Sterling, durante un partido con el Chelsea.

Sterling, durante un partido con el Chelsea. EFE

Fútbol

Del cártel Kinahan a la 'Gucci Band': la red criminal que aterra a la Premier con robos, asaltos nocturnos y vigilancia en redes

Delincuentes que solían atacar bancos y furgones blindados han cambiado su foco a los futbolistas.

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Una oleada sin precedentes de robos sofisticados ha transformado las mansiones de los futbolistas de la Premier League en objetivos de alto valor para bandas criminales internacionales.

Lo que comenzó como asaltos aislados ha evolucionado hacia una trama criminal coordinada, donde la 'Gucci Band' de Dublín y sus vínculos con el legendario cártel Kinahan han convertido a las estrellas del fútbol en presas de un sistema delictivo tan sofisticado como brutal.

La investigación llevada a cabo por la prensa británica ha destapado un fenómeno que va mucho más allá de simples robos: se trata de una operación criminal internacional que amenaza la seguridad de centenares de familias y expone las grietas de un sistema de justicia incapaz de contenerlo.

En el corazón de esta trama se encuentra Glen Ward, conocido en los bajos fondos como "Mr Flashy", un delincuente dublinés que lidera la Banda Gucci desde su celda en la prisión.

Ward, condenado a cinco años y medio de cárcel por posesión ilegal de armas de fuego, ha transformado su imperio criminal en una máquina de robo altamente organizada que opera a través de las fronteras europeas. Su nombre se ha convertido en sinónimo de sofisticación delictiva, aunque su verdadero poder radica en sus conexiones con estructuras criminales aún más grandes y peligrosas.

Los vínculos de la Banda Gucci con el cártel Kinahan representan una amenaza de magnitudes desconocidas. El cártel Kinahan no es una simple organización criminal, sino una estructura de poder construida sobre sangre y violencia.

Su enfrentamiento histórico con la familia Hutch ha dejado un legado de al menos 18 muertes desde 2015, incluyendo el asesinato de Gary Hutch en Marbella y el ataque al Hotel Regency de Dublín en 2016, cuando sicarios disfrazados de policías irrumpieron en un evento de boxeo. Este historial de brutalidad define el carácter de las redes criminales que ahora asedian a los futbolistas británicos.

Su modus operandi

Los métodos empleados por estas bandas desafían cualquier noción de delincuencia convencional. Todo comienza en las redes sociales: criminales sofisticados monitorean obsesivamente las cuentas de Instagram de futbolistas y sus parejas, catalogando meticulosamente cada joya, reloj de lujo o bolso de diseñador que aparece en las publicaciones.

Esta vigilancia digital es el primer paso de un plan cuidadosamente ejecutado que cuenta con la colaboración de delincuentes albaneses especializados en la identificación de vulnerabilidades en sistemas de seguridad.

Los asaltos se producen en momentos estratégicamente elegidos: cuando las familias están en casa, aprovechando el hecho de que los sistemas de alarma perimetrales suelen estar desactivados. Utilizando escaleras telescópicas, los ladrones acceden por balcones y ventanas superiores, dirigiéndose directamente a los dormitorios principales donde se guardan las posesiones más valiosas.

Una vez robados los artículos, comienza una odisea delictiva internacional: los objetos se transportan en coche hasta Escocia, atraviesan el mar de Irlanda y llegan a las manos de la Banda Gucci, que los intercambia por drogas y armas o los vende en mercados negros europeos, especialmente en España.

El precio del éxito

Las víctimas de esta trama criminal incluyen a algunos de los futbolistas más destacados del mundo. Ashley Cole, el legendario lateral inglés, fue víctima de un asalto brutal en enero de 2020 cuando seis ladrones enmascarados irrumpieron en su mansión de Surrey.

Cole fue atado con bridas frente a su pareja e hijos, mientras uno de los atacantes proponía cortarle los dedos. El trauma de aquella noche marcó un punto de inflexión en la percepción de la seguridad de los futbolistas británicos.

Jack Grealish sufrió un robo de aproximadamente un millón de libras en diciembre de 2023 mientras jugaba contra el Everton, con diez familiares dentro de su mansión de Cheshire. Alexander Isak perdió 78.000 libras y su Audi RS6 en abril de 2024 a manos de una familia italiana de ladrones profesionales que lo vigilaron durante dos días en el centro de entrenamiento del Newcastle.

Raheem Sterling ha sufrido múltiples intentos de robo, incluyendo un incidente en noviembre de 2025 cuando entraron en su casa mientras estaba con sus hijos. Otros afectados incluyen a Joao Cancelo, Paul Pogba, Riyad Mahrez, Kurt Zouma y una docena más de estrellas de la Premier League.

Paul Pogba, con la Juventus

Paul Pogba, con la Juventus Europa Press

El impacto emocional trasciende lo meramente económico. Los futbolistas viven con miedo constante, paranoia y una vigilancia asfixiante. Sus familias sufren trauma psicológico duradero. El sistema judicial, sin embargo, ha demostrado su impotencia ante la magnitud del fenómeno.

La banda italiana que robó 1,3 millones de libras fue condenada a pagar solo una libra de compensación debido a su falta de recursos. Los riesgos penales del robo doméstico son significativamente menores que los del crimen organizado tradicional, lo que convierte estos asaltos en operaciones de "alto beneficio y bajo riesgo" desde la perspectiva delictiva.

La naturaleza transnacional del crimen, con vínculos que cruzan fronteras entre Reino Unido, Irlanda, Albania y Europa continental, ha saturado la capacidad de las autoridades locales para responder eficazmente.

Frente a esta amenaza, los futbolistas y clubes han respondido con medidas cada vez más extremas. Habitaciones del pánico de acero con líneas de comunicación independientes alcanzan valores de hasta un millón de libras.

Perros guardianes especializados, a menudo Dobermans o Rottweilers adiestrados para protección, cuestan decenas de miles de libras. Muchos jugadores han contratado exmiembros del SAS británico como guardaespaldas personales. Manchester United ha implementado sistemas de geovallado y equipos de respuesta 24 horas listos para cualquier emergencia.