Lamine Yamal, durante su fiesta de 18 cumpleaños.

Lamine Yamal, durante su fiesta de 18 cumpleaños. Redes sociales

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Una leyenda del deporte que batió récords de precocidad advierte a Lamine Yamal: "Debe rodearse de gente seria"

Boris Becker, extenista alemán, que triunfó de adolescente en Wimbledon, alerta al joven del Barça sobre los riesgos extradeportivos de la fama precoz.

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La fulgurante irrupción de Lamine Yamal en el fútbol mundial ha dejado de ser una sorpresa para convertirse en una certeza.

Con apenas dieciocho años, el canterano del FC Barcelona ya es la gran referencia del equipo azulgrana y también de la selección española.

Su talento, determinación y madurez sobre el césped lo han elevado al segundo puesto del Balón de Oro, solo por detrás de Ousmane Dembélé.

La voz de la experiencia

Sin embargo, su ascenso meteórico ha llamado la atención de alguien que conoce muy bien lo que significa triunfar demasiado pronto: Boris Becker.

El extenista alemán vivió en primera persona la gloria y la presión de alcanzar la cima siendo apenas un adolescente.

En 1985, con solo diecisiete años, conquistó Wimbledon y se convirtió en el campeón más joven de la historia del torneo.

Ese éxito abrió una carrera brillante con seis títulos de Grand Slam y el número uno mundial. Pero junto a la gloria también llegó el lado más oscuro.

La fiesta de 18 cumpleaños de Lamine Yamal

La presión mediática, la exposición constante y una gestión económica deficiente que derivó en graves problemas financieros.

Becker, desde esa experiencia, quiso lanzar un mensaje cargado de admiración y advertencia hacia Yamal.

"Es el mejor jugador joven del mundo ahora mismo, pero me alarma lo que le puede venir", declaró en el micrófono inglés de TakSport.

El alemán insistió en que el verdadero reto no estará en lo deportivo, sino en el modo en que el delantero afronte su vida fuera del campo.

"Necesita rodearse de gente seria, confiar en su familia y no dejarse arrastrar por malas compañías. Yo sé lo que significa que todo llegue de golpe y es muy fácil cometer errores que luego te persiguen toda la vida".

El consejo no es baladí. Yamal ha roto récords de precocidad tanto en el Barça como en la selección, situándose como símbolo de una nueva generación que lo observa con admiración.

Su figura despierta expectativas desmedidas y le coloca bajo un foco mediático que no siempre resulta sencillo de soportar.

Becker sabe bien que la grandeza deportiva puede convertirse en una trampa si no se gestiona con prudencia.

La advertencia también pone de relieve un aspecto crucial en la carrera de cualquier joven talento: el entorno. No basta con el talento innato ni con el trabajo diario.

La estabilidad personal, la disciplina y la capacidad de blindarse ante las distracciones externas son factores decisivos para sostener una carrera que, en el caso de Yamal, parece destinada a marcar una época.

El alemán remarca que la familia y la confianza en un círculo reducido de personas de fiar son claves para evitar errores que puedan comprometer el futuro.

Mientras en el campo Lamine deslumbra con su capacidad para decidir partidos y brillar en los escenarios más exigentes, el reto más complejo podría estar fuera de él.

La presión, la fama y los intereses que rodean al fútbol de élite exigen madurez y firmeza. El recuerdo de Becker actúa como un espejo en el que mirarse: alguien que lo tuvo todo desde muy joven, pero que también pagó un precio muy alto por decisiones equivocadas.