Kovacic, durante el partido contra la Real Sociedad.

Kovacic, durante el partido contra la Real Sociedad. Getty Images

1ª División Liga Santander

¿Falta alguien en el centro del campo? Kovacic, a jugar

El croata parte con ventaja para sustituir a Toni Kroos, de baja durante el próximo mes y medio por una lesión en el quinto metatarsiano. Acompañará a su ídolo Modric en el centro del campo. 

9 noviembre, 2016 01:15

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Mateo Kovacic, en principio, iba a ser suplente. Él lo tenía asumido y su entrenador, seguramente, se lo había transmitido durante la pretemporada. Es decir, el croata sabía, por muchos motivos (la calidad de la plantilla, la competencia, el número de centrocampistas…), que iba a tener que currárselo mucho para ser titular. Pero, lo que jamás esperaba es que su oportunidad le llegaría tan pronto y propiciada por las lesiones de tres compañeros. Primero, siendo uno de los beneficiados por las bajas de Casemiro y Modric, y ahora, erigiéndose como el mejor candidato a cubrir a Kroos, que estará mes y medio en el dique seco por una rotura en el quinto metatarsiano.


El croata ha demostrado dos cosas esta temporada. Por una parte, ser un todocampista; y por otro lado, que se puede adaptar a cualquier circunstancia o lugar. Y, vista su respuesta, Zidane lo ha convertido en uno de los protagonistas de la plantilla. Kovacic, en total, ha disputado 13 partidos y ha marcado un gol. Y lo ha hecho, además, sin que se note en demasía la ausencia de los teóricos titulares. Unas veces apoyando a Toni Kroos como mediocentro y otras más cerca del área, finalizando o dando el último pase.


Ahora, la baja del alemán propiciará que pueda adelantar su posición. O incluso que acompañe a Luka Modric como doble pivote. De una u otra forma, Kovacic se ha convertido en un seguro de vida, tal y como demuestran los números. En el Madrid tan solo Toni Kroos (92’7%) le supera en acierto de entre los centrocampistas (91%). Y en el Barcelona, por ejemplo, el único que registra mejor porcentaje es Arda Turan (92%). Es decir, el croata no sólo influye en el juego de sus compañeros, sino que tampoco pierde balones.

Kovacic, durante el partido contra el Legia.

Kovacic, durante el partido contra el Legia. EFE


Con ese aval, a Kovacic le tocará demostrar ahora que puede rendir a gran nivel en el particular maratón de match balls que le espera al Madrid tras el parón de selecciones. Por orden, el conjunto blanco se tendrá que enfrentar antes de Navidades a Atlético de Madrid, Sporting de Gijón y Barcelona en Liga; y a Sporting de Lisboa y Borussia Dortmund en Champions. O lo que es lo mismo: se jugará su futuro tanto a nivel doméstico como en Europa. Y, posiblemente, lo hará con él como titular.


AL LADO DE SU ÍDOLO


Kovacic, con la baja de Toni Kroos, tendrá ahora la oportunidad de formar junto a su ídolo en el centro del campo, Luka Modric. Así lo reconoció el propio Mateo cuando recibió el Golden Boy en 2013. Desde antes, tanto en el Dinamo, donde había crecido como futbolista, como después, en el Inter, donde disputó 97 partidos (ocho goles y once asistencias en dos temporadas y media), lo había intentado emular, aunque sin que su juego fuera comparable.


Aquel niño nacido en Linz (Austria), creció buscando ser Modric y finalmente encontró su hueco de otra forma. En el Inter, cuando lo fichó el Real Madrid, era más un interior que un centrocampista puro. Aprovechaba a Medel para colocarse más adelante y salir rápido en dirección a portería siempre que podía. Por eso, lo suyo en el conjunto blanco tiene más mérito, porque Kovacic se ha adaptado y es capaz tanto de hacer de pivote como de volver a su posición natural, y siempre siendo compatible con Luka, al que aspira a acompañar en la selección croata.


Con ese cometido, Kovacic tendrá que dar un golpe encima de la mesa y demostrarle a Zidane que el puesto de titular debe ser suyo. Donde sea. Sin quejarse ni levantar la voz. Pero, eso sí, con el aval de haber respondido en este principio de temporada, en un equipo invicto y con James, Isco y muchos otros buscando ocupar el mismo sitio. Y, como siempre, con la intensidad por bandera. Precisamente, lo mismo que tanto echa en falta Zidane en muchos partidos este curso.