

Su figura dio la vuelta al mundo cuando decidió saltar a la pista del estadio olímpico de la Ciudad Condal para ayudar a su hijo que se había lesionado.

5 octubre, 2022 18:09

El mundo del atletismo llora la muerte de uno de los grandes personajes de este deporte a principios de los años 90. Se trata de Jim Redmond, padre del atleta Dereck Redmond, quien saltó a la fama en los Juegos Olímpicos de Barcelona a pesar de que no fuera por lograr ningún récord. De hecho, ni siquiera participó en ninguna prueba. 

Sin embargo, siempre será recordado como 'el padre del atletismo' después de dejar una imagen que dio la vuelta al mundo incluso antes de que las redes sociales allanaran y facilitaran ese camino. Jim Redmond llegó hasta los televisores y hasta las casas de todo el mundo cuando bajó a la pista del estadio olímpico de la Ciudad Condal para ayudar a su hijo Dereck. 

Una situación poco usual que se produjo en una de las series de semifinales de la prueba de los 400 metros lisos. Dereck participaba en dicha prueba, pero antes de terminar, sufrió una grave lesión muscular. Un fuerte tirón en la parte posterior del muslo que le impidió seguir corriendo hasta la meta. Sin embargo, el atleta británico, con el dorsal 749 al pecho, quería al menos poder terminar la prueba aunque fuera a la pata coja. 

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Por ello, su padre Jim no lo dudó ni un segundo y saltó a la pista para abrazar a su hijo y ayudarle a llegar hasta el final para que al menos pudiera quitarse la espinita de haber terminado la carrera. Dereck era uno de los grandes favoritos de la prueba ya que había conseguido la mejor marca en las rondas eliminatorias. Sin embargo, en semifinales, una lesión importante en los isquiotibiales le impidió poder seguir corriendo. 

A pesar de que la pista de coliseo de Montjuic estaba custodiada por grandes medidas de seguridad, Jim consiguió sortear a todos los agentes para llegar hasta el tartán y poder recoger a su hijo, quien se mostraba destrozado por el dolor y por la rabia de no haber podido ni tan siquiera pelear por un éxito. Mientras este rompía a llorar, Jim cargaba con él hasta la línea de meta. 

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Un fenómeno mundial

Las imágenes de padre e hijo dieron la vuelta al mundo y conmovieron tanto a los asistentes del estadio de Montjuic como a todo el universo del atletismo y del olimpismo. Poco después, Jim habló para los medios de comunicación y explicó así su decisión: "Comenzamos esta carrera juntos y vamos a acabarla juntos. Pasara lo que pasase él tenía que acabar la prueba y yo iba a ayudarlo a que lo hiciera".

Y así fue, tal y como explica Jim, quien desde ese momento se ha convertido en un símbolo de la deportividad y del juego limpio en el deporte, ya que su acto encarna a la perfección los valores que quiere promulgar el COI como institución a través de los Juegos Olímpicos. 

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Muchos años después, Jim tuvo el inmeso honor de portar la antorcha olímpica en su camino hacia Londres, sede de los Juegos Olímpicos del año 2012. Ahora, tal y como se ha informado, ha fallecido a los 81 años después de una vida dedicada al atletismo.