Nacho celebra su gol en León.

Nacho celebra su gol en León. EFE

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Hasta Nacho se vistió de Van Basten

Contundente goleada del Real Madrid en León (1-7) en un partido que dejó un golazo del canterano blanco. Los de Zidane no repiten esperpento en Copa y destrozan a la Cultural.

26 octubre, 2016 23:10

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Este año no hubo esperpento y esa es la única noticia que se puede sacar de León. El Madrid alineó esta vez a todos los legales y con ellos goleó de forma humillante a una muy débil Cultural Leonesa. Sin caer en alineación indebida, los blancos, de morados en el Reino de León, podrá seguir luchando por la Copa. [Narración y estadísticas: Cultural Leonesa 1-7 Real Madrid]

Fue un partido con tan poca tensión, con tanta diferencia de nivel, casi al ritmo de un amistoso, que hasta Nacho se vistió de Van Basten para protagonizar uno de esos goles que bien valen los premios internacionales. Un gol de tijera, una volea perfecta que cerró el partido en León. Un gol para la historia", decía Zidane, acostumbrado a esos goles pero que seguramente no esperaba que uno de sus sustitutos fuera Nacho. “La chilena de Nacho es más bonita que mi volea”, añadía. El tanto bien podría representar lo que fue el Madrid. Feliz, descansado, recuperando autoestima y serio. El encuentro dio para que jugara Coentrao, por lo que puede ser este partido de Copa casi como un milagro. El portugués volvió de las catacumbas. Inspiración divina.

Las manos que se echaba a la cabeza James Rodríguez cuando Nacho marcó bien podría representar ese tanto y el partido en general. El central, que rechazó irse a la Roma este verano (tampoco es que a Zidane le hiciera mucha gracia que se fuera), aprovechó de esas pocas titularidades que tendrá en la temporada para regalar este gol. Al fin y al cabo será el premio a un jugador 100% madridista, totalmente profesional y de esos que dignifican el club, ejemplo también para los jóvenes. Nacho fue pieza fundamental del Castilla que subió a Segunda hace ahora cuatro años, también clave en su salvación el primer año y uno de esos que hacen equipo con su trabajo en silencio. Este año apenas estaba contando, siempre a la sombra de Ramos, Varane y Pepe y con pocas opciones de sustituir a Marcelo. Ni con la lesión del brasileño tuvo opciones un Nacho que siempre hay que tener en tu equipo, también por su polivalencia.

El madrileño se llevó el premio de un comodísimo partido del Real Madrid en León que desatascó, para desgracia de los locales, el central Zuiverloon, que se marcó en propia tras un centro de Kroos. El alemán fue titular, algo que pilló a todos por sorpresa, por la poca importancia del partido y por lo necesitado de descanso que está y estará. Pero jugó y además se llevó un feo cabezazo del local Yerai, que no se enteró de que iba el partido y mereció irse a su casa en el ecuador de la primera parte. Su feo cabezazo a Kroos, precedido por una falta sin sentido, fue la imagen no de la impotencia sino de, quizá, aprovechar los pocos minutos de gloria que te da este encuentro.

A pesar de ese incidente, el Madrid se emborrachó a goles superando el trámite de la mejor manera desde que la Copa tiene este formato. Nunca habían ganado los blancos de forma tan abultada en un campo de Segunda B. Además de los tantos de Nacho y Zuiverloon en propia, completaron la goleada Asensio, por dos veces, Morata, también con doblete, y Mariano, que no fue ni titular esta vez y que cerró el partido en el descuento. Un 1-7 escandaloso que solo Benja pudo maquillar con el gol local, ya en el tramo final del partido. Eso sí, tanto en la primera como segunda mitad, Casilla tuvo que aparecer tres veces con buenas paradas. Pero todo fue muy fácil.

El partido, si de verdad quiere hacer un bien al fútbol, debe servir para reflexionar si esta es la Copa que queremos. ¿De qué vale el partido de vuelta ahora? Los jugadores de la Cultural visitarán el Bernabéu, harán la foto, y poco más. El estadio blanco estará vacío ante un partido totalmente intrascendente. Y la que queda en situación crítica es el torneo, de por sí ya devaluado que deja en estado crítico su sentido y su propia biografía, eso de que era "el torneo del KO". El KO sencillamente es el que la propia competición se hace así misma.