Tras Paul Whelan, Brittney Griner puede ser el próximo intercambio de presos entre EEUU y Rusia

Los problemas de extradición entre Estados Unidos y Rusia siguen poniendo en dificultades a una deportista. Brittney Griner continúa detenida por un presunto delito de tráfico de drogas. La jugadora de la WNBA lleva más de un mes retenida en medio de una situación internacional de guerra en la que el país de Vladimir Putin está invadiendo Ucrania, cuestión que provoca más tensión. Aún así, la liberación de Trevor Reed, un exmarine, aclara su situación.

Griner, medallista de oro olímpica y siete veces All-Star con las Phoenix Mercury, fue arrestada el 17 de febrero y acusada por Rusia de tener cartuchos de vaporizador que contenían aceite de hachís en su equipaje en el aeropuerto de Sheremetyevo, cerca de Moscú, un delito que podría conllevar una pena de hasta 10 años de prisión. En marzo, los medios estatales rusos informaron que su detención se había extendido hasta el 19 de mayo.

Una vez Reed está de vuelta a Estados Unidos, solo hay un objetivo de extradición antes que Griner. Paul Whelan, un exejecutivo de seguridad, ha estado bajo custodia en Rusia desde su arresto en diciembre de 2018. Estaba en la habitación 3324 del hotel Metropol de Moscú vistiéndose para la boda de un amigo, cuando oficiales de la inteligencia rusa irrumpieron en su cuarto. Unos 18 meses después, fue condenado culpable del cargo de espionaje. Desde entonces está retenido y EEUU trabaja para su repatriación.

Griner espera

Mientras Brittney Griner espera a que llegue la fecha pactada en un primer lugar, sabe que la repatriación de sus compatriotas es clave para que se produzca la suya. Desde que está retenida en Rusia, poco se sabe de ella. Esto se debe a la estrategia conjunta tomada por la familia, la WNBA y el Gobierno. El punto es mantener un perfil bajo. Ya se ha acusado a Rusia de "violar las normas internacionales". Se cree que es una fórmula de los rusos para presionar a EEUU por la guerra con Ucrania.

"Estamos trabajando muy de cerca con su equipo. Su caso es una prioridad para nosotros. Puedo decírtelo con la mayor certeza. Estamos en contacto regular con su equipo, nos comunicamos regularmente a través de nuestra embajada en Moscú con sus homólogos para asegurarnos de que reciba un trato justo, para asegurarnos de que tengamos el acceso constante a ella. Seguiremos prestando mucha atención a este caso para buscar su resolución mientras buscamos la liberación de Paul Whelan", explicó Ned Price, portavoz del Departamento de Estado.

Brittney Griner, con la selección de Estados Unidos de baloncesto femenino AFP7 / Europa Press

Lindsay Kagawa Colas, quien es una de sus representantes, describió el trabajo que está haciendo en un artículo de opinión de Los Angeles Times esta semana: "Paso horas en comunicación todos los días con un grupo dedicado de personas que están trabajando para llevar BG a casa. Es una comunidad llena de activistas, incluidas jugadoras de la WNBA que han liderado algunas de nuestras conversaciones culturales más importantes en los últimos años".

La pareja de la jugadora, persona más cercana a Griner, ha agradecido el apoyo. "Entiendo que muchos de ustedes han llegado a querer a BG a lo largo de los años y están preocupaciones y quieren detalles. Por favor, respeten nuestra privacidad mientras seguimos trabajando para que mi mujer vuelva a casa sana y salva", ha reclamado Cherellet Griner. La gran duda está ahora en saber si llevaba sustancias no permitidas o si es todo un complot de Rusia para devolvérsela a Estados Unidos.

Su activismo

La vida de Brittney Griner no ha estado exenta de polémicas y complicaciones. Una de las labores que más se la reconoce es la de la lucha contra el bullying. Ella lo vivió durante sus primeros años. Su físico ya llamaba la atención, pero si a eso se le sumaba el color de piel y su homosexualidad, todo era muy diferente. Pero no todo son situaciones donde fue la víctima. En 2015, justo un año después de ser campeona del mundo y de la WNBA, recibió una denuncia por malos tratos.

Como Griner, muchas jugadoras disputan dos temporadas en un mismo año: una con franquicias WNBA y otras con clubes europeos. Todo por el dinero. El hecho de que no coincidan permite que más de una opte por, en lugar de descansar o entrenar tras finalizar la campaña en la WNBA, incorporarse unos meses a equipos de Europa. Si bien la liga española sabe lo que es recibir a este tipo de talentos, el potencial económico en países como Rusia hace que las ofertas allí sean mucho más lucrativas.

Esta experiencia de Griner puede cambiar las cosas. Un cambio en el convenio de la WNBA evitaría que la diferencia entre jugar en Estados Unidos y Rusia sea cobrar el triple de dinero en el Este de Europa. La regla de la priorización entrará en vigor en 2023 y hará que las jugadoras deben estar en la fecha indicada por la franquicia. Por cada día de retraso perderán un 1% del salario. Pero esto no evitará la diferencia de dinero. Solo el miedo del caso de la jugadora de las Phoenix Mercury provocará dudas.

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