Fútbol

¿Es buena idea el Boxing Day o un negocio?

Los entrenadores se quejan, pero los aficionados llenan los estadios. Todos tienen razones a favor y en contra de esta marcada fecha.

26 diciembre, 2015 00:11

Hay idiomas –vaya usted a adivinar los motivos– que suenan mejor que otros. Por ejemplo, el alemán, por muy finos que se pongan, no gusta. En cambio, el inglés –por lo que sea– es agradable al oído. Incluso, se podría argumentar que es eficaz para vender. La prueba: no es lo mismo hablar del ‘día de los muertos’ que de ‘Halloween’ y tampoco tiene el mismo efecto colocar en una tienda un cartel anunciando el ‘viernes negro’ que el ‘Black Friday’. Eso es una realidad asumida, tanto como que el ‘Boxing day’ (día de las cajas) vuelve loco a medio mundo. Pero que, a pesar de todo, también tiene detractores.

ARGUMENTOS A FAVOR

Defender la onomástica de San Esteban es tan sencillo como encontrar algún ebrio en Navidad o cantar un villancico. El Boxing Day es una tradición arraigada desde el 26 de diciembre de 1888, día en que los sirvientes y los criados aprovechaban para visitar a sus familias con las cajas (boxes en inglés) que habían recibido de sus señores. Entonces, jugaban al fútbol, daban regalos, acababan con las sobras de Nochebuena y Navidad, y se divertían.

Desde aquella fecha, según cuenta la leyenda y más o menos con continuidad, se ha celebrado el Boxing Day en Inglaterra y posteriormente se ha extendido a otros países. Y en todos ellos con buenos resultados. El plan, al fin y al cabo, es perfecto. Los aficionados, en un día en el que hay poco que hacer, pueden ir al estadio, llevar a los niños y disfrutar del fútbol. Y la Premier, obviamente, está encantada con que así sea. La campaña pasada, la jornada acabó con un total de 385.330 espectadores (98% de ocupación), con un margen de beneficio superior al de la temporada regular (95’9%). Y todo ello, a pesar de que los precios en los grandes estadios oscilan entre 100 y 300 euros.

El caramelo es tan dulce que Javier Tebas estaría buscando celebrar su particular Boxing Day en la Liga, aunque cuente con la negativa de la AFE (Asociación de jugadores de España). De momento, no lo ha conseguido, pero esta temporada sí que habrá más fútbol en Navidad. De hecho, el día 30 se disputarán partidos, y para Nochevieja está programado el encuentro entre Villarreal y Valencia.

Argumentos en contra

Paradójicamente, las voces contrarias al Boxing Day han llegado siempre desde Inglaterra y se han reproducido en los últimos años. Arsene Wenger, muy dado a caer en octavos de la Champions League, se quejó el pasado curso de que el nivel de los equipos de la Premier bajaba en Europa por la acumulación de partidos en estas fechas; y Ferguson, en sus más de dos décadas al frente del Manchester United, hizo lo propio en varias ocasiones. Incluso Mourinho, dependiendo del día, daba argumentos a favor y en contra.


Aparte, los más puristas sostienen que el Boxing Day ha perdido su alma para ser un negocio, dejando de ser el juego del populacho. Tradicionalmente, las entradas para acudir a ver el fútbol el 26 de diciembre eran más baratas que las del resto del la temporada, y ahora eso ha cambiado. Y, por otra parte, los estadios –sobre todo los de Londres– han dejado de ser un fortín inglés y se han convertido en una acumulación de turistas que poco saben del significado que la fecha tiene para ellos.

De una u otra manera, el Boxing Day volverá a ser un día especial. Incluso, para algunos, puede ser el principio de algo o el final de su historia. Ranieri, por ejemplo, busca con el Leicester su primera victoria en un 26 de diciembre, mientras Arsene Wenger lo afronta con la posibilidad de colocar líder al Arsenal y seguir batiendo récords: ha ganado tres de cada cuatro partidos que ha jugado y es, de entre los técnicos actuales, el que mayor porcentaje de victorias acumula. Y, por último, Van Gaal, en la cuerda floja, podría dejar de ser entrenador del Manchester si pincha ante el Stoke City. En definitiva, a favor o en contra, con frío o sin él, el 26 habrá fútbol. Y se acabó la discusión.