Carlos Alcaraz comienza a afinar su puntería de cara a Roland Garros. Paró en Madrid por lesión y reapareció en Roma con la incertidumbre de ver hasta donde le acompañaba su físico. Brilló con luz propia y borró del mapa a un Dusan Lajovic (3-6, 3-6) al que no le quedó más remedio que aguantar el chaparrón.
El tenista murciano ahuyentó todas las posibles dudas que podrían recaer sobre él de un plumazo. Y eso que se presentó en el Foro Itálico con un aparatoso vendaje en que recorría su muslo y rodilla derecha. Concentrado desde el inicio, ofreció un 'clinic' con golpes propios de su nivel y levantó de sus asientos al respetable con sus constantes acciones.
Volverá a tener pesadillas el tenista serbio con Alcaraz. Ya son cinco enfrentamientos contra él y todavía no ha sido capaz de ganarle un set. Esta vez también se quedó lejos. Tuvo un atisbo de reacción en el primero, pero fue un espejismo.