La selección israelí de fútbol durante un partido de la clasificación UEFA para el Mundial

La selección israelí de fútbol durante un partido de la clasificación UEFA para el Mundial Reuters

Fútbol

¿Puede Israel jugar el Mundial 2026 de fútbol?: Noruega e Italia pueden salvar a UEFA de tener que aplicar vetos

Las aspiraciones deportivas de Israel son mínimas y la discusión sobre su exclusión sería simbólica ante la presión política internacional.

Más información: La UEFA decidirá la próxima semana si suspende a Israel y a sus equipos: la mayoría de los miembros están a favor

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Israel se encuentra ante un escenario deportivo y político inédito de cara al próximo mundial de fútbol de 2026 que se disputará en Estados Unidos, Canadá y México.

La selección solo ha disputado una fase final en su historia, la de México 1970, y sus opciones actuales son mínimas.

Sin embargo, la presión internacional por el conflicto en Gaza ha puesto a FIFA y UEFA en el dilema de plantear un veto a su participación, una medida a la que Estados Unidos, anfitrión principal del torneo, ya se opone abiertamente.

En el grupo clasificatorio europeo, Israel ha disputado cinco partidos con un balance irregular: victorias frente a Estonia (2-1 y 3-1) y Moldavia (4-0), pero derrotas en duelos clave ante Noruega (2-4) e Italia (4-5).

Con nueve puntos, está empatado con Italia, aunque con un partido más disputado. Noruega domina con 15 puntos en cinco encuentros, lo que deja casi descartado el liderato directo.

El calendario restante ofrece pocas esperanzas. En octubre se enfrenta a Noruega en Oslo y a Italia en Roma, antes de cerrar en noviembre como local frente a Moldavia.

Para mantener opciones necesitaría sumar pleno de victorias, algo improbable ante dos rivales de nivel superior. Su única vía realista sería el segundo puesto y acceder a la repesca, aunque Italia parte con ventaja.

El reglamento de la UEFA establece que los 12 segundos de grupo, junto con los cuatro mejores ganadores de la Nations League, disputan los últimos billetes europeos en un playoff. Pero Israel no entra en esa ecuación.

En la última edición terminó último del Grupo A2 con apenas cuatro puntos y descendió a la Liga B. Ese registro lo descarta por completo como aspirante a repesca vía Nations League.

La conclusión es clara: Israel solo podría tener una mínima opción en caso de remontada clasificatoria que lo lleve al segundo lugar.

Selección de fútbol de Israel.

Selección de fútbol de Israel. EFE

Debate político

Este contexto convierte el debate sobre un posible veto en algo meramente simbólico.

La ONU ya ha pedido la suspensión de Israel en competiciones internacionales por las violaciones de derechos humanos en Gaza, con más de 65.000 muertos según estimaciones, incluidos casi 20.000 niños.

Palestina ha formalizado su petición a UEFA y FIFA, reclamando sanciones contra la Asociación de Fútbol de Israel, la exclusión de sus clubes y una investigación sobre prácticas discriminatorias y apoyo a operaciones militares.

El contraste con Rusia es inevitable: Moscú fue expulsado de todas las competiciones tras invadir Ucrania.

Israel, en cambio, sigue compitiendo en Champions League, Europa League o Euroliga de baloncesto. Para muchos países, esa doble vara de medir genera tensiones políticas difíciles de sostener.

La presión de Trump

Donald Trump, con Estados Unidos como principal organizador del Mundial junto a Canadá y México, se ha posicionado en contra de cualquier exclusión.

Un portavoz del Departamento de Estado ha afirmado que trabajarán "para detener de manera total todo esfuerzo que busque prohibir que Israel participe en el Mundial".

Washington controla gran parte de la logística del torneo: 78 de los 104 partidos se jugarán en territorio estadounidense, incluida la final. Ese dominio convierte la postura de la Casa Blanca en decisiva.

Trump ha ido más allá, advirtiendo que las sedes elegidas podrían cambiar si se considera que alguna ciudad no ofrece garantías de seguridad.

Es un aviso político y organizativo que refuerza la idea de que Estados Unidos protegerá la presencia de Israel, incluso aunque sus opciones deportivas sean nulas.

UEFA y FIFA, bajo presión

La UEFA ya estudia un posible escenario de suspensión, en paralelo a lo que sucedió con Rusia.

La FIFA, de momento, guarda silencio, pero la presión de los países árabes y del bloque de apoyo a Palestina crece.

El presidente de la Asociación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub, lo ha expresado con claridad: "El fútbol no puede permanecer neutral ante el genocidio y la ocupación continua".

En la práctica, salvo milagro en la fase de clasificación, Israel no estará en el Mundial 2026. Si la repesca le resulta esquiva, el debate sobre su exclusión será puramente retórico.

Italia y Noruega, con sus victorias, podrían ahorrar a UEFA y a FIFA una decisión política de enormes consecuencias, dejando el veto como una cuestión de principios sin impacto real en el terreno de juego.