Diego Jaime en uno de sus locales de hamburguesas.

Diego Jaime en uno de sus locales de hamburguesas.

Fútbol

Diego Jaime (39), exfutbolista: "Viví del fútbol 10 años, pero tuve que vender hamburguesas para seguir haciendo dinero"

El argentino comenzó a vender en la calle en 2019 y ahora "la idea es llegar a 20 franquicias en dos años".

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Diego Jaime jugó en San Lorenzo de Almagro, uno de los cinco grandes del fútbol argentino. Dio el salto a Ecuador, después a Bosnia. Diez años como futbolista profesional en tres países. Pero cuando en 2019 no le renovaron el contrato, la realidad le golpeó: no tenía ahorros suficientes para vivir del fútbol el resto de su vida.

"Uno piensa, 'che, jugar afuera, bueno, ahora vino lleno de plata'. Claro, no. La verdad es que no", confiesa Jaime sin rodeos. "Pude vivir del fútbol esos 10 años, pero como para hacer una diferencia económica, no".

Sin contrato y sin un plan B, Jaime tomó una decisión que marcaría su futuro. Pidió prestada una plancha, compró ingredientes básicos y empezó a vender hamburguesas en la calle del kiosco de su padre en González Catán, zona oeste de Buenos Aires. Era 2019. Tenía 29 años y acababa de cerrar una década en el fútbol profesional.

"Yo siempre digo que gracias al fútbol conocí el mundo, conocí muchas culturas, aprendí un montón de cosas. No me arrepiento en absoluto. Pero la gente tiene que entender que con el fútbol pudimos vivir nosotros", explica.

Las primeras hamburguesas las vendieron en la calle. Sin local, sin marca, solo una plancha y ganas de no quedarse parado. La receta era simple pero efectiva: carne de calidad, pan casero y precios accesibles. Los vecinos empezaron a hacer fila.

Diego Jaime, durante su etapa como futbolista.

Diego Jaime, durante su etapa como futbolista.

En pocos meses, Jaime alquiló un pequeño local en González Catán. Después vino un segundo, un tercero, un cuarto.

Su modelo

Hoy, cinco años después, Jaime tiene cuatro locales propios funcionando bajo la marca que creó desde cero. Pero el negocio no se detuvo ahí. En 2024 dio el salto más ambicioso: lanzar un sistema de franquicias para expandirse por todo el país.

El modelo es claro. La inversión inicial para abrir una franquicia ronda entre 50.000 y 60.000 dólares, más una aportación inicial de 30.000 . A cambio, el franquiciado recibe el modelo de negocio completo: recetas, proveedores, capacitación, marca y soporte operativo.

La rentabilidad estimada está entre el 12% y el 15% mensual, con un período de recuperación de la inversión de aproximadamente 24 meses.

Para sostener la operación de franquicias, Jaime invirtió en infraestructura logística. Construyó un centro de distribución de 1.800 metros cuadrados en Ezeiza, desde donde abastece a todos los locales propios y franquiciados. Ese centro es clave: garantiza calidad uniforme, precios controlados y tiempos de entrega rápidos.

El crecimiento ha sido exponencial. De vender en la calle en 2019 a facturar millones de pesos argentinos en 2024. Jaime atribuye el éxito a dos factores: "Primero, nunca bajar la calidad del producto. Segundo, ser consistente todos los días".

Antes de apostar por las hamburguesas, Jaime reconoce haber perdido dinero en inversiones especulativas como criptomonedas. "Me comí el verso de que iba a hacer plata rápido. Perdí bastante", admite. Ese tropiezo le enseñó a enfocarse en negocios tangibles, con flujo de caja predecible y margen de error controlado.

Ahora, a los 39 años, Jaime tiene lo que el fútbol no le dio: un patrimonio sólido, ingresos recurrentes y un negocio escalable. "La idea es llegar a 20 franquicias en dos años", adelanta.

El exfutbolista que vendía hamburguesas en la calle hoy lidera una cadena en expansión. Y todo empezó con una plancha prestada y la decisión de no quedarse esperando que el fútbol volviera a llamar.