Fernando Alonso, en el muro de Aston Martin durante el GP de Baréin 2025

Fernando Alonso, en el muro de Aston Martin durante el GP de Baréin 2025 Aston Martin

F1

Aston Martin ya es el peor coche de la F1: los mismos problemas del pasado y todos los huevos puestos en la cesta de 2026

Las expectativas se hunden en Aston Martin mientras los fallos técnicos persisten y el foco de desarrollo se traslada completamente a la próxima normativa.

Más información: El gran susto de Fernando Alonso en los entrenamientos libres del GP de Baréin: se le sale el volante en plena curva

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Las sensaciones que genera Aston Martin esta temporada se resumen en frustración, resignación y una clara apuesta al futuro. Después de cuatro Grandes Premios, la escudería británica ha pasado de ser una de las sorpresas positivas de 2023 a ocupar las últimas posiciones en la tabla.

El AMR25 no funciona, no puntúa, y ni siquiera Adrian Newey, la gran incorporación técnica, tiene intención de rescatarlo. En palabras de Fernando Alonso: "Es como si el coche se estuviera muriendo en baja velocidad".

El Gran Premio de Baréin fue el escenario que confirmó el hundimiento del proyecto actual. En Sakhir, donde las curvas lentas marcan la diferencia, el monoplaza de Aston Martin mostró todas sus carencias.

Alonso terminó en la decimoquinta posición, fuera de los puntos, víctima de un coche incapaz de recuperar potencia en zonas de baja velocidad. No es una novedad: el mismo defecto ya lo arrastraban en 2024.

El bicampeón español no se mostró sorprendido. Desde principios de temporada, el rendimiento del coche ha sido decepcionante, especialmente en trazados que castigan la falta de tracción.

"Difícil en la salida, pero también a mitad de curva", explicó Alonso tras la carrera. Y añadió con crudeza: "Es un problema conocido que también tuvimos el año pasado y seguimos teniendo".

Ritmo de fábrica lento

Las actualizaciones prometidas no llegarán antes de mayo. Mike Krack, director de operaciones en pista, lo confirmó sin ambages: el desarrollo va con calma, sin prisas. "Queremos analizarlo a fondo. A veces es mejor consolidar la situación y avanzar a partir de ahí", afirmó.

La prioridad no es 2025. El verdadero objetivo es el coche del 2026, cuando entrará en vigor el nuevo reglamento técnico de la Fórmula 1.

Esto significa que el equipo está compitiendo las primeras carreras con el mismo monoplaza que inició la temporada, sin mejoras sustanciales, y lo seguirá haciendo también en Arabia Saudita.

La razón es económica y estratégica: el límite presupuestario obliga a priorizar recursos, y el AMR25, según reconocen desde el equipo, no merece ese esfuerzo.

Sin milagros a la vista

"No tiene sentido. Sería hacer un coche nuevo y eso es imposible", reconocen desde el entorno del equipo.

Las mejoras previstas para Imola podrían aportar un par de décimas. Lo justo para colarse en Q2, pero no para pelear por puntos con consistencia.

En Silverstone lo saben y asumen que, tras este ciclo de carreras europeas, se abandonará el desarrollo del coche actual.

Fernando Alonso atiende a los medios tras los libres del GP de Japón.

Fernando Alonso atiende a los medios tras los libres del GP de Japón. Reuters

Alonso ya ha avisado que "cualquier neumático que eligiéramos no era suficiente". La estrategia en Baréin fue, más que táctica, una supervivencia en pista. La entrada del coche de seguridad no cambió nada.

El coche, simplemente, no está a la altura. Y lo peor: no se espera que lo esté en ninguna de las veinte carreras restantes.

El discurso dentro del garaje es claro: el 2025 es un año de transición. Así lo definen en la fábrica y así lo ha reiterado el embajador del equipo, Pedro De la Rosa.

No hay margen, ni intención, de salvar el presente. Toda la estructura técnica trabaja ya en el coche de 2026.

Todo a una carta

Desde el fichaje de Adrian Newey, la estrategia de Aston Martin ha girado radicalmente. El británico, considerado el mejor diseñador de monoplazas de la historia, ni siquiera ha tocado el AMR25, ni lo hará.

Llegó tarde para influir en el desarrollo actual y su trabajo se concentra exclusivamente en diseñar un coche ganador para 2026.

Ese coche será el primero del nuevo reglamento y el último que, en principio, pilotará Fernando Alonso, cuyo contrato termina a finales de ese año. Newey tendrá carta blanca para configurar el equipo técnico a su antojo.

Adrian Newey, junto a Andy Cowell en su primer día en Aston Martin

Adrian Newey, junto a Andy Cowell en su primer día en Aston Martin

Ya cuenta con figuras como Enrico Cardile, Eric Blandin y ahora Gioacchino Vino, procedente de Mercedes, como nuevo jefe de aerodinámica.

La inversión está hecha. Las nuevas instalaciones en Silverstone, con el túnel de viento más avanzado de la parrilla, están operativas. También lo está el nuevo simulador. El músculo financiero lo pone Lawrence Stroll.

La estructura ejecutiva, con Andy Cowell al frente, está diseñada para competir al máximo nivel. Falta que el coche llegue... pero aún faltan más de 600 días para ello.

Entre resignación e ilusión

Por ahora, Aston Martin solo puede luchar por no descolgarse del todo. En circuitos favorables como Yeda, podrían acercarse a la P13-P14.

En los peores escenarios, como Baréin, la lucha será por no ser últimos. Sólo Sauber parece estar a su nivel. Y con el paso de las carreras, la moral del equipo podría verse aún más afectada.

La plantilla es consciente de que cada punto que consigan será oro puro. Todo debe salir perfecto para sumar, incluso en una parrilla tan igualada como la actual. Williams, Haas, Racing Bulls y Alpine están por delante.

Solo un milagro, o un error masivo de otros equipos, puede darles oxígeno.

Fernando Alonso choca contra el muro.

Fernando Alonso choca contra el muro.

Y mientras tanto, el 'alma libre' de Newey ya proyecta el monoplaza que marcará el verdadero reinicio de Aston Martin. Alonso lo dejó claro: "Está más centrado en el coche del año que viene".

Todo el proyecto mira hacia adelante, dejando atrás un 2025 que no pasará a la historia más que como un año perdido.

En apenas un año, Aston Martin ha pasado de soñar con victorias a conformarse con no ser el peor equipo de la Fórmula 1. Las razones son múltiples: errores en el diseño, falta de evolución, problemas estructurales y una apuesta absoluta por un futuro incierto. Pero, sobre todo, una realidad: el AMR25 no compite, sobrevive.

Es posible que el tiempo dé la razón a quienes han priorizado 2026. Si entonces llega un coche ganador, todo lo sufrido en esta temporada se olvidará. Pero si no, esta travesía por el desierto será un lastre que podría costar muy caro, incluso en términos de pilotos y reputación.

Por ahora, los aficionados y los propios protagonistas solo pueden esperar. El presente es gris, pero el proyecto está en marcha. Y aunque la esperanza está en el futuro, el deporte no perdona el hoy.