El gallego asistió al portugués en el primer gol en Balaídos.

El gallego asistió al portugués en el primer gol en Balaídos. Lavandeira Jr. Efe

Fútbol REAL MADRID

El nuevo socio de Cristiano

Lucas Vázquez, que ha sabido suplir la baja de Bale, es líder en asistencias del Real Madrid y todas ellas van hacia el portugués.

31 octubre, 2015 01:18

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La peste de lesiones en el Real Madrid ha permitido calibrar el potencial de su banquillo a un entrenador obsesionado con las rotaciones. Además del regular Nacho y de Varane (a quien ya no puede considerarse un suplente) en defensa, tres jugadores han emergido definitivamente de la segunda fila en octubre: Casemiro, Jesé Rodríguez y Lucas Vázquez. El meritorio empate contra el PSG en París (donde fueron titulares los tres) fue su confirmación. Rafa Benítez felicitó especialmente a Lucas Vázquez esa noche: el Parque de los Príncipes no le quedó grande. El Real Madrid tampoco. El extremo gallego es hoy el máximo asistente del club, según datos de Opta. Sus cuatro pases de gol han terminado en las botas de Cristiano Ronaldo, de quien se ha convertido en socio predilecto habiendo jugado muchos menos minutos que Bale o Isco, por citar dos ejemplos.

Lucas, como prefiere ser llamado, es el último representante de la estirpe de futbolistas canteranos ‘repescados’ por el Real Madrid tras ganarse el respeto fuera de casa (como Carvajal, Casemiro o José Callejón). Generoso en defensa y encarador arriba, representa (con más técnica y menos gol) el papel que Callejón, también proveniente del Espanyol en su día, ejecutaba en el Nápoles de Rafa Benítez.

Se trata, ante todo, de un jugador vertical. Extremo puro de los de toda la vida, Lucas cumple hasta ahora el manual de velocidad, desborde, centro y compromiso defensivo que ya mostró el año pasado en Cornellá. Fue el futbolista que más faltas recibió la pasada temporada en toda La Liga (al igual, por cierto, que le había sucedido en Segunda División la campaña anterior). Sólo tiene una pega hasta ahora: no se ha estrenado de cara a gol, su gran área de mejora.

Una joya estadística en defensa

Con sólo dos titularidades, Lucas tiene el promedio de faltas recibidas más alto del equipo y es líder también en el apartado de duelos individuales ganados (73,7%), empatado con Sergio Ramos. El esfuerzo defensivo de Lucas llamó inmediatamente la atención de Benítez cuando tomó posesión de su cargo y planificó el año. La temporada pasada fue uno de los diez jugadores ofensivos que más balones recuperó (y más tarjetas amarillas recibió) en la competición nacional: aunque su posición natural es incuestionablemente la de extremo derecho, Lucas se adapta a la posición de interior y puede jugar también en banda cambiada. Es creativo y audaz: en su año españolista fue el octavo jugador de la Liga con más regates exitosos, según WhoScored.com, por detrás de Messi, Neymar o el propio Isco.

Nacido en Curtis (La Coruña) hace 24 años, el joven centrocampista llegó al Real Madrid en el verano de 2007, con 16 años, y allí fue creciendo hasta ser un baluarte en el Castilla que consiguió el ascenso a Segunda División en 2012. La temporada siguiente explotó en la Liga Adelante: fue máximo anotador (9 goles) y asistente (8) del filial blanco antes de completar una prometedora pretemporada con el primer equipo que le terminó llevando a Barcelona, por muy poco dinero, a cambio de un rodaje asegurado: disputó 39 partidos, marcó cuatro goles y dio seis asistencias. Su cara de niño bueno, su entendimiento con el delantero Sergio García (hoy en Qatar) y su carácter humilde y tranquilo le hicieron popular en un club acostumbrado a pulir jugadores de la cantera madridista. No se desconcentró y aprovechó su única oportunidad para regresar al Santiago Bernabéu.

Su consolidación en la banda derecha ofrece varias alternativas a Benítez. Una es devolver algún día a Bale a su añorada banda izquierda cuando Cristiano juegue en punta. Además, la querencia de Lucas por desbordar hacia fuera contrasta con la tendencia diagonal hacia el interior que tienen otros competidores por el puesto, como James o Isco, en partidos que requieran un cambio táctico. Tiene, por último, un agudo sentido del desmarque y del juego sin balón, como han destacado invariablemente sus entrenadores juveniles. En muy poco tiempo ha demostrado estar preparado para suplir con solvencia a estrellas mundiales como Bale o James Rodríguez. Y, además, es un chico de la casa. Lucas, al terminar octubre, ya es una de las revelaciones del año.