La aparición de la Covid-19 en el día a día de todo el planeta chocó de golpe con los planes de todas las organizaciones. Tanto en el mundo del fútbol como de cualquier otro sector. Las aglomeraciones se habían acabado. La vida cambiaba de forma rotunda y sin vuelta atrás. La UEFA, organizadora de múltiples competiciones en el mundo del fútbol y con alguno de los torneos más importantes del planeta bajo su brazo, también tuvo que actuar.

Al igual que sucedía con los Juegos Olímpicos de Tokio, la UEFA se veía obligada a cambiar la fecha de la Eurocopa 2020. No sería 2020, sino 2021. No había remedio. Fue un 17 marzo, cuando la pandemia no había hecho más que empezar. El organismo liderado por Aleksander Ceferin confirmaba la peor noticia posible y cambiaba la fecha de desarrollo del torneo por excelencia en Europa y a nivel de selecciones.

Además, en un año donde el amplio abanico de sedes iba a repartir a lo largo y ancho del continente los encuentros de los combinados nacionales. Después de meses de parón, y con el fútbol profesional a pleno rendimiento, la UEFA ya cuenta con alguna que otra buena noticia. Y no es otra que la de la aparición de una vacuna.

Los avances científicos con Pfizer han abierto la puerta a la vuelta del público sin tantos inconvenientes. Aunque la UEFA había dado el visto bueno al regreso de aficionados con aforo reducido, la vacuna es un paso de gigante. La Eurocopa 2021 estaba más cerca de disputarse con totales garantías, pues un nuevo aplazamiento se daba por descartado.

El logo de la Eurocopa 2020 y un empleado de UEFA con mascarilla REUTERS

El último paso de la organización para la disputa de la Euro ha llegado con la confirmación total de los grupos que la disputarán. Las últimas selecciones que aún no habían sellado su billete para el torneo lo hicieron durante el último parón de selecciones. Escocia o Macedonia, entre otras, regresarán a la competición en su año más complicado desde el nacimiento de la UEFA

Las sedes

Esta edición de la Eurocopa contará con 12 sedes diferentes donde se desarrollarán los partidos. Desde Glasgow, Ámsterdam, Bucarest, Budapest, Copenhague, Dublín y Bilbao, que albergarán encuentros de la fase de grupos y los octavos de final, hasta Bakú, Múnich, San Petersburgo y Roma, que harán lo propio pero hasta cuartos; para poner la guinda en Londres, que contará con partidos de todas las fases salvo cuartos, hasta la gran final.

Este gran despliegue organizativo tendrá que tener muy en cuenta el tratamiento de la Covid-19. La pandemia ha hecho mella en toda Europa, y especialmente en algunas de las ciudades donde se disputarán los diferentes encuentros del torneo. Las ciudades italianas, Bilbao y Londres, sin ir más lejos, han formado parte de los principales focos de contagio sufriendo numerosos contagios a lo largo de estos meses.

Teniendo en cuenta los malos datos, y sumado a los últimos rebrotes que se han producido en gran parte de estas ciudades, la duda sobre si se podría disputar la Eurocopa en dichas sedes se puso sobre la mesa. La UEFA fue tajante y dejó claro que su intención era mantener todas y cada una de estas sedes disponibles. Sin embargo, dejó la puerta abierta a modificarlas si la Covid-19 obligaba a ello.

La única negativa protagonizada por la organización ha sido la de centrar todo el fútbol del torneo en Rusia. Tras la publicación de esta información, desde la UEFA negaron la mayor y se reafirmaron en su postura inicial: 12 sedes. Con la llegada de la vacuna parece que la situación será mucho más positiva en unos meses, pero la clave que tienen en la UEFA es que nada es fijo.

¿Público con protocolo?

La presencia de aficionados en la grada es una de las cuestiones más importantes del torneo. En la UEFA trabajan con una Eurocopa donde haya público, aunque todavía está por ver en qué cantidad, con qué medidas previas y si todo dependerá de las autoridades locales o nacionales de cada territorio. Y es que en este tiempo la UEFA ha tomado diferentes actitudes con respecto a la vuelta de seguidores a las gradas.

El primer paso fue la Supercopa de Europa entre el Sevilla y el Bayern. Se disputó en Budapest y con 3.000 entradas repartidas a cada equipo. El aforo, como se podía comprobar, era extremadamente reducido. Tras el aumento de contagios y el medio del país a recibir aficionados que portasen el virus, se obligó a todos los hinchas a entregar una PCR negativa y a guardar medidas de seguridad sanitarias como la mascarilla o la distancia interpersonal. El evento fue un éxito.

San Mamés no ha sido sede desde 1921 Jose Nieto

Poco después, la UEFA dio el visto bueno para el regreso de público a la Champions. Sin embargo, se produjeron varios cambios. El aforo máximo permitido sería del 30% salvo que las autoridades locales denegaran esa posibilidad o tuvieran un porcentaje de ocupación menor al establecido por la UEFA. En ese caso, prevalecería la decisión de las autoridades locales. En el caso de España, el más llamativo, hubo Comunidades que dieron el 'ok', pero tras una negociación con el CSD y el decreto del estado de alarma, se acordó prohibir público en el deporte profesional

En resumen, de un mes a otro se pasó de un protocolo rígido a nivel sanitario a otro donde se permitía más público y sin pruebas médicas para controlar la expansión, por lo que lo que suceda en la Eurocopa sigue en el aire. La idea inicial es que haya público, pero todo está sujeto a la evolución de la Covid-19.

Por todo ello, y teniendo en cuenta el papel que jugará Bilbao en el desarrollo de la Eurocopa, el control que se dé en España de la pandemia será determinante. Tanto a nivel estatal como a nivel autonómico, el país se la juega. Ya en verano se desarrolló la fase final de la Champions femenina, también en País Vasco, con buenos resultados a nivel sanitario.

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