El Supremo confirma la pena de cuatro años de cárcel para el antiguo administrador de Joaquín

El Tribunal Supremo no ha deparado buenas noticias para el que fuera administrador del conocido futbolista Joaquín Sánchez. El responsable de las cuentas del capitán del Real Betis estaba acusado de apropiación indebida y se enfrentaba a una pena superior a los cuatro años de cárcel. 

Finalmente, el Supremo ha confirmado la condena de cuatro años y medio de cárcel tras considerarse culpable de este delito al exadministrador del jugador del equipo andaluz, a quien se acusaba de adueñarse de un montante total de 781.736,62 euros. Además, Joaquín Sánchez recibirá una indemnización también como parte del resultado final. 

Eduardo Fernández Triviño, administrador patrimonial de Joaquín entre los años 2003 y 2007, decidió interponer un recurso que ha sido ahora desestimado por la Sala de lo Penal del alto tribunal. La sentencia fue realizada en el año 2019 por Audiencia Provincial de Sevilla tras considerar la existencia probada de un delito continuado de apropiación indebida. 

Además de esa pena de prisión de cuatro años y medio, deberá indemnizar al futbolista, en concepto de responsabilidad civil, con 255.900 euros. Se añade también otro pago de 525.000 euros que irán a parar a una sociedad de la que Joaquín era administrador único.

Joaquín Sánchez se lamenta de la derrota ante el Celtic. REUTERS

Cambios del Tribunal Supremo

Sí ha habido variaciones en las acusaciones que pesaban contra la esposa de Fernández Triviño. El tribunal sí ha estimado parcialmente el recurso interpuesto por ella y, aunque mantiene que fue partícipe a título lucrativo del delito de su cónyuge, ha considerado oportuno reducir su responsabilidad civil, la cual corresponde ahora a 176.000 euros.

Esa es la cifra que, según el relato de hechos probados por la Audiencia Provincial, se empleó en la adquisición para la sociedad ganancial del matrimonio de una vivienda en Marbella el 27 de febrero de 2006 al contado y sin necesidad de financiación

Ya en su día, la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla consideró que el administrador "se valió de la confianza" Joaquín Sánchez para llevar a cabo sus proyectos personales. Además, se añade el hecho de que el futbolista "no le exigió rendición de cuentas, ni entrega de recibos o documentos de los pagos o justificante de los gastos o de las cantidades dispuestas". Todo cambió cuando la relación de amistad entre ambos quedó totalmente rota en el mes de febrero del año 2007.

Años antes de su ruptura, Joaquín le encomendó la gestión de sus negocios y asuntos y le otorgó tres poderes notariales que fueron concedidos "a petición expresa del acusado". Además, abrió dos cuentas bancarias a nombre suyo y de su sociedad, respectivamente, y autorizó en ellas al encausado desde el 3 de noviembre de 2004 hasta el 15 de octubre de 2007. "Nadie más podía disponer de los fondos de las cuentas", aseveró el tribunal al dictar sentencia, en la que añadía que el condenado "nunca rindió cuenta detallada de su gestión".

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