Toni Moral, en una imagen reciente de sus redes sociales

Toni Moral, en una imagen reciente de sus redes sociales

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Toni Moral (44), exfutbolista, sobre una de sus mejores inversiones: "Empecé a comprar Bitcoin en 2013"

De la cantera blanca al ecosistema digital, un recorrido poco común que explica cómo la tecnología cambió su forma de entender el dinero y el futuro.

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Toni Moral tiene cuarenta y cuatro años y una trayectoria poco habitual en el deporte profesional español.

Formado en la cantera del Real Madrid y con experiencia en Primera División, su nombre estuvo ligado durante años al fútbol de élite.

Sin embargo, su historia más singular comenzó lejos del césped, cuando decidió mirar hacia un terreno prácticamente desconocido entonces: Bitcoin.

Mientras desarrollaba su carrera como futbolista, Moral empezó a preocuparse por el futuro económico que llegaría tras la retirada.

No era una inquietud extraña en un vestuario profesional, aunque sí lo fue el camino que eligió. En lugar de apostar por inversiones tradicionales, se sintió atraído por la tecnología y, en concreto, por el concepto de descentralización que proponía la blockchain.

Ese descubrimiento se produjo entre 2013 y 2014, cuando Bitcoin apenas era conocido en España y su precio oscilaba entre los trescientos y los quinientos euros.

Moral no llegó a este mundo por una recomendación puntual ni por moda. Según ha explicado en varias entrevistas, dedicó meses a estudiar el proyecto, su origen y su filosofía. "Cuando entendí lo que era Bitcoin, me voló la cabeza", reconocería años después.

La reacción de su entorno no fue precisamente de entusiasmo. En una entrevista en 2021, relató cómo sus compañeros de vestuario recibían con escepticismo sus recomendaciones.

"Yo fui muy pesado con mis compañeros. En los vestuarios siempre estaba con el ordenador y les decía que tenían que comprar", explicó. La mayoría lo miraba con desconfianza y algunos incluso con sorna.

Lejos de desanimarse, esa incomprensión reforzó su convicción. A diferencia de otros inversores, Moral no entró de forma gradual ni diversificó en exceso.

Apostó gran parte de su patrimonio en un momento en el que Bitcoin era considerado un activo marginal y de alto riesgo. La decisión fue radical, pero coherente con su visión: entendía que el dinero tradicional se deprecia con el tiempo, mientras que Bitcoin tiene una emisión limitada y previsible.

Toni Moral moderando una mesa redonda

Toni Moral moderando una mesa redonda

Con el paso de los años, su perfil se consolidó como el de un inversor a largo plazo. Moral no se considera un trader ni alguien pendiente del corto plazo.

Defiende una estrategia de compra y mantenimiento, convencido de que Bitcoin actúa como una reserva de valor comparable, e incluso superior, al oro. En charlas y entrevistas ha insistido en la importancia de conocer bien el activo para soportar la volatilidad.

"Si sabes lo que has comprado, no te asustan las caídas", explicó en una conversación con el canal Wall Street Wolverine.

El éxito de esas inversiones tempranas le permitió alcanzar la independencia financiera tras colgar las botas.

A diferencia de otros exfutbolistas, no se desvinculó del todo del mundo profesional, sino que canalizó su experiencia hacia proyectos tecnológicos y vinculados a la Web3.

Su vida post-fútbol se caracteriza por un perfil bajo, alejado del foco mediático, pero con una influencia notable en los círculos especializados.

En declaraciones recogidas por Marca, resumió esa transición con claridad: el fútbol le dio estabilidad y aprendizaje, pero la inversión en criptomonedas le ofreció una libertad económica difícil de igualar.

Ahora, Toni Moral sigue defendiendo Bitcoin como una herramienta de independencia individual y como una de las decisiones más importantes de su vida financiera.

Su historia es la de alguien que vio una oportunidad antes que la mayoría y decidió actuar cuando casi nadie más lo hacía.