Alegría contenida de Ivet Musons durante el partido.

Alegría contenida de Ivet Musons durante el partido. ARMANDO BABANI EFE

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Victoria amarga de las 'Guerreras' ante Eslovenia: Noruega espera en octavos

La vigente campeona del mundo y de Europa será el rival de España en el primer cruce del Mundial de balonmano femenino a pesar de cerrar el grupo con triunfo (33-26). La derrota noruega ante Suecia resultó fatal.

8 diciembre, 2017 22:48

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La selección española no encontró premio a su buen juego y pese a vencer este viernes por un claro 33-26 a Eslovenia, se medirá en los octavos de final con la todopoderosa Noruega, la vigente campeona mundial y europea, que no cumplió con sus deberes y cayó por 28-31 ante Suecia.

Un amargo desenlace que no debe ensombrecer el gran partido del conjunto español, que volvió a demostrar que posee recursos suficientes tanto en ataque como en defensa para dar la vuelta a un marcador que se complicó notablemente para las "guerreras" en la primera mitad.

Variantes entre las que destacó las que aporto toda una debutante en un Mundial como la lateral Ivet Musons, que con su actuación tanto en ataque como en defensa propició el punto de inflexión necesario para la remontada del equipo español.

No lo tuvo fácil, sin embargo, la selección española, que este viernes, al menos de inicio, no se mostró como el muro infranqueable que tanto hizo sufrir a dos potencias como Rumanía y Francia. Muralla que se vio rápidamente agrietada por la capacidad de las eslovenas para combinar tanto el lanzamiento exterior como el juego con las jugadoras de segunda línea.

Una circunstancia que llenó de dudas a la defensa española, que nunca supo cómo compaginar las salidas para controlar los potentes lanzamientos de la lateral Ana Gros con el necesario repliegue para defender a la pivote Teja Ferfola, que campó a sus anchas por la línea de seis metros.

Y eso que Carlos Viver lo intentó todo, desde la entrada de Eli Chávez para dotar de más centímetros al eje central de la defensa al cambio de portería con la salida de Darly Zoqbi por Silvia Navarro. Pero el técnico español no dio con la tecla adecuada hasta que a falta de nueve minutos para el descanso y con una más que inquietante desventaja de tres tantos (8-11) en el marcador, decidió ordenar una defensa individual sobre Gros.

Un cambio defensivo que permitió a España, si no contener definitivamente al ataque esloveno, sí al menos comenzar a generar dudas a las balcánicas, que multiplicaron sus pérdidas de balón en el momento en el que no pudieron conectar con Gros. Circunstancia que permitió a la selección española, que con su mejoría defensiva también comenzó encontrar el tono en ataque, reducir su desventaja al descanso a tan sólo un gol (13-14).

Una diferencia que las "guerreras" lograron enjugar definitivamente en el arranque de la segunda mitad, con un contundente parcial de 5-1, que permitió destacarse al conjunto español (18-15). Parcial incomprensible sin el concurso de Ivet Musons, que demostró una vez su inmenso desparpajo, no sólo ya secando a Gros con una asfixiante defensa, sino liderando el ataque español con sensacionales "cañonazos". Aunque la clave del triunfo español no estuvo en ataque, donde brilló con luz propia la central Nerea Pena, autora de nueve tantos, sino en defensa, donde España volvió a mostrarse como el impenetrable equipo de anteriores jornadas.

A base de agresividad, muchas ayudas y, sobre todo, de una frenética actividad de piernas, las "guerreras" lograron secar por completo a Eslovenia, que ya no sólo no volvió a poder conectar nunca más con su pivote, sino que vio cómo su gran estrella Ana Gros tardaba más de veinte minutos en anotar su primera diana. De hecho, Gros, que llegaba a esta jornada como la máxima goleadora del Mundial, tan sólo pudo firmar esa diana en el segundo tiempo, frenada por una defensa española, perfectamente respaldada por Darly Zoqbi en la portería.

Datos que explican la escapada del conjunto español, que pese a su clara victoria (33-26) y acabar la primera fase en la tercera plaza del grupo, se medirá en octavos con el rival que nadie quería, la todopoderosa Noruega, que falló ante Suecia cuando nadie lo podía esperar.