Adrian Newey, en su presentación con Aston Martin F1

Adrian Newey, en su presentación con Aston Martin F1 Aston Martin

F1

Adrian Newey mintió al llegar a Aston Martin y el equipo se aprovechó de ello durante el diseño del coche para 2026

Una exageración sobre el túnel de viento impulsó la mejora de herramientas clave y fortaleció el enfoque de la factoría de Silverstone en su proyecto más ambicioso.

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Cuando Adrian Newey llegó a Aston Martin en marzo de 2024, traía consigo algo más que prestigio y experiencia: también trajo una estrategia inesperada.

Durante el Gran Premio de Mónaco, el legendario ingeniero británico sorprendió a los periodistas con una afirmación tajante sobre una supuesta desventaja tecnológica del equipo.

Dijo que el simulador de Aston Martin tenía "un hándicap de dos años" respecto a sus rivales.

Sin embargo, tras abandonar la rueda de prensa, Newey se giró hacia Andy Cowell, CEO del equipo, y le susurró entre risas.

"Acabo de decirles que es un hándicap de dos años porque sé que esa afirmación empujará a la gente del equipo". El comentario no era más que una mentira calculada. Una herramienta de motivación.

Cowell confesó esta anécdota semanas después, explicando que tuvo el efecto deseado: los equipos responsables del simulador se tomaron muy en serio la crítica y se volcaron en mejorar las prestaciones de esa herramienta fundamental.

Adrian Newey viaja con Aston Martin al Gran Premio de Mónaco

Provocación positiva

Lejos de causar indignación interna, la estrategia de Newey generó un efecto positivo. Cowell reconoció que los ingenieros del simulador "se lo tomaron mal", pero no en el sentido destructivo.

"La forma en que han respondido es precisamente trabajando aún más duro", declaró el CEO.

En poco tiempo, se optimizó el entorno de la cabina y se ajustaron los parámetros para que los datos del simulador fueran más representativos.

Pero esta maniobra también sirvió para liberar a Newey de preocuparse por detalles menores.

Como explicó Cowell, la mejora rápida del simulador permitió que el diseñador se centrara completamente en su verdadera tarea: el diseño del coche de 2026, con el que Aston Martin pretende dar un salto definitivo en la nueva era técnica de la Fórmula 1.

Una visión común

Newey no está solo en esta ambiciosa empresa. A su lado trabaja Enrico Cardile, ex director técnico de Ferrari, que asumió en septiembre el cargo de Chief Technical Officer.

Su misión es doble: coordinar todos los departamentos técnicos y convertir las ideas de Newey en un coche competitivo.

Cardile, ingeniero aeroespacial formado en la Universidad de Pisa, llegó con un enfoque claro: evitar copiar modelos de otros equipos y crear una identidad propia basada en los puntos fuertes de Aston Martin.

Adrian Newey, junto a Andy Cowell en su primer día en Aston Martin

Adrian Newey, junto a Andy Cowell en su primer día en Aston Martin

"Queremos ser la referencia, no una copia del actual referente", explicó en una entrevista publicada por el propio equipo.

Su filosofía de trabajo apuesta por la colaboración transversal, la circulación fluida de la información y la toma de decisiones ágil.

Según Cardile, si en una reunión técnica él es quien más sabe sobre un tema, algo está fallando. "Los especialistas deben ser los mejores en su campo. Yo aporto visión, claridad y decisión", dijo.

Cultura de innovación

Newey calificó inicialmente el nuevo túnel de viento del AMR Technology Campus como insuficiente. Una exageración intencionada, ya que la instalación -construida junto a CoreWeave- es una de las más avanzadas del mundo.

Cardile la describió como "una obra de arte con un enorme potencial por explotar". Para ambos líderes, la clave no está solo en tener herramientas modernas, sino en saber utilizarlas al máximo.

El túnel de viento, el simulador y las herramientas CFD son piezas de un puzle que solo encajarán si el equipo logra una integración eficaz entre departamentos y una cultura organizativa sólida.

Cowell, por su parte, definió el objetivo como convertir Aston Martin en una "máquina de innovación creativa y caótica", una estructura flexible, ambiciosa y adaptativa que permita generar soluciones únicas y no convencionales.

Cardile comparte esa visión y la define como un proceso "dinámico, continuo y lleno de retos compartidos".

Cambio reglamentario

El año 2026 marcará un antes y un después en la Fórmula 1 con la entrada en vigor del tan ansiado por muchos nuevo reglamento.

Los coches cambiarán radicalmente: nuevo concepto aerodinámico, menor peso mínimo, unidades de potencia híbridas más exigentes y combustibles sostenibles.

En ese contexto, la apuesta de Aston Martin no es conservadora. "Vamos a hacer algunas apuestas", admite Cardile.

Lance Stroll saluda a Adrian Newey en su presentación.

Lance Stroll saluda a Adrian Newey en su presentación. Aston Martin F1

Sabe que ciertos desarrollos no darán resultados inmediatos, pero pueden ser determinantes a largo plazo. Por eso insiste en que el trabajo no acaba con la presentación del coche, sino que el proyecto se extenderá a varios años.

Cardile no esconde su ambición: "Tenemos claro lo que queremos lograr y estamos explorando cada opción disponible".

Asegura que Aston Martin cuenta con las herramientas, la infraestructura y el talento humano para hacerlo posible.

Su compromiso es tal que se ha mudado a Inglaterra con toda su familia, dejando atrás su histórica etapa en Ferrari.

El error como oportunidad

Tanto Newey como Cardile y Cowell comparten una visión pragmática sobre el desarrollo: equivocarse no es un fracaso si se aprende rápido y se ajusta el rumbo.

"No se trata de tener razón o estar equivocados al principio, sino de ganar al final", explicó el CTO.

Cardile también rechaza la cultura del reproche. "Si dentro de dos semanas descubrimos que una decisión fue errónea, no hay problema en cambiar de dirección", afirma.

Esa mentalidad abierta es la que espera transmitir a todo el equipo técnico: la excelencia no nace de la perfección, sino de la mejora constante.

Enrico Cardile y Andy Cowell, director técnico y CEO de Aston Martin F1

Enrico Cardile y Andy Cowell, director técnico y CEO de Aston Martin F1 Aston Martin

Con todo este capital humano y técnico, Aston Martin se enfrenta a uno de los retos más ambiciosos de su historia moderna.

Tras la ilusión despertada con los podios de Fernando Alonso en 2023 y las dificultades vividas en 2024, la mirada está puesta en 2026 como el punto de inflexión definitivo.

Cowell confía plenamente en que el coche estará listo para competir al más alto nivel. Cardile, por su parte, mantiene los pies en la tierra, pero no esconde su optimismo.

"No sé si lo lograremos en la primera carrera, la segunda o la séptima, pero sé que lo conseguiremos. Tenemos todo lo que necesitamos. El fracaso no es una opción".

Y todo empezó con una mentira piadosa de Adrian Newey. Una pequeña manipulación que sirvió de detonante para activar a toda una escudería que sueña, de una vez por todas, con llegar a lo más alto en la Fórmula 1.