Etapa perfectamente plana, antes de los dos consecutivos, que cruza el valle del Po. Largas series de calles anchas y rectas, pero intercaladas con todo tipo de mobiliario urbano en las zonas habitadas y estructuras complementarias a la circulación, como rotondas, separadores de tráfico, baches... a lo largo de toda la ruta.
Los últimos kilómetros son en su mayoría rectos en carreteras anchas y con una sola curva a 2.200 m de meta en los últimos 5 km. Cabe destacar un tramo de 450m de pavé (pórfido) desde 1.500m hasta casi el último kilómetro. Recta final de 1.500m sobre asfalto y 8m de ancho.
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