Dean Huijsen prende la llama de la esperanza del nuevo Real Madrid de Xabi Alonso que carbura a fuego lento

No se puede decir que el Real Madrid estuviera demasiado brillante en su debut en el Mundial de Clubes. Había muchas miradas puestas en el encuentro ante el Al Hilal por el estreno de Xabi Alonso en el banquillo, pero el tolosarra se marchó convencido de que tiene mucho trabajo por hacer.

Lógico, teniendo en cuenta que apenas lleva unos días al frente del equipo y escasas sesiones de entrenamiento. Fue como salir a pelear desnudo, y por eso no pueden extraerse todavía demasiadas conclusiones de cómo va a ser el nuevo Real Madrid.

El estreno en el Mundial de Clubes evidenció que todavía quedan muchas reminiscencias del pasado. Reciente, por otra parte, porque Ancelotti estuvo al mando del barco hasta hace menos de un mes, cuando finalizó la pasada Liga.

Dean Huijsen remata a puerta en el partido ante el Al Hilal. EFE

La primera parte fue un claro reflejo de ello. Un esquema de juego similar, tan sólo un par de piezas nuevas en forma de fichajes -Huijsen o Trent Alexander-Arnold- y un equipo prácticamente calcado al que tantas críticas levantaba hacía escasas semanas.

La segunda mitad abrió un lugar para la esperanza, como recordando que las cosas todavía tienen muchísimo margen para cambiar. El Real Madrid mostró una cara más alegre y atrevida, aunque insuficiente para ni siquiera ganar al Al Hilal.

Huijsen pone la luz

Si en lo colectivo es complicado llegar al aprobado, en lo individual también hay pocos jugadores que puedan presumir de haber impresionado a Xabi Alonso y a la afición estadounidense en este primer partido del Mundial de Clubes.

De nuevo Vinicius apático, Rodrygo desaparecido, Bellingham desconectado... Lo mismo que hace unos meses. Había curiosidad por ver a Trent Alexander-Arnold, pero estuvo más bien discreto en la banda derecha y terminó además fundido físicamente.

El otro refuerzo, no obstante, sí que puso la nota positiva. Dean Huijsen jugó su primer partido con el Real Madrid y lo hizo además como titular. El jovencísimo internacional español se vio de repente comandando la defensa blanca, con la responsabilidad que ello conlleva, y lo hizo de manera notable.

Huijsen estuvo siempre solvente en defensa, colocado en el lugar oportuno. Seguro de sí mismo, derrochó confianza tanto a la hora de ir al corte como en el momento de asumir responsabilidades en la salida del balón.

Al Real Madrid le costó horrores carburar en el centro del campo y encontrar un guía en la zona ancha, pero inestimable ayuda de Dean a la hora de sacar el balón ayudó a maquillar esos problemas.

El nuevo fichaje madridista ejecutó un total de 61 pases a lo largo de los 90 minutos en los que estuvo sobre el terreno de juego, y lo hizo además con un acierto cercano al 87%. Incluso se animó a pisar campo contrario en varias ocasiones, con un tino de un 80% en sus pases.

En defensa fue ganador de 8 de los 10 duelos a los que se atrevió contra los jugadores del Al Hilal. Huijsen se mostró impenetrable por bajo, donde ganó todas las luchas, y algo más débil en el juego aéreo.

Eso sí, tuvo un exceso de confianza con un error garrafal dentro del área propia que a punto estuvo de costar caro si Marcos Leonardo, el delantero del Al Hilal, hubiera tenido el punto de mira más engrasado.

Con pocos cambios

No es que se esperara una revolución total del Real Madrid en este partido, pero es cierto que apenas pudieron notarse cambios sensibles en el terreno de juego con respecto a lo que venía sucediendo con Carlo Ancelotti hasta hace muy poco.

Xabi Alonso representa la ilusión de la renovación para el madridismo, pero por mucho que haya demostrado ser un genio de los banquillos por su obra maestra en el Leverkusen, necesitará un buen periodo de tiempo para empezar a implantar su sello.

De hecho, este Mundial de Clubes apenas servirá de referencia para juzgarle por muy lejos que llegue el Real Madrid.

El equipo blanco evidenció la misma falta de criterio en el centro del campo que venía mostrando el pasado curso. Nadie fue capaz de hacerse con la manija con claridad. Ni Tchouaméni, ni Valverde. Tampoco Bellingham, que ejerció en una posición un tanto indefinida.

"Jugamos por dentro, jugamos con Raúl (Asencio) y Dean (Huijsen). Jugamos tranquilos, paciencia. Jude y Fran, llego con altura, y Jude por fuera, para que le puedas encontrar. Bajas a recibir hasta la última línea", decía Xabi Alonso en una de las pausas de hidratación.

Los canteranos del Real Madrid que viajan al Mundial de Clubes y completan la lista de 34 futbolistas de Xabi Alonso

Tampoco el nuevo banquillo ha conseguido una recuperación relámpago y milagrosa de figuras importantes. Rodrygo demostró estar en la misma forma apática que todo el curso, mientras que Vinicius volvió a pasar desapercibido y apenas tuvo protagonismo. Sin regates, sin garra.

Tiene mucho trabajo por delante Xabi Alonso que, eso sí, bien pudo salvar su debut con una victoria si Fede Valverde hubiera estado más acertado en el penalti que falló en el último suspiro.