Ancelotti posa con el traje bávaro.

Ancelotti posa con el traje bávaro. Reuters

Champions League

El cambio de Ancelotti: libertad, dos litros de cerveza para el Oktober y prensa aliviada

Cuatro escritores alemanes analizan para EL ESPAÑOL las diferencias entre Guardiola y el técnico italiano. Su impronta ya se nota cuando restan horas para su partido contra el Atleti. 

27 septiembre, 2016 00:58

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Carlo Ancelotti no es Guardiola. Ni es tan apuesto ni le sientan igual las corbatas ni da instrucciones tan rápido sobre la banda. Es, en definitiva, diferente, tanto en lo personal como en lo futbolístico. Y en Múnich lo han notado en unos pocos meses. El ambiente, aseguran desde la capital bávara, es mejor entre la prensa y el entrenador. Y, además, los resultados, de momento, siguen siendo buenos: el Bayern ha ganado la Supercopa alemana este curso -no lo había hecho con Pep en el banquillo- y puede presumir de haber cuajado el mejor arranque de Bundesliga en la historia del club: ocho victorias en las ocho primeras jornadas. Pero bien, hay mucho más: EL ESPAÑOL habla con cuatro analistas alemanes antes del partido de Champions contra el Atlético de Madrid (miércoles, 20:45 horas).


BEBE CERVEZA Y ES MEJOR EN EL TRATO


“¿Cuántos Maß (litros de cerveza) se ha bebido en el Oktoberfest? Dos”. Esta conversación y esta respuesta, por muy nimias que sean, importan. Y mucho. Muestran, de alguna manera, que Ancelotti es diferente, más cercano y espontáneo. “Los periodistas están muy aliviados. Ahora tienen un entrenador que quiere hablar también de la vida. Ya no es tan asceta como Guardiola. La prensa estaba muy harta de Pep. Y como se trata de vender el cambio, pues hay un ambiente muy positivo, como de inicio”, reconoce André Schön, escritor de ‘Franz, Jürgen, Pep’ junto a Axel Torres.


La prensa, por tanto, está más contenta. Entre otras muchas cosas, porque Ancelotti sí da entrevistas. “Es más abierto, habla sobre los jugadores lesionados y da alineaciones, mientras que Guardiola no lo hacía”, confiesa Hanna Raif, periodista del Merkur. Y esa proximidad, la agradecen también los jugadores: “Ancelotti da más valor al contacto personal con ellos, tiene conversaciones privadas y es más cercano dentro del vestuario. Eso le gusta a los futbolistas. Ellos mantienen que es más justo y ‘humano’. Y también en las ruedas de prensa es así, y siempre con buen humor”, explica Florian Bogner, de Eurosport.

Ancelotti, durante un partido de la Bundesliga.

Ancelotti, durante un partido de la Bundesliga. Reuters


TÁCTICA: TRANQUILIDAD, LIBERTAD Y VERTICALIDAD


Guardiola chocó una y otra vez con la cultura alemana del contraataque. En el Bayern y en la Bundesliga, históricamente, se aplaude el fútbol directo. Y eso le supuso más de un dolor de cabeza al técnico español. “Yo entiendo que esto ha sido así durante mucho tiempo, pero el Bayern me fichó a mí”, llegó a decir. Por tanto, tras estos tres años de ‘posesión’, la afición pedía y quería un cambio. ¿Se ha dado con el técnico italiano? De momento, sólo en parte.


La prensa es unánime en algunos aspectos, el primero, que los jugadores se sienten más libres sobre el campo con Ancelotti: “Eso lo agradecen los más creativos, como Frank Ribéry”, sostiene Christian Falk, redactor jefe de Sport Bild. Y con esto en la cabeza, el italiano está buscando desarrollar su estilo sobre la base construida por Guardiola en las tres temporadas anteriores. “Además, en la medular juega con centrocampistas más clásicos (Alonso, Vidal, Thiago, Sanches, Kimmich…); mientras, Guardiola colocaba a atacantes como a Götze, Müller o Robben ahí”, reconoce Florian Bogner, de Eurosport.


LA VUELTA DE RIBÉRY


No es una novedad que la relación del jugador francés y la de Guardiola no acabó demasiado bien. “A veces habla demasiado, el fútbol es más simple”, reconoció el extremo hace poco menos de un mes. La razón: no llegaron a congeniar del todo. Ya fuera por el estilo de juego o por las formas, lo cierto es que Ribéry disputó 39 encuentros en la primera temporada con el español en el banquillo y fue perdiendo minutos en las dos posteriores (23 y 22 partidos respectivamente). ¿Por qué? Hay dos versiones. La primera, y oficial, que el jugador estuvo lesionado durante largos periodos y, por lo tanto, no podía competir. La segunda, extraoficial, que no quería jugar después de unas supuestas declaraciones de Pep. 


Ahora, con Ancelotti, el francés ha recuperado la sonrisa: ha jugado ocho partidos esta temporada y ha anotado dos goles. “El sí confía en mí. Es una persona agradable”, reconoció el jugador en pretemporada. Y, sea cierto o no, la realidad es que Ribéry está de nuevo en forma y podría ser titular contra el Atlético de Madrid en la Champions.

Ribéry sonríe junto a Douglas Costa en un entrenamiento.

Ribéry sonríe junto a Douglas Costa en un entrenamiento. Reuters


THIAGO, COMO MEDIOCENTRO; KIMMICH, NUNCA MÁS CENTRAL


No ha introducido demasiadas novedades Ancelotti en el Bayern, pero sí ha dejado entrever algunas de sus pretensiones. La primera de ellas, que Thiago será el sustituto natural de Xabi Alonso como mediocentro -ya jugó ahí contra el Rostov en Champions-, con lo que eso supone: “Desde que llegó Carlo, es más disciplinado y juega adornándose menos”, reconoce Florian Bogner, periodista de Eurosport. Y la otra novedad es la posición de Kimmich, que ha dejado de ser central y ahora ha regresado a la medular, a veces, incluso, ocupando la posición de interior. De ahí los cuatro goles que lleva este curso.


¿QUÉ NO HA CAMBIADO?


El italiano ya dijo en su presentación que quería aprovechar lo que los jugadores habían aprendido con Guardiola. Y, de hecho, así lo está haciendo. El Bayern, aunque se quiera vender el cambio, sigue manteniendo la posesión de la pelota. “Es cierto que quizás sí que espera algo más atrás para aprovechar la velocidad de sus hombres de arriba”, explica Florian Bogner, de Eurosport, y apuntilla: “Pero hay cosas que no han cambiado: Javi Martínez sigue jugando de central y Lahm también ha sido utilizado como mediocentro”. En definitiva, pequeñas cosas o detalles que confirman que hay un pequeño cambio, pero no en lo sustancial. En cualquier caso, es pronto para juzgar si éstos serán para mejor (o peor).

El Bayern celebra un gol en el Allianz Arena.

El Bayern celebra un gol en el Allianz Arena. Reuters