Asensio celebra uno de sus goles ante la mirada de Kondogbia.

Asensio celebra uno de sus goles ante la mirada de Kondogbia. EFE

1ª División SEGUNDA JORNADA DE LIGA

Un gran Valencia frena al Real Madrid pero se le escapa Marco Asensio

Dos goles de mallorquín evitan una derrota de los blancos en el Bernabéu ante los de Marcelino (2-2), que planteó de forma perfecta el partido. Primer tropiezo de los de Zidane. Benzema, horrible, falló cuatro remates de gol. Soler y Kondogbia anotaron los tantos visitantes.

28 agosto, 2017 00:19
Madrid

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Cuando el Valencia pisa el Bernabéu, unos y otros ya saben que de ahí sale una guerra futbolística. No hay estados de forma ni estadísticas. Es un partido diferente a todo lo demás. Y, como en los últimos años, los ché se quedaron en el casi. La culpa, esta vez, fue del niño querido y mimado del Bernabéu. Todos, a los pies de Asensio. El futuro está muy presente. [Narración y estadísticas: Real Madrid 2-2 Valencia]

Los cuatro millones que pagó el Madrid por este mallorquín virtuoso son la calderilla mejor empleada en la historia del fútbol. Marco es ya un héroe en el Bernabéu. No solo son sus goles, sino la importancia de ellos, su relevancia. Y el papel que coge. Líder en el campo con 21 años. Un artista.

Marcó los dos goles de un Madrid que se estrelló ante un Valencia muy serio, perfectamente compacto, exquisitamente preparado por Marcelino. El técnico asturiano taponó las ideas del Madrid y los llevó al límite. El final del partido, agónico y con muchos nervios, bien representó la emoción del mismo.

El Valencia fue arrinconando durante todo el duelo las ideas de un Madrid que empezó alegre, tanto que se olvidó de un posible penalti por unas manos de Vezo en el 2' (más claro fue un agarrón de Parejo a Benzema más tarde). Rápidamente se puso por delante, minuto 9, gracias a la primera obra de arte de Asensio, que robó un balón en zona peligrosa, se fue acercando al área y antes de pisarlo, como a él le gusta, disparó pegado al palo. A sus pies todo el madridismo.

Pero, como decíamos, al Valencia no se le veía mal. Fue capaz de taponar la herida y coseguir lo que pocos lograron: dejar sin ideas por minutos al Madrid. Con Parejo asentado en el centro del campo y su banda derecha creando peligro, Kondogbia quedó como único sostén en el centro del campo. Y todo estaba muy bien planificado.

Marcelino García Toral podrá o no triunfar en Mestalla, pero plan y conocimientos tiene. El Valencia, al fin, encontró a un entrenador. Los che fueron aguerridos pero no renunciaron a la pelota y así llegó el empate, con una muy buena jugada colectiva por la banda derecha, con pared entre Gayà y Lato, centro de este último y fácil remate de Carlos Soler, que libre de marca (se le fue a Marcelo) puso el empate.

Benzema se lamenta tras fallar una ocasión.

Benzema se lamenta tras fallar una ocasión. REUTERS

Mientras, Benzema desesperó a todos porque falló tres remates que un delantero de su nivel no puede errar. Ni su buen fútbol combinativo (que lo tiene) ni no ser un '9' puro (que no lo es) pueden justificar tantos goles desaprovechados. Primero, en una carrera en la que él se mareó y acabó parando Neto. Después, con un remate a un metro de la línea de gol donde lo más difícil era mandarla arriba, como hizo. Y por último, un remate de cabeza desviado. Si el Madrid no perdió fue por culpa de Asensio y si no ganó, por culpa del francés.

No estuvo cómodo el Madrid en todo el partido. Y eso fue mérito del Valencia, que supo ahogar a los blancos, que llegaron a perder el centro del campo en varios momentos del partido. La alineación tan ofensiva de Zidane (la figura de Casemiro estaba vacante y con Isco-Asensio-Modric arriba) dejó ciertas dudas. En la segunda parte salió Kovacic en lugar de Isco, aunque tampoco mejoraron excesivamente las cosas.

Los blancos jugaban a bandazos, con oportunidades aisladas a pesar de tener el dominio. Neto, el nuevo portero brasileño del Valencia, sacó dos buenas manos a disparos de Casemiro y Modric. Fue en ese momento cuando el Real Madrid echó de menos al sancionado Cristiano. El partido estaba tal y como le gusta al portugués y su ausencia se acrecentó más con la falta de galones de Bale y los fallos de Benzema. 

El nerviosismo que le entró al Madrid provocó que el Valencia creyera que era posible ganar en el Bernabéu. Parejo avisó con una falta que paró Keylor y cuatro minutos después Kondogbia, de disparo raso, completó la remontada. Quedaban minutos y eso en el Bernabéu es una eternidad.

El Valencia celebra uno de sus goles en el Bernabéu.

El Valencia celebra uno de sus goles en el Bernabéu. REUTERS

A la desesperada, como tantas otras veces, empató Asensio, completando su doblete de falta directa. Sí, de falta directa. Cogió galones y la lanzó. Y marcó. Ya en los minutos finales, Benzema volvió a fallar (remate al palo), el Valencia desaprovechó dos contras y el empate quedó para ambos como mal menor. El Madrid, porque pudo ser peor. El Valencia, porque esto es un espaldarazo al proyecto que aun está construyendo.

Acabó sin fiesta el Madrid el encuentro. Ya la había tenido antes, cuando recibió el trofeo de Liga. Tranquilos, no era la de este año. A los blancos le entregaron la anterior, aquella que ganaron hace más de tres meses en Málaga. Así es España, incapaz de quitarse esa fama de chapucera. Menos mal que los que juegan arreglan los esperpentos de los de los despachos.