El nadador rumano David Popovici tras una competición

El nadador rumano David Popovici tras una competición Europa Press

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El triunfo más valioso del genio Popovici: recauda fondos para una deportista que sufre cáncer de mama

El joven nadador de solo 17 años ha decidido sortear el gorro y las gafas con los que ganó sus dos oros mundiales para poder ayudar a esta compañera. 

2 agosto, 2022 18:24

El nombre de David Popovici empieza a ser reconocido en el mundo entero. Es uno de los talentos más precoces que existen ahora mismo en el deporte. Su progresión ha sido meteórica. Con 16 años ya empezó a asombrar al universo de la natación. Ahora con 17 ya se ha consolidado como uno de los mejores del planeta dentro de la piscina. 

Debido a su talento, su precocidad y su capacidad para crecer tanto deportiva como personalmente, está llamado a romper la historia y a batir buena parte de los registros que hay instaurados hoy en día en la natación. Hace unos meses copó las portadas de todo el mundo cuando se colgó dos oros en los Mundiales de Hungría

Fue en las pruebas de los 100 y los 200 metros. Dos carreras que le han servido ahora para apuntarse otra victoria, pero esta infinitamente superior a cualquier medalla que vaya a ganar en su vida. Este campeón llamado a ser leyenda ha sacado su lado más filantrópico y amable para intentar ayudar a otra deportista que está atravesando por un muy mal momento vital. 

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David ha decidido sortear el gorro y las gafas con las que ganó sus dos medallas de oro en los Mundiales de Hungría. Su reto no es otro que recaudar el mayor dinero posible para destinarlo hacia una causa benéfica. Quiere hacer todo lo posible por ayudar a Florentina Filipovici. Ella fue en su día otra joven deportista con una prometedora carrera por delante. Llegó a ser subcampeona mundial junior de piragüismo.

A esta deportista le acaban de diagnosticar un cáncer de mama que ha cortado de raíz su carrera deportiva y su progresión. Justo en un momento en el que su vida además no atravesaba por su momento más fácil. Un palo muy duro para alguien que estaba llamada a ser una de las mejores del planeta en su disciplina. Un golpe terrible que ha afectado de manera considerable a su moral. Por ello, Popovici ha decidido encabezar esta corriente que busca ayudar en la medida de lo posible a Florentina. 

David Popovici con una de sus medallas de los Mundiales de Natación de Hungría

David Popovici con una de sus medallas de los Mundiales de Natación de Hungría Europa Press

El drama de Florentina Filipovici

Junto con el joven genio de la natación mundial, también se han volcado en su ayuda la Federación Rumana de Piragüismo y otras organizaciones de la sociedad civil rumana. Actualmente, Filipovici tiene 28 años y una vida realmente complicada. Tienes tres hijos, una niña de 7 años y dos niños de 5 y 3 respectivamente. Y lucha por sacarles adelante en solitario después de convivir con un marido al que definen como "muy agresivo".

Por si esta tesitura no fuera ya difícil de por sí, ahora le han diagnosticado un cáncer de mama que está haciendo mucho más complicado el hecho de poder salir hacia delante. La historia de la remera ha tocado el corazón de Popovici, quien no ha querido perder la oportunidad de intentar tender su propia mano para ayudarla. 

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Se ha habilitado una página web para coordinar la ayuda que pueda recibir Florentina y ahí es donde Popovici ha hablado sobre la situación que está atravesando esta reputada remera: "Florentina necesita una casa para que sus hijos puedan crecer con tranquilidad y seguridad. Dono a la fundación el gorro y las gafas con las que competí en el Mundial y os pido a quienes habéis estado cerca de mí con vuestros pensamientos y vuestra energía que echéis una mano a esta persona".

Ahora, con los fondos que se están recaudando gracias a esta iniciativa, se está pudiendo poner en marcar la construcción de una vivienda para esta piragüista rumana que vivió su momento de mayor esplendor en el año 2011 con su plata en el Mundial de Eton, en Estados Unidos. Una historia que sin duda demuestra que la grandeza humana de un campeón como Popovici que mide su valor personal más allá de los triunfos logrados en la piscina.