Un gol de penalti de Joselu en el minuto 97, tras una inocente falta de Mingueza que revisó el árbitro en el VAR, selló el empate en el primer partido de la temporada en Balaídos (2-2), un igualado duelo en el que el RC Celta malgastó ante el RCD Espanyol una ventaja de dos tantos.
El primer tiempo apenas concentró ocasiones de gol. Careció de brillantez, pese a un inicio prometedor del Espanyol, que avisó en los primeros minutos con un potente latigazo desde fuera del área de Darder que fue al poste.
El partido, con posesión estéril del equipo vigués, fue adormeciendo hasta que, a un minuto del descanso, llegó la extraordinaria aparición de Iago Aspas. El Celta trenzó una buena jugada, culminada con una triangulación Óscar-Solari-Aspas. Fue brillante: Óscar vio el desmarque de Solari hacia la zona central del área, el argentino cabeceó hacia atrás y Aspas, pegado al central Cabrera, marcó el gol con un toque sutil, un suave tiro cruzado.
Ese segundo tanto desaceleró el ritmo del Celta. Pero tuvo durante muchos minutos controlado al Espanyol. Sin fluidez, con dificultades para sacar el balón desde atrás, el equipo de Diego Martínez apenas asomó sobre el área gallega hasta los últimos veinte minutos del encuentro. Y marcó con un veloz contragolpe cerrado con un centro de Rubén desde la derecha, un mal despeje de Aidoo y un remate final de Edu Expósito.
Ese tanto hirió al Celta, que se fue metiendo atrás. Edu Expósito buscó sorprender a Marchesín desde el centro del campo. El tiempo pasaba sin oportunidades visitantes. El equipo celeste resisitó. Hasta que en el último minuto del descuento Mingueza derribó a Joselu dentro del área. Fue una falta ingenua. La sala VOR avisó al árbitro. Ortiz Arias revisó el contacto y señaló penalti. Joselu silenció Balaídos con el gol del empate.