Óscar Téllez, durante su etapa en el Alavés.

Óscar Téllez, durante su etapa en el Alavés. EFE

Fútbol

Óscar Téllez (49), ex del Valencia, sobre pasar de ganar 100.000€ a mileurista: "Soy un juguete roto, el dinero se acaba"

El exfutbolista español cuenta sin reparos lo que cambia la vida cuando te acostumbras a ese tipo de salarios.

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Óscar Téllez fue un futbolista que lo tuvo casi todo. Delantero del Alavés en su mejor época, pasó por el Valencia, formó parte de la selección española y llegó a cobrar cifras que la mayoría solo sueña. Pero aquello se terminó, como se terminó todo en el fútbol.

Ahora, a los 49 años, mira atrás con la clarividencia de quien ha vivido el antes y el después, y en una entrevista reciente en Y ahora Sonsoles de Antena 3, resume su caída con brutal honestidad: "Soy un juguete roto" .

Su historia comienza en la época de oro del Alavés, en los años 90, cuando la Real Sociedad ganó La Liga y el equipo de Vitoria competía en Europa. Téllez era parte de esa generación de futbolistas españoles que comenzaba a ganar dinero real.

En esa etapa, cuenta sin reparos: "Antes ganaba 100.000 euros al mes y no miraba mi cuenta corriente" . Era una cantidad que lo colocaba en la élite económica del fútbol español, lejos de los inicios modestos de muchos de sus compañeros. Con ese nivel de ingresos, la sensación era de abundancia infinita.

El problema es que Téllez nunca se preparó para la transición. La mayoría de los futbolistas viven una ilusión óptica: creen que ganarán esa cantidad indefinidamente. "Solo cuando entraba el dinero me fijaba", reconoce en la entrevista.

La cuenta bancaria se llenaba, y la mente se desconectaba de la gestión. No hay plan de ahorro, no hay inversión, no hay análisis de cuánto durará realmente esa fuente de ingresos. "Me gastaba el dinero sin pensar en el futuro" , admite. Coches, viajes, una vida de fantasía donde el dinero era un recurso inagotable.

Óscar Téllez, tras su retirada.

Óscar Téllez, tras su retirada.

Su declive futbolístico llegó antes de lo previsto. Las lesiones, el paso del tiempo y la competencia despiadada del fútbol profesional lo fueron apartando de los terrenos de juego.

Cuando se retiró, oficialmente terminó su carrera como futbolista, pero no terminó su vida. Y aquí es donde comienza el verdadero calvario de muchos deportistas: descubre que la máquina que te alimentaba se ha parado, pero que tus gastos siguen iguales.

Téllez se vio obligado a reinventarse. Intentó diversas profesiones, desde negocios hasta el trabajo por cuenta ajena. Hoy, después de años de búsqueda y ajustes, su nivel de vida ha caído dramáticamente. "Ahora gano alrededor de 2.000 euros al mes", dice en la entrevista.

Una cifra que representa apenas el 2% de lo que cobraba en su mejor momento. Es el abismo de quien pasó de ser una estrella a ser invisible, de dormir en hoteles de cinco estrellas a contar cada gasto.

Lo que duele más no es la caída económica, sino la pérdida de identidad. "He sido un juguete roto", explica, refiriéndose a cómo la industria del fútbol te usa y luego te descarta. En el momento en que ya no produces goles, ya no generabas ingresos para el club, fuiste obsoleto.

Nadie te prepara para eso. Nadie te enseña a ser un exfutbolista, a reinventarte psicológicamente, a aceptar una vida mucho más modesta que la que tuviste.

El relato de Téllez es especialmente valioso porque no es una historia de lujo excesivo y despilfarro espectacular. No compré yates ni aviones privados.

Simplemente vivió de acuerdo con sus ingresos sin pensar en el mañana, como hace cualquier persona que vive al día. La diferencia es que sus "días" eran de 100.000 euros, así que su forma de vivir era proporcionalmente grandiosa. Cuando esos días terminaron, el golpe fue impresionante.